15 Marzo 2013
APOYO. La capacidad oratoria de Bergoglio habría cautivado a muchos cardenales que no lo conocían. REUTERS
CIUDAD DEL VATICANO.- "Soy un pecador, pero como esta dignidad se me ha conferido, acepto". Con esa frase Jorge Bergoglio accedió al papado el miércoles, ante la pregunta del cardenal italiano Giovanni Battista Re. El argentino fue elegido en el quinto escrutinio del cónclave en la Capilla Sixtina, informó el diario "La Nación".
Aunque juraron silencio, los purpurados que participaron de la elección del sucesor de Benedicto XVI revelaron algunos detalles de la elección. Como el cardenal norteamericano Timothy Dolan, quien ayer confesó: "cuando Bergoglio llegó al voto número 77, estalló un aplauso. Todos estábamos muy felices por el resultado; son emociones muy fuertes".
Los detalles trascendidos permiten conocer parte de lo ocurrido durante cónclave secreto, en el que por primera vez se eligió a un papa no europeo, jesuita y argentino. Por ejemplo, que la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) felicitó por error al cardenal Angelo Scola, arzobispo de Milán. Entre la fumata blanca y el anuncio oficial, la CEI envió por correo electrónico un comunicado celebrando "con alegría y reconocimiento al cardenal Angelo Scola sucesor de Pedro".
En cuanto a la votación, se cree que en el primer escrutinio Bergoglio pudo haber sido el más votado, superando incluso a Scola (uno de los favoritos), pero el voto fue disperso. "Hubo varios candidatos", reveló el cardenal irlandés Sean Brady.
Scola, de 71 años, pudo haber obtenido unos 30 votos, mientras que el brasileño Odilo Pedro Scherer (otro de los candidatos), consiguió también fue uno de los seleccionados. En ese primer escrutinio Bergoglio sorprendió a todos con un número considerable de sufragios, incluso superando a Scola.
Se cree que la capacidad como orador le permitió al argentino captar los sufragios de los cardenales que aún no lo conocían. Los purpurados vieron en él a una persona muy especial, una figura que podía inspirar, evangelizadora, que podía comunicar la fe.
La mañana siguiente, Scola seguía con buenos números, pero sin avanzar. Bergoglio, en cambio, comenzó a captar más seguidores. Hubo dos votaciones y una nueva fumata negra, la segunda: nadie había obtenido los 77 votos necesarios.
A la hora del almuerzo, el papable norteamericano Sean O'Malley se sentó junto al cardenal argentino. "Parecía muy abrumado por lo que estaba pasando", contó. Entonces, según la agencia ANSA, el mismo Scola habría dado un paso atrás haciendo entender claramente que no quería ser una "candidatura de división" e invitó a "trabajar por la unidad".
Así, en la quinta votación, se presume que Bergolgio superó con creces los 77 votos. "Fue un momento muy conmovedor a medida que se escuchaban los nombres: 'Bergoglio, Bergoglio...' y de repente llegamos al número mágico de 77", contó Brady. "No creo que haya habido un ojo seco en la casa (la Capilla Sixtina)", dijo Dolan. (La Nación)
Aunque juraron silencio, los purpurados que participaron de la elección del sucesor de Benedicto XVI revelaron algunos detalles de la elección. Como el cardenal norteamericano Timothy Dolan, quien ayer confesó: "cuando Bergoglio llegó al voto número 77, estalló un aplauso. Todos estábamos muy felices por el resultado; son emociones muy fuertes".
Los detalles trascendidos permiten conocer parte de lo ocurrido durante cónclave secreto, en el que por primera vez se eligió a un papa no europeo, jesuita y argentino. Por ejemplo, que la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) felicitó por error al cardenal Angelo Scola, arzobispo de Milán. Entre la fumata blanca y el anuncio oficial, la CEI envió por correo electrónico un comunicado celebrando "con alegría y reconocimiento al cardenal Angelo Scola sucesor de Pedro".
En cuanto a la votación, se cree que en el primer escrutinio Bergoglio pudo haber sido el más votado, superando incluso a Scola (uno de los favoritos), pero el voto fue disperso. "Hubo varios candidatos", reveló el cardenal irlandés Sean Brady.
Scola, de 71 años, pudo haber obtenido unos 30 votos, mientras que el brasileño Odilo Pedro Scherer (otro de los candidatos), consiguió también fue uno de los seleccionados. En ese primer escrutinio Bergoglio sorprendió a todos con un número considerable de sufragios, incluso superando a Scola.
Se cree que la capacidad como orador le permitió al argentino captar los sufragios de los cardenales que aún no lo conocían. Los purpurados vieron en él a una persona muy especial, una figura que podía inspirar, evangelizadora, que podía comunicar la fe.
La mañana siguiente, Scola seguía con buenos números, pero sin avanzar. Bergoglio, en cambio, comenzó a captar más seguidores. Hubo dos votaciones y una nueva fumata negra, la segunda: nadie había obtenido los 77 votos necesarios.
A la hora del almuerzo, el papable norteamericano Sean O'Malley se sentó junto al cardenal argentino. "Parecía muy abrumado por lo que estaba pasando", contó. Entonces, según la agencia ANSA, el mismo Scola habría dado un paso atrás haciendo entender claramente que no quería ser una "candidatura de división" e invitó a "trabajar por la unidad".
Así, en la quinta votación, se presume que Bergolgio superó con creces los 77 votos. "Fue un momento muy conmovedor a medida que se escuchaban los nombres: 'Bergoglio, Bergoglio...' y de repente llegamos al número mágico de 77", contó Brady. "No creo que haya habido un ojo seco en la casa (la Capilla Sixtina)", dijo Dolan. (La Nación)
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