"En este lugar no perdemos demasiado tiempo mirando hacia atrás. Camina hacia el futuro, abriendo nuevas puertas y probando cosas nuevas. Sé curioso…porque nuestra curiosidad siempre nos conduce por nuevos caminos".
Walt Disney dejó algunas enseñanzas acerca de los comportamientos que deben tener todos aquellos que quieran influir, trascender, convertirse en personas exitosas. Y no sólo en su ambiente laboral, sino también dentro de su entorno familiar. Se trata de una decisión de vida, en la que un empleado, jefe o líder se pone objetivos para dejar huellas. Pero o no todo es un mundo ideal, como Disneylandia. En toda organización conviven personalidades que difieren mucho en la manera de ver las cosas, de hacer y hasta de comportarse frente a sus pares, sus superiores e, incluso, frente a las personas que tienen a cargo. En toda empresa hay exitosos y también de los otros, los no exitosos.
¿Cuáles son las facetas de uno y de otro? Hermes Ruiz Rincón, CEO de OleWow Solutions' Inventors, afirma que, generalmente, las personas exitosas encuentran un correcto equilibrio entre el rol que se asume en espacios de familia, trabajo y comunidad en general.
"Son inspiradores de aquellos que le rodean. Están en constante versión beta; es decir, se la pasan reinventándose", puntualiza a LA GACETA el experto en Gestión de Capital Humano.
Como contrapartida, aquellas personas que son consideradas generalmente como no exitosas "piensan que el tema económico es el indicador del éxito"
"Es aquel que, en el camino que haya decidido adoptar, olvida los valores y es capaz de causar daño a la gente. No es capaz de compartir", remarca el especialista colombiano.
Una elección
Las personas, consciente o inconscientemente, siempre eligen ser valiosas. Su historia personal, aspectos sociales y condiciones afectivas determinan los valores que adopta cada persona. Estos, condicionan la toma de decisiones, preferencias, actitudes y conductas, observa, por su parte, José María Blunda, director de +Personas (www.maspersonasrrh.com.ar).
Estas pautas, filtran determinadas posibilidades de acción y hacen nuestro comportamiento más predecible.
En este aspecto, el especialista en Gestión de Personas apunta más hacia los valores que sobresalen en aquellas personas consideradas como exitosas:
• Gratitud: es la oportunidad de reconocer lo que los demás hacen por nosotros. Se basa en nuestra capacidad de agradecer a todas las personas que te apoyan, a la vida, a un Dios que te cuida.
• Perdón: no significa que estés de acuerdo con lo que pasó, ni que lo apruebes, ni que lo vas a olvidar. Simplemente significa dejar de lado aquellos pensamientos negativos que aparecen acerca de alguien algo que nos causó dolor. El perdón se basa en la aceptación de lo que pasó. La falta de perdón es lejos el veneno más destructivo para el espíritu ya que neutraliza los recursos emocionales que tienes.
• Responsabilidad: disposición y habilidad para hacerme cargo de todo lo se genera en mi círculo de influencia. Implica ser protagonista de tus proyectos, ideas y desafíos.
• Felicitan: no solo marcan errores sino que además, encuentran a las personas haciendo las cosas bien y reconocen méritos. Quieren que los demás sean exitosos: viven en un contexto de abundancia por lo que el éxito de los demás no es peligroso ni algo que restringe las posibilidades del éxito propio.
• Aportan: entienden al éxito no como un fin en sí mismo sino como la consecuencia lógica de haber hecho bien el trabajo. Comprende intrínsecamente a la cultura del mérito, del esfuerzo para buscar el resultado que siempre es incierto.
• Alegría: se manifiesta en la disposición a festejar los logros, a cultivar el sentido del humor y la risa.
La empresa suele ser un ecosistema donde la lucha de fuerzas es constante. Los cambios implican procesos de adaptación. Los exitosos tienen menos resistencia a lo nuevo. Es como el terreno ideal para demostrar sus fortalezas. Los no exitosos, por el contrario, lo nuevo le significa un problema. Sin embargo, afirman los expertos, tienen las mismas posibilidades que los que sobresalen para modificar sus estructuras mentales. Sólo es cuestión de abrirse, dejar atrás el enojo, ser proactivos y planificar su carrera, más allá de las limitaciones, la edad y otras variables.