Los presidentes iraníes pasan a ser opositores del régimen

Sólo se admitieron postulantes del ala dura para competir por la Jefatura de Estado. Por Farshid Motahari - agencia DPA

DEBAJO DEL PODER RELIGIOSO. Ahmadinejad habla en 2012 con el retrato de los ayatollah Ruhollah Khomeini y Alí Khamenei detrás. REUTERS DEBAJO DEL PODER RELIGIOSO. Ahmadinejad habla en 2012 con el retrato de los ayatollah Ruhollah Khomeini y Alí Khamenei detrás. REUTERS
26 Mayo 2013
TEHERÁN.- Un dato llamativo en la escena política de Irán es que tres presidentes fueron virtualmente degradados a figuras de la oposición al final de sus mandatos. Tanto los ex mandatarios Akbar Hashemi Rafsanyani (1989-1997) y Mohammed Jatami (1997-2005) como el actual Mahmud Ahmadinejad (2005-2013) tienen algo en común: "son tratados como si fueran críticos del régimen", afirma un politólogo iraní que no quiere dar a conocer su nombre.

El reformista Jatami ni siquiera logró inscribir su candidatura. El clérigo moderado Rafsanyani y Esfandiar Rahim Mashaei, mano derecha y ex segundo del actual jefe de Estado, se postularon, pero no podrán presentarse a las elecciones presidenciales del 14 de junio, según determinó el Consejo de Guardianes de la Revolución, que cuestionó sus nombres.

Este Consejo decide cuáles candidatos califican ideológicamente para los comicios, de acuerdo con la Constitución. En el caso de Rafsanyani, otrora arquitecto del sistema islámico, la versión oficial del cuerpo es que a sus 78 años es demasiado viejo para asumir el cargo. "Es absurdo, ya que el jefe del Consejo (Ahmad Dshanatti) tiene 86", dice un alumno universitario en Teherán.

Según observadores, la cercanía de los últimos años de Rafsanyani con la oposición reformista sería el real motivo. Además, tras conocerse su candidatura, consideró que también podía cambiarse el rumbo en el conflicto nuclear que Irán mantiene hace años con Occidente.

A Mashaei y a su protector Ahmadinejad probablemente se les volvió en contra su eslogan inspirado en las revoluciones árabes: "larga vida a la primavera, hasta ahora es solamente un corto camino". El establishment vio allí (no sin razones) un avance para cambiar el sistema. Al candidato frustrado se le achaca socavar aspectos islámicos y buscar reemplazarlos por nacionalistas. Además, su declaración de que Irán también es un amigo de los israelíes indignó al clero. Mashaei apelará ante la Justicia la decisión y Ahmadinejad le pedirá al poderoso ayatollah, Alí Khamenei, que revierta el veto.

Sin referendo

"Con Rafsanyani, la elección se habría convertido en un referendo a favor o contra el sistema, con muchas voces de protesta y el establishment no lo quiso", consideró un profesor universitario en Teherán. De acuerdo con su opinión, de ganar Mashaei, Ahmadinejad habría continuado teniendo una gran influencia sobre la política iraní, y eso tampoco era algo deseado.

Los analistas estiman que con la exclusión de Rafsanyani y Mashei, la lucha electoral será bastante monótona y la participación electoral, baja. De entre los ocho candidatos que quedaron, dos son del ala conservadora: el ex ministro de Relaciones Exteriores, Ali Akbar Welajati, y el alcalde de Teherán, Mohammed Bager Galibaf, quienes tienen buenas chances de alcanzar la victoria.

El candidato de los reformistas, Hassan Ruhani, podría tomar el lugar de Rafsanyani pero no su carisma. Ahora, el postulante que podría dar la gran sorpresa sería el actual negociador nuclear Said Yalili, reconocido tanto por los conservadores como por los seguidores de Ahmadinejad, con lo que sumaría votos de ambos lados.

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