22 Abril 2013
Es sinónimo de salud, de economía, de deporte, pero también de maniobra comercial para demorar pagos o de engaño. Sin embargo, las manchas no opacan el prestigio de la bicicleta que el 19 de abril celebró su Día Mundial, con diversas actividades en varios puntos del planeta. El vehículo es el favorito de la gente para desplazarse en ciudades como Amsterdam, Frankfurt, Lyon, Toronto, Copenhague, Viena y Londres. Hace poco tiempo, en Buenos Aires los cultores del rodado en dos ruedas han conseguido que muchas calles cuenten con ciclovías. Algo similar está sucediendo en Córdoba, La Plata, Rosario, Santa Fe y Posadas. Sin embargo, en San Miguel Tucumán, pese a tener adeptos, no ha encontrado su lugar. La fecha se evocó con una exhibición en la plaza Belgrano y stands informativos sobre el vehículo y las normas viales, organizados por Autoconvocados por la Bici en la Ciudad.
Circular en bicicleta por nuestra ciudad, especialmente por el centro o por las avenidas, sigue representando un gran peligro. No hay lugares señalizados por donde transitar.
Son varios los beneficios de andar en bicicleta: previene la osteoporosis, combate el estrés, mejora el humor; es bueno para personas que padecen problemas articulares, especialmente de columna; mejora el sistema osteoarticular; disminuye la posibilidad de artrosis, fortalece el corazón y todo el sistema cardiovascular. y combate los trastornos metabólicos. Según los especialistas, andar entre 50 minutos y una hora diarios en ritmo sostenido favorece el descenso de peso y sirve para mantenerse en forma. Se reducen en un 50% las posibilidades de sufrir una afección al corazón.
Desde la década de 1990, se viene intentando otorgarle a la bicicleta el espacio urbano que se merece. En 1998, un concejal radical impulsó un proyecto que no llegó a ser considerado. Propuso construir ciclovías en la avenida Roca (usando la platabanda central, desde avenida Alem hasta la salida a la ruta 38); Adolfo de la Vega (por la platabanda, desde Mate de Luna hasta avenida Roca); Jujuy, por calzadas laterales, desde avenida Independencia hasta la autopista; Bernabé Aráoz, desde Roca hasta 24 de Septiembre; en la circunvalación del parque 9 de Julio; y en las avenidas Gobernador del Campo, Soldati y Benjamín Aráoz. Inexplicablemente, la iniciativa no se concretó. Once años después, el Concejo Deliberante capitalino aprobó una propuesta para crear en la ciudad una red de circulación para ciclistas. La norma contemplaba el diseño de ciclorredes, así como de estacionamientos gratuitos y adecuados. Preveía circuitos y tramos seguros para ciclistas que comunicaran diferentes puntos de la ciudad.
El centro de la ciudad está saturado de vehículos y el tránsito es cada vez más caótico y pesado. Restringir la entrada de autos particulares, alentar el uso de la bicicleta y diseñar las ciclovías son posibles soluciones a este problema urbano.
Por otro lado, en tiempos en que el sedentarismo, la diabetes, el tabaquismo y las enfermedades cardiovasculares figuran entre las principales afecciones que padecemos los tucumanos, sería importante que desde el Estado se diseñara una política de salud que promoviera el empleo de este rodado. Si la bicicleta gana protagonismo, es posible que haya comprovincianos más sanos y tengamos una ciudad menos agresiva.
Circular en bicicleta por nuestra ciudad, especialmente por el centro o por las avenidas, sigue representando un gran peligro. No hay lugares señalizados por donde transitar.
Son varios los beneficios de andar en bicicleta: previene la osteoporosis, combate el estrés, mejora el humor; es bueno para personas que padecen problemas articulares, especialmente de columna; mejora el sistema osteoarticular; disminuye la posibilidad de artrosis, fortalece el corazón y todo el sistema cardiovascular. y combate los trastornos metabólicos. Según los especialistas, andar entre 50 minutos y una hora diarios en ritmo sostenido favorece el descenso de peso y sirve para mantenerse en forma. Se reducen en un 50% las posibilidades de sufrir una afección al corazón.
Desde la década de 1990, se viene intentando otorgarle a la bicicleta el espacio urbano que se merece. En 1998, un concejal radical impulsó un proyecto que no llegó a ser considerado. Propuso construir ciclovías en la avenida Roca (usando la platabanda central, desde avenida Alem hasta la salida a la ruta 38); Adolfo de la Vega (por la platabanda, desde Mate de Luna hasta avenida Roca); Jujuy, por calzadas laterales, desde avenida Independencia hasta la autopista; Bernabé Aráoz, desde Roca hasta 24 de Septiembre; en la circunvalación del parque 9 de Julio; y en las avenidas Gobernador del Campo, Soldati y Benjamín Aráoz. Inexplicablemente, la iniciativa no se concretó. Once años después, el Concejo Deliberante capitalino aprobó una propuesta para crear en la ciudad una red de circulación para ciclistas. La norma contemplaba el diseño de ciclorredes, así como de estacionamientos gratuitos y adecuados. Preveía circuitos y tramos seguros para ciclistas que comunicaran diferentes puntos de la ciudad.
El centro de la ciudad está saturado de vehículos y el tránsito es cada vez más caótico y pesado. Restringir la entrada de autos particulares, alentar el uso de la bicicleta y diseñar las ciclovías son posibles soluciones a este problema urbano.
Por otro lado, en tiempos en que el sedentarismo, la diabetes, el tabaquismo y las enfermedades cardiovasculares figuran entre las principales afecciones que padecemos los tucumanos, sería importante que desde el Estado se diseñara una política de salud que promoviera el empleo de este rodado. Si la bicicleta gana protagonismo, es posible que haya comprovincianos más sanos y tengamos una ciudad menos agresiva.