27 Mayo 2013
FUNERALES. Cientos de personas acompañaron a la familia de Rigby. REUTERS
LONDRES/NAIROBI.- Uno de dos hombres arrestados por el asesinato de un soldado británico en una calle de Londres había sido detenido en Kenia en 2010 como sospechoso de entrenar con un grupo vinculado a Al Qaeda en Somalia, señaló ayer la policía keniana.
La confirmación de que Michael Adebolajo fue detenido en Kenia y deportado posteriormente a Londres intensificará los llamados a que las agencias de espionaje británicas expliquen lo que sabían sobre el sospechoso y si podrían hacer hecho más para impedir el asesinato de Lee Rigby, ocurrido el miércoles pasado. El comité de seguridad del Parlamento británico investigará esta semana las acciones de los servicios de seguridad antes del incidente, que ha presionado al primer ministro David Cameron a que tome una postura más dura contra los radicales.
El Gobierno de Nairobi indicó inicialmente que Adebolajo nunca había visitado Kenia. Sin embargo, el jefe de la policía antiterrorista de ese país, Boniface Mwaniki, reveló ayer que Adebolajo había sido arrestado en noviembre de 2010 y deportado a Gran Bretaña. "Fue arrestado con un grupo de otros cinco (individuos) intentando viajar a Somalia para unirse al grupo militante Al Shabaab", explicó. El grupo, vinculado a Al Qaeda, quiere imponer una versión estricta de la ley islámica en toda Somalia.
Una portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores en Londres confirmó el arresto y dijo que los funcionarios consulares habían entregado ayuda.
Adebolajo, de 28 años, y Michael Adebowale, de 22, se encuentran bajo vigilancia en un hospital tras ser baleados y arrestados después de asesinar al veterano de la guerra de Afganistán, de 25 años. Aún no han recibido cargos formales.
Al ser consultada si los servicios de inteligencia habían contactado a los hombres, la secretaria de Asuntos Internos (ministra del Interior), Theresa May, dijo a la BBC: "su trabajo es reunir inteligencia. Hacen eso a partir de una variedad de fuentes y lo harán en una variedad de formas. Y sí, abordarán a individuos de vez en cuando".
Una fuente cercana a la investigación dijo que ambos sospechosos eran conocidos por el servicio británico de seguridad interno MI5. Sin embargo, ninguno de ellos era considerado como una amenaza seria.
"Narrativa venenosa"
En tanto, el Gobierno británico también informó que está formando un grupo para combatir a clérigos musulmanes radicales y a otros cuyas palabras podrían alentar a la violencia.
La oficina del primer ministro Cameron señaló que el grupo apunta a combatir el radicalismo en escuelas y mezquitas, a endurecer el control de material incendiario en internet y a interrumpir la "narrativa venenosa" de clérigos musulmanes de línea dura.
El asesinato de Rigby provocó indignación pública contra el Islam radical. También planteó interrogantes sobre si pudo haberse hecho más para impedir el ataque y presionó a Cameron para que enfrente a militantes sospechosos en forma más enérgica.
Testigos dijeron que los asesinos de Rigby gritaron consignas islamistas durante el ataque. Transeúntes filmaron a uno de los sospechosos diciendo que el acto era en venganza por la participación de Gran Bretaña en las guerras de Irak y Afganistán. (Reuters)
La confirmación de que Michael Adebolajo fue detenido en Kenia y deportado posteriormente a Londres intensificará los llamados a que las agencias de espionaje británicas expliquen lo que sabían sobre el sospechoso y si podrían hacer hecho más para impedir el asesinato de Lee Rigby, ocurrido el miércoles pasado. El comité de seguridad del Parlamento británico investigará esta semana las acciones de los servicios de seguridad antes del incidente, que ha presionado al primer ministro David Cameron a que tome una postura más dura contra los radicales.
El Gobierno de Nairobi indicó inicialmente que Adebolajo nunca había visitado Kenia. Sin embargo, el jefe de la policía antiterrorista de ese país, Boniface Mwaniki, reveló ayer que Adebolajo había sido arrestado en noviembre de 2010 y deportado a Gran Bretaña. "Fue arrestado con un grupo de otros cinco (individuos) intentando viajar a Somalia para unirse al grupo militante Al Shabaab", explicó. El grupo, vinculado a Al Qaeda, quiere imponer una versión estricta de la ley islámica en toda Somalia.
Una portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores en Londres confirmó el arresto y dijo que los funcionarios consulares habían entregado ayuda.
Adebolajo, de 28 años, y Michael Adebowale, de 22, se encuentran bajo vigilancia en un hospital tras ser baleados y arrestados después de asesinar al veterano de la guerra de Afganistán, de 25 años. Aún no han recibido cargos formales.
Al ser consultada si los servicios de inteligencia habían contactado a los hombres, la secretaria de Asuntos Internos (ministra del Interior), Theresa May, dijo a la BBC: "su trabajo es reunir inteligencia. Hacen eso a partir de una variedad de fuentes y lo harán en una variedad de formas. Y sí, abordarán a individuos de vez en cuando".
Una fuente cercana a la investigación dijo que ambos sospechosos eran conocidos por el servicio británico de seguridad interno MI5. Sin embargo, ninguno de ellos era considerado como una amenaza seria.
"Narrativa venenosa"
En tanto, el Gobierno británico también informó que está formando un grupo para combatir a clérigos musulmanes radicales y a otros cuyas palabras podrían alentar a la violencia.
La oficina del primer ministro Cameron señaló que el grupo apunta a combatir el radicalismo en escuelas y mezquitas, a endurecer el control de material incendiario en internet y a interrumpir la "narrativa venenosa" de clérigos musulmanes de línea dura.
El asesinato de Rigby provocó indignación pública contra el Islam radical. También planteó interrogantes sobre si pudo haberse hecho más para impedir el ataque y presionó a Cameron para que enfrente a militantes sospechosos en forma más enérgica.
Testigos dijeron que los asesinos de Rigby gritaron consignas islamistas durante el ataque. Transeúntes filmaron a uno de los sospechosos diciendo que el acto era en venganza por la participación de Gran Bretaña en las guerras de Irak y Afganistán. (Reuters)