20 Marzo 2013
ACUSADO. Bruno Alberto Guerrero escucha atentamente el juicio. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA
¿Con qué elemento golpearon a Micaela? ¿Le pegaron en la cabeza o ella se golpeó con un objeto contundente, luego que su padrastro la empujara, como declaró el acusado? Las respuestas a estas preguntas fueron buscadas durante la audiencia de hoy, que se sigue contra Bruno Alberto Guerrero, acusado de haber matado a la pequeña de cuatro años en febrero de 2011.
La fiscala de Cámara Juana Prieto de Sólimo trató que el bioquímico de la Policía, Christian Jaroszewski, analizara si con los distintos elementos secuestrados de la vivienda se podría haber producido la lesión a la menor. Sin embargo, no logró una respuesta contundente a sus hipótesis. Lo mismo sucedió con el médico Hugo López, que describió las distintas lesiones que tenía Micaela el 2 de febrero de 2011, cuando la internaron.
Ese día, pasado el mediodía, Guerrero se encontraba en su casa de Lamadrid al 3.500 con su hijastra Micaela y su bebé de apenas cinco meses. La madre de los chicos, Lucila, estaba trabajando. Había contado que cuando llegaba a su casa, dos ladrones se acercaron para robarle, y que Micaela había intentado defenderlo. Uno de los asaltantes le pegó en la frente a la pequeña con la culata de un arma. Sin embargo, la fiscala Adriana Giannoni nunca le creyó esa versión.
Apenas comenzó la audiencia del martes, el acusado pidió a los jueces de la Sala III de la Cámara Penal, integrada por Carlos Caramuti, Analía Castillo de Ayusa y Dante Ibáñez, dar una nueva versión a la que había sostenido apenas lo detuvieron.
El padrastro de la niña argumentó que había mentido anteriormente porque tenía miedo de volver a la cárcel. Ya había estado en prisión hasta septiembre de 2010, acusado de un abuso sexual. De ese caso, finalmente, había resultado absuelto. LA GACETA
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