28 Abril 2013

La reacción inmediata evitó un caos en el mercado

Aldo Abram - Director de Libertad y Progreso

El de esta semana, no fue un martes cualquiera. La confusión se apoderó de la Bolsa de Nueva York y el índice Dow Jones, por unos instantes, descendió con fuerza en zona de pérdidas. En pocos minutos, bajó a 14.554 puntos, pero luego se recuperó. Esto ocurrió a causa de un mensaje falso, publicado en la red social Twitter. El grupo autodenominado Ejército Electrónico de Siria se atribuyó el ataque a la cuenta de la agencia de noticias estadounidense Asociated Press, con la publicación de un tuit en el que advertía de un atentado contra el presidente norteamericano, Barack Obama, en la Casa Blanca. Una de las grandes preocupaciones de Estados Unidos es la seguridad informática. En este caso, Twitter (utilizado por millones de usuarios) ha sido el vehículo elegido para generar inquietud en los mercados. Puede decirse que la reacción del mercado ha sido la lógica ante un evento que, de haber sido cierto, habría causado pánico entre los operadores. Ellos han actuado sobre la noticia existente a ese momento y, por lo tanto, hubo muchos desarmes de posiciones, en un contexto en el que se tomó la noticia como real. La duda es uno de los activos del mercado. Y eso causa fluctuaciones. Por esa razón, en esos minutos hubo compras a precio mucho más bajo que el habitual para las acciones.

La trampa del e-mail

Los hackers lograron acceder a la cuenta de Twitter de Asociated Press mediante de un correo electrónico apócrifo que recibieron los trabajadores de la agencia. Según trascendió, en e-mail se les pedía que abrieran en un enlace del diario "Washington Post", que les solicitaba registrarse. Al parecer, la propia agencia había advertido a sus empleados que se trataba de un correo fraudulento antes de que concretara el hackeo.

La empresa desmintió el mensaje del supuesto atentado al presidente y cerró su perfil en el sitio para borrar el tuit falso. Luego, la cuenta volvió a activarse. Además, en una reacción rápida, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, se encargó de anunciar que Obama se encontraba bien. La Oficina Federal de Investigación (FBI) inició investigaciones para determinar qué fue lo que ocurrió. Del mismo modo, el organismo regulador del mercado de valores estadounidense (SEC) ratificó que estudiará las circunstancias en que se produjo el pirateo. Hace semanas es mismo grupo sirio aseguró que hackeó perfiles de redes sociales de la cadena británica BBC y que envió correos electrónicos ficticios. El supuesto perfil de los atacantes en Twitter permanecía cerrado, según trascendió en la prensa norteamericana.

Los "errores" del sistema generan innumerables movimientos de mercado y será difícil que, en el futuro, puedan evitarse. También los errores humanos dañan las posiciones. Nada es perfecto. Pero además, es fundamental que observemos las enseñanzas que dejan este tipo de ataques informáticos. La inmediatez con que se difundió la falsa noticia también ha significado una rápida respuesta de confirmación de que el presunto atentado, finalmente, no era cierto.

La disponibilidad infinita de información y una reacción inmediata han logrado disminuir los costos. Por eso en la misma rueda, después de tanta fluctuación, Wall Street ha terminado sus operaciones como había arrancado, sin más contratiempo que ese lapso fatídico de tres minutos de incertidumbre. No hay que pretender que los seres humanos, como los mercados, seamos capaces de ser perfectos y no tener tanta volatilidad y demasiadas oscilaciones. Pero sí podemos generar mecanismos que eviten aquellas oscilaciones, y que hagan que el sistema sea cada vez más complejo para todo aquel que quiera atacarlo. Insisto: hay factores nuevos con los que enfrentarse cada día, como los adelantos tecnológicos que han servido de vehículo para el ataque, pero a favor juega la inmediatez que reduce los costos y las pérdidas, nada menos.

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El mercado de capitales transmite emociones

Federico Bunsow - Director de Phronencial

Indudablemente, el mercado de capitales transmite sensaciones y emociones humanas. Muchas veces perspectivas futuras de algo desconocido. Hay demasiada subjetividad en las decisiones. Cuando surge una noticia de las características del falso tuit, resulta muy difícil evaluar sus consecuencias. Entonces nace una sensación de pánico, lo que es normal en todo ser humano. Y si a eso le sumamos la facilidad tecnológica por donde canalizar esa nueva sensación de pánico, en forma inmediata, se generan estos segmentos de volatilidad.

Si esto hubiera ocurrido décadas atrás, la información -buena o mala- no se hubiese canalizado tan rápido aún en mercados muy sofisticados como Wall Street. Ahora sucede todo lo contrario, porque estamos en un mundo tecnológicamente muy sensibilizado.

También tenemos que tener presente que, hoy por hoy, gran parte de los mercados desarrollados se mueven con algoritmos que llevan a que se generen ejecuciones en forma automática, que están programadas cuando las Bolsas o determinados activos perforan o registran variaciones relevantes. Por caso, cuando -por cualquier motivo- el Dow Jones cae un 3%, automáticamente se disparan las órdenes que hacen, luego, que esa baja sea exacerbada.

Ese fue el caso del tuit que en Estados Unidos sembró el pánico durante cinco minutos. Fue algo que no pudo chequearse de forma inmediata, sino que al mercado le llevó varios minutos poder hacerlo. Rebotó el mismo martes y volvió a los mismos niveles previos al tuit que generó el temor. Pero es muy interesante analizar cómo la tecnología y la inmediatez de la información lleva a tomar decisiones que pueden causar un daño importante. Simplemente, en este caso, pura volatilidad intradiaria.

Seguro que hubo gente perjudicada, básicamente traders que tenían posiciones abiertas. Y se cerraron el mismo día. Compran y venden acciones a la mañana y cierran la operación durante la misma rueda. No hubo necesidad de reponer las garantías por operaciones de márgenes, que son las más perjudicadas cuando ocurren este tipo de eventos. Si esto hubiera durado más de un día, el daño para los operadores hubiese sido importante.

Cuando se operan instrumentos derivados y opciones a futuro es como un juego de suma cero. Y si el mercado bajó es porque hubo operaciones durante ese lapso. No obstante, esto no deja de ser llamativo y preocupante, como la súbita aparición de información errónea, que puede ser provista en forma automatica y generan consecuencias financieras permanente o transitorias como el caso en cuestión.

Seguramente puede que quien ideó estos ataques tuvo la intención de generar esa sensación de inseguridad financiera. Puede haber obtenido ganancias bastantes significativas y se deshizo cuando el mercado cayó. Creo que es temprano hacer evaluaciones al respecto. Los propios mercados, vía SEC, van a poder descubrir quién o quiénes se beneficiaron con esto. Porque las operaciones quedaron registradas. A la corta o a la larga, todo se sabe.

Un grupo que se hace llamar Ejército Electrónico de Siria se atribuyó el falso tuit y hace semanas ese mismo grupo aseguró atacó perfiles de redes sociales de la BBC y envió correos electrónicos falsos.

Según el periodista Jim Romenesko, los hackers lograron acceder a la cuenta de Twitter de la agencia internacional Asociated Press a través de un e-mail falso enviado a los trabajadores de la agencia. En él se les pedía que pinchasen en un link falso del "Washington Post" que les solicitaba registrarse. Tras la confirmación del ataque informático, AP cerró momentáneamente su perfil en el sitio de contactos y desmintió el mensaje mediante. Además, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, se encargó de informar que Obama se encontraba bien. Fueron cinco minutos de pánico financiero.

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