¿Para qué cambió?

Las modificaciones tácticas que presentó Ramón Díaz fracasaron en Rosario

LAS DOS CARAS DE LA MONEDA. Ponzio, Luna y Rogelio Funes Mori se lamentan por la derrota que sufrieron en Newell's, mientras los jugadores leprosos celebran el triunfo que los dejó como escoltas. LAS DOS CARAS DE LA MONEDA. Ponzio, Luna y Rogelio Funes Mori se lamentan por la derrota que sufrieron en Newell's, mientras los jugadores "leprosos" celebran el triunfo que los dejó como escoltas.

Él mismo se debe estar preguntando qué hizo. Ramón Díaz, que hace poco tiempo se comparó con José Mourinho, sabía que en Rosario se jugaba mucho. Durante toda la semana ensayó con variantes tácticas para viajar a Rosario. Pero todo lo salió mal. River no solo perdió con Newell's 1 a 0, sino que se alejó de Lanús, el cómodo líder del certamen. La "lepra", en cambio, está dulce: se transformó en el único escolta del torneo y lucha por la clasificación en la Copa Libertadores.

El riojano cambió su tradicional 3-4-1-2 para probar con un 3-5-2. Su idea era poder frenar así a los peligrosos volantes del rival que, por como se mueven en el campo, son más peligrosos que los mismos delanteros. Incluso confió en Luciano Abecasis, futbolista que disputó su primer partido de titular en el certamen para cumplir con su objetivo. Pero falló, y de lo lindo, porque el medio del equipo rosarino le ganó siempre.

El partido fue interesante. Newell's jugó mejor en el primer tiempo. Un golazo de Ignacio Scocco puso justicia en el marcador. En el complemento, el dueño de casa sacó el pie del acelerador, y esperó que el "millonario" lo atacara para apostar al contragolpe. Esa fue la fórmula del éxito "leproso". Nada complicado, por cierto.

Los hinchas, con el resultado puesto, también se preguntan por qué no fue por más. Por qué no se paró de frente y atacó a un rival que viene con complicaciones físicas por afrontar el Inicial y la Copa Libertadores. ¿Qué hubiera pasado si es que presionaban desde el arranque al dueño de casa? Ese es otro de los interrogantes que no tienen respuesta.

Lo único concreto es que River demostró que le cuesta jugar fuera del Monumental. Ayer sumó su segunda derrota (la primera fue contra San Lorenzo) y tiene un karma rosarino que no se lo puede quitar. No consigue un triunfo en ese estadio desde 2007 y perdió en las últimas cuatro visitas a ese escenario.

Ramón, si es que quiere ser como Mourinho, deberá calmarse y pensar un poco más. A veces, hacer cambios en una formación de un equipo que viene aceitado, puede ser perjudicial.

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