"Cuando uno habla está haciendo música"

Integrante de una de las compañías más importantes del mundo, afirma que hace música de teatro, no para teatro

WORKSHOP. El experto dictó el taller Los cuerpos sonoros en el MUNT. LA GACETA / FOTO DE MARIA SILVIA GRANARA WORKSHOP. El experto dictó el taller "Los cuerpos sonoros" en el MUNT. LA GACETA / FOTO DE MARIA SILVIA GRANARA
08 Abril 2013

Sin pensarlo mucho, estima que existen 46.000 instrumentos musicales reportados; él trabaja con 2.800, de los cuales inventó 700. Y su rostro marca un gesto de terror cuando se mencionan las palabras "clima, atmósfera y ambiente" como situaciones asociadas a la música. Jean Jacques Lemetre es compositor, luthier, intérprete y lleva más de 35 años en el Théâtre du Soleil trabajando con su directora, Ariane Mnouchkine.

Invitado por la Compañía Bitácora Teatro, Lemetre dictó el workshop "Los cuerpos sonoros". Su imponente figura y su larga barba canosa lo hacen ver como si se tratara de un gurú; sus referencias y estudios pasan fácilmente de Oriente a Occidente.

Traductora de por medio, lo que más le interesó subrayar a Lemetre durante su conversación con LA GACETA fue que él crea música de teatro y no para el teatro, y que se trata de cosas totalmente diferentes.

- Insiste mucho en esa diferencia. Por favor, explíquela más.

- No tiene nada que ver una con otra. La música de teatro es más poética y más abierta a distintas posibilidades. Con la música, que acompaña a toda la puesta, yo hablo al lado de la puesta. La música de teatro nace desde el mismo actor. Y no, tampoco tiene nada que ver con lo que se hace en el cine. Tomo la melodía que hay en cada palabra. Cuando alguien habla, pienso antes en la música. Hablar y cantar es lo mismo, no hay fronteras allí. Cuando uno habla hace música, utilizas las notas.

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- ¿Cómo trabaja con la dirección entonces?

- No nos hablamos jamás, pero sí nos miramos. Hay como un triángulo: en una punta está la directora, en otra la escena y los actores y en la siguiente la música. En el Théâtre du Soleil participo de todos los ensayos desde el comienzo. A la creación la consideramos un intercambio vital entre el actor, la directora y la música. Mi labor consiste en encontrar cuál es el sonido que corresponde a cada escena; y cuál, específicamente, a los personajes. Por otro lado, debo hallar los puntos de inflexión de las escenas, y para eso debo tener en cuenta el lugar, el espacio, los estados y los sentimientos que se desarrollan en las improvisaciones. La voz del actor es la herramienta que me otorga el modo melódico, y su cuerpo, el modo rítmico. Mi tarea también es crear el instrumento que genere el timbre de los personajes en cada espectáculo.

- ¿Invertiría esa remanida frase de que una imagen vale por mil palabras?

- Diría que el silencio vale más que mil palabras.

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- Johan Cage creó sonidos con el silencio...

- Efectivamente, hemos tenido el mismo maestro.

- ¿Qué son los cuerpos sonoros?

- Tratamos sobre la música interior de la gente. Cada persona tiene su música interior y esa música interior son dos palabras: imagen- sonora.

- ¿El Théâtre du Soleil se identifica con el teatro antropológico?

- Somos como primos con la compañía de Eugene Barbá, pero no hermanos. En ellos y en nosotros hay una gran influencia del mundo oriental y asiático.

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