Papelón en el pabellón argentino

Una artista denunció que en Venecia, el Gobierno Nacional le agregó a su obra una instalación

EVA-ARGENTINA: METÁFORA CONTEMPORÁNEA. La propia artista representa a Eva en la videoinstalación. TELAM "EVA-ARGENTINA: METÁFORA CONTEMPORÁNEA". La propia artista representa a Eva en la videoinstalación. TELAM
10 Junio 2013
Se la inauguró hace poco menos de dos semanas. En ese entonces nadie imaginaba que se iba a convertir en un verdadero papelón. Se trata del pabellón argentino en la Bienal de Venecia. Allí se encuentra la obra "Eva-Argentina: metáfora contemporánea", de la artista Nicola Costantino, que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner presentó a través de una teleconferencia. La polémica estalló porque luego de la inauguración, el gobierno realizó su propia instalación, que tanto la artista como el curador Fernando Farina calificaron como inapropiada.

La artista denunció que el Gobierno nacional estaba distorsionando la función de la obra: "El curador y la artista consideran este espacio innecesario y que puede confundir la interpretación de la obra", escribió en la quinta sala del pabellón argentino en Italia. ¿Por qué? Porque esa quinta sala estuvo, directamente, a cargo del Gobierno, y la usaron para hacer lo que ellos definieron como propaganda.

"Cuando me propusieron hacer un proyecto de arte para Venecia me pidieron que hiciera una quinta instalación para este quinto espacio, en la que mostrara que 'Evita vive y está entre nosotros'. Yo creé un proyecto en el que establecía un paralelo entre los funerales de Evita y las manifestaciones actuales; y lo rechazaron porque no era lo suficientemente nacional y popular", explicó Costantino a los diarios Clarín y Perfil, este fin de semana, cuando regresó a Argentina.

"A la Presidenta le gustó mucho la instalación, pero dijo que quería que la obra terminara de otra manera, para que el final no fuera la muerte de Eva. Hice bocetos y proyectos pero no les gustaron. Faltaban pocos días para viajar a Venecia y me dijeron que ellos prepararían algo para el cierre. Pensé que iban a hacer algo cuidadoso, criterioso y por eso les confié el armado del final. Mi obra no es para nada dogmática ni peronista, muestra una visión más poética", aseguró la artista.

"Fue allí donde todo se desvirtuó: el día anterior a la inauguración de la Bienal, llegaron unas personas de Cancillería y pusieron los videos. Uno era un documental sobre la vida de Eva; un segundo video era sobre su muerte, y el tercero era sobre su 'resurrección'. Y éste era, directamente, sobre La Cámpora", aseguró.

Actualidad política

"En el video se veían pancartas de La Cámpora, como si Eva hubiera resucitado y viviera en la juventud de La Cámpora. Me cayó mal cuando noté que afectaba mi obra. Ningún país pone un espacio para explicar un personaje político o para demostrar la actualidad política. El arte es atemporal, no tiene nada que ver que tengamos un gobierno peronista en este momento", se quejó Costantino ante la prensa.

A raíz de las repercusiones negativas, la autora decidió colocar un cartel de protesta y, además, desconectó los televisores de la polémica sala. "Es mi obra, pongo mi nombre y tengo derecho a cuidarla. No voy a permitir que lo vuelvan a encender. Creo que tengo el derecho a desactivar algo si compruebo que afecta a mi trabajo. No era mi intención que se hablara de esto más que de la obra; no quiero que se hable más de esto", reiteró.

La instalación de Costantino está dividida en cuatro partes que reflejan distintos momentos de la vida de Evita. Las dos primeras son videoinstalaciones en las que la artista representa ella misma a Eva Perón en distintos matices. Luego, Evita desaparece y sólo queda un arnés motorizado, que representa el sostén que la sostuvo durante su enfermedad que choca contra las paredes de una habitación. En la cuarta, se muestra su relación con el pueblo a través de una mesa de acero con una montaña de lágrimas; representan la tristeza de la gente ante su muerte.

Posición oficial

Desde el Gobierno nacional se mostraron sorprendidos por las declaraciones de la artista, y aclararon que no tuvieron contacto con ella tras sus dichos. "Todo esto me parece muy incorrecto. El cartel lo instalaron una vez que nosotros ya nos habíamos vuelto. Eso no se hace, el pabellón es del Estado nacional", le dijo a Perfil la embajadora Magdalena Faillace, encargada del espacio argentino en la Bienal de Venecia.

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