01 Junio 2013
La autorización del gobierno nacional para exportar 400.000 toneladas de azúcar abrió buenas perspectivas en la principal industria tucumana. El gobernador, José Alperovich, expresó que el acuerdo obtenido con la Secretaría de Comercio Interior de la Nación "le dará certeza a la salida del producto y oportunidad a la industria azucarera de obtener una 'prefinanciación' de bancos y 'traders' ".
La noticia llega al cabo de un mes de tensas reuniones entre todos los factores de la actividad en busca de dar racionalidad y perspectivas favorables a la zafra 2013, que comenzó en medio de incertidumbre y conflictos. Estos incluyeron protestas -con cortes de ruta- de pequeños productores por las dificultades financieras y de rentabilidad para iniciar la campaña azucarera; y reclamos (incluida una fuerte reprimenda pública del gobernador) a los industriales por haber inundado el mercado interno con azúcares destinadas a la exportación, lo cual hizo deprimir el precio a niveles de quebranto para muchos productores. El año llegó con una nueva ley, la 8.573, por la que se creó el Instituto de Promoción del Azúcar y Alcohol de Tucumán (Ipaat) con el objetivo de elaborar estrategias y hacer controles para sanear el mercado, cumplir con los cupos de exportación, cubrir el consumo interno y frenar la caída del precio.
Hace 15 días se firmó un "acta compromiso" entre los ingenios y las entidades cañeras para exportar el excedente de la campaña anterior, de alrededor de 200.000 toneladas y no vender "azúcar blanco tipo A" de la zafra 2013, hasta el 30 de junio, así como un control efectivo del Ipaat. En ese marco, la autorización dada por la Nación es una señal para dar tranquilidad al mercado, como señaló el gobernador. Pero hay que tener muy en cuenta los factores que han generado tanta incertidumbre, y que han sido planteados por los productores con claridad: en primer lugar, el precio bajo (de $ 115 por bolsa de 50 kg, que ha tenido en las últimas semanas una tendencia a la suba a $ 120-$ 140) y el compromiso de entrega de un 6% de la producción de azúcar Dominó a $ 75 que exige Guillermo Moreno para medir la inflación oficial. Los agricultores han solicitado un incremento del valor de este producto hasta los $ 95 o $ 100. La diferencia entre los costos de producción y los precios deprimidos de venta ha sido expuesta en la protesta de agricultores en el Obelisco, hace dos días.
En segundo lugar, los cañeros pidieron un "dólar diferencial" que estimule las exportaciones, ya que adjudican a la diferencia entre el valor oficial de esa moneda y el del "blue" la reticencia de los exportadores a vender al exterior. Y solicitaron la suspensión del 5% de las retenciones para exportar. En tercer lugar, el problema de los fletes. En cuarto lugar está la financiación en un mercado deprimido, que podría surgir de un plan de warrants que trata de implementar el Gobierno. Si las medidas ayudan a levantar el precio, la financiación podría funcionar.
Las reacciones de productores ante la autorización de exportaciones han sido positivas, con reticencias, en función de las experiencias previas, con factores que siempre atendieron su propio interés. Habría que lograr que el Ipaat funcione aceitadamente en sus tareas de control y estímulo, porque en el novedoso organismo están depositadas las expectativas de que pueda poner orden en una actividad en la que tradicionalmente el más fuerte hizo lo que quiso.
La noticia llega al cabo de un mes de tensas reuniones entre todos los factores de la actividad en busca de dar racionalidad y perspectivas favorables a la zafra 2013, que comenzó en medio de incertidumbre y conflictos. Estos incluyeron protestas -con cortes de ruta- de pequeños productores por las dificultades financieras y de rentabilidad para iniciar la campaña azucarera; y reclamos (incluida una fuerte reprimenda pública del gobernador) a los industriales por haber inundado el mercado interno con azúcares destinadas a la exportación, lo cual hizo deprimir el precio a niveles de quebranto para muchos productores. El año llegó con una nueva ley, la 8.573, por la que se creó el Instituto de Promoción del Azúcar y Alcohol de Tucumán (Ipaat) con el objetivo de elaborar estrategias y hacer controles para sanear el mercado, cumplir con los cupos de exportación, cubrir el consumo interno y frenar la caída del precio.
Hace 15 días se firmó un "acta compromiso" entre los ingenios y las entidades cañeras para exportar el excedente de la campaña anterior, de alrededor de 200.000 toneladas y no vender "azúcar blanco tipo A" de la zafra 2013, hasta el 30 de junio, así como un control efectivo del Ipaat. En ese marco, la autorización dada por la Nación es una señal para dar tranquilidad al mercado, como señaló el gobernador. Pero hay que tener muy en cuenta los factores que han generado tanta incertidumbre, y que han sido planteados por los productores con claridad: en primer lugar, el precio bajo (de $ 115 por bolsa de 50 kg, que ha tenido en las últimas semanas una tendencia a la suba a $ 120-$ 140) y el compromiso de entrega de un 6% de la producción de azúcar Dominó a $ 75 que exige Guillermo Moreno para medir la inflación oficial. Los agricultores han solicitado un incremento del valor de este producto hasta los $ 95 o $ 100. La diferencia entre los costos de producción y los precios deprimidos de venta ha sido expuesta en la protesta de agricultores en el Obelisco, hace dos días.
En segundo lugar, los cañeros pidieron un "dólar diferencial" que estimule las exportaciones, ya que adjudican a la diferencia entre el valor oficial de esa moneda y el del "blue" la reticencia de los exportadores a vender al exterior. Y solicitaron la suspensión del 5% de las retenciones para exportar. En tercer lugar, el problema de los fletes. En cuarto lugar está la financiación en un mercado deprimido, que podría surgir de un plan de warrants que trata de implementar el Gobierno. Si las medidas ayudan a levantar el precio, la financiación podría funcionar.
Las reacciones de productores ante la autorización de exportaciones han sido positivas, con reticencias, en función de las experiencias previas, con factores que siempre atendieron su propio interés. Habría que lograr que el Ipaat funcione aceitadamente en sus tareas de control y estímulo, porque en el novedoso organismo están depositadas las expectativas de que pueda poner orden en una actividad en la que tradicionalmente el más fuerte hizo lo que quiso.
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