Cartas de lectores

LA CÁMPORA EN LA UNT

Como egresada de la Universidad Nacional de Tucumán y convencida de la inclaudicable necesidad de sostener la autonomía universitaria que la proteja de los caprichos y vaivenes de los gobiernos de turno, digo con absoluta sinceridad que lamento tener que escribir esta carta, puesto que si no lo hiciera, lo sentiría como un acto de omisión o de convalidación. El acto de asunción de dos funcionarios de la Cámpora en el Centro Cultural Virla, presidido por las altas autoridades de la universidad, es un hecho de gravísima trascendencia para la autonomía universitaria, que en estos cien años de existencia ha sido defendida como una de sus mayores conquistas. Por la foto y lo publicado en LA GACETA días pasados, el acto se asemejaba a un acto proselitista del Partido Justicialista. Cánticos peronistas, decenas de camporistas apoyando a los electos que respondían con la V de la victoria y un rector que agradecía a la Presidenta por la generosa ayuda presupuestaria y política. Que el gobernador Alperovich, aunque no lo comparto, se muestre tan agradecido, es una cosa, pero que el rector de la universidad lo haga, se podría decir que es un despropósito. Porque con ello, insisto, se rompe con el principio de autonomía; deja en desventaja a otros sectores que vienen luchando desde siempre por sus ideales partidarios pero no de sometimiento; y confunde, porque el presupuesto universitario no depende del presidente o gobierno de turno, sino del Estado, que somos todos los ciudadanos los que lo sostenemos con los elevadísimos impuestos que pagamos, aun por quienes jamás ingresarán a la Universidad porque no tienen ni para cubrir las necesidades mínimas. Desazón, desasosiego, pena, es lo que me ha producido este hecho, porque parafraseando a alguien que ha luchado más de cincuenta años por el engrandecimiento de la institución la ha definido como al ámbito natural donde se debaten los pensamientos, las ideas, los ideales de cada tiempo; sin prejuicios ni dogmatismos, sin sectarismos. Abogo para que la comunidad universitaria se abroquele en su defensa y que próxima a cumplir cien años de su fundación sepa retomar el camino de libertad y excelencia por la que han luchado tantas generaciones.

María Florencia Aráoz
[email protected]

SALA DE CONCIERTOS

Con respecto a la carta del lector Murga Arnaiz (9/6), quiero aclarar a la opinión pública que la sala de conciertos del Colegio Nueva América que tuve el privilegio de inaugurar con un recital de piano con casi 150 personas en la audiencia, no tiene nada de "lujosa" como él maliciosamente sugiere. Es simplemente la sala de actos del colegio a la cual se le hizo el necesario tratamiento acústico para sostener apropiadamente el sonido de un piano Bechstein restaurado: dignísimas condiciones para ofrecer recitales de piano y/o música de cámara. Considerando que literalmente no hay en Tucumán a la fecha una sala habilitada para tal específico fin, celebro calurosamente su apertura y me consta que otros colegas músicos también. Supo por cierto haberla: el anfiteatro del Centro Cultural de la UNT que hace muchos años no dispone de piano, pero esa es por supuesto otra historia. El público caluroso y afectuoso que asistió a mi recital el sábado pasado, agradecido, y yo doblemente agradecido a las autoridades del colegio por haberme permitido hacer música nuevamente en Tucumán. Por Dios, pongamos las cosas en su debido lugar de una vez por todas en esta ciudad.

Roberto Buffo
[email protected]

INDIGENTES

Este es un pedido de asistencia sanitaria y social para dos hombres que viven a la intemperie, en la esquina de avenida Aconquija e Imbaud, en Yerba Buena; se hallan a la vista de todos. El deterioro físico y psíquico, el alcohol, ponen en riesgo no sólo a ellos, sino a niños y jóvenes que obligadamente pasan por allí rumbo a sus colegios o trabajos. La Policía provincial o algún funcionario del área social deberían atender esta situación que se agrava día a día, sobre todo con las bajas temperaturas.

Mónica Beatriz Medina
[email protected]

APERTURA DE LA LUCAS CÓRDOBA

Por lo que leí en LA GACETA del 4/5, según la Municipalidad, la apertura de Lucas Córdoba se hace para descongestionar las avenidas Mitre y Ejército del Norte. Pero, ¿quién se hace responsable de lo que no se ha hecho ni se está haciendo respecto de la colocación de semáforos a lo largo de esta calle? ¿Los especialistas municipales no lo consideran necesario? ¿Qué opinión tienen sobre este tema los colegios de Abogados, de Arquitectos y de Ingenieros; universidades, concejales, educadores viales, especialistas oficiales y otras personas? Estas preguntas surgen porque por la tranquila Lucas Córdoba ahora el tránsito es incesante. Además, a una cuadra están los colegios Tulio y Massa, y a dos cuadras, el María Auxiliadora, la escuela Colombres, una escuela técnica y el jardín infantil Semillitas. Y a lo largo de esta calle y aledañas, está un vecindario que paga sus impuestos para que le mejoren la calidad de vida, no para que se la empeoren poniendo en peligro su vida. Es de advertir que cualquier accidente o muerte, en buena parte, no será casual, sino fruto de la imprevisión urbanística. Por cosas así, Ibarra cayó en Buenos Aires. Y es de esperar que el intendente Amaya clausure esta apertura hasta tanto no se coloque semáforos en todo su largo, antes de que ocurran desgracias irremediables.

Juan Carlos Rosario Medina
Lucas A. Córdoba 285 
San Miguel de Tucumán

LOS CHICOS DE LA CALLE

¿Alguien puede contestarme cuánto tiempo les puede llevar al gobernador Alperovich o al intendente Amaya conocer el número exacto de chicos de la calle? Me refiero a los que se ven y no a los invisibles de los barrios más pobres, que al ser tantos pasan totalmente inadvertidos. Los que deambulan por las calles dentro de las cuatro avenidas, El Bajo, la Terminal o debajo de las tribunas de los clubes, en las plazas. ¿Una mañana, un día, dos, una semana? Con los recursos humanos, materiales y tecnológicos que cuentan tanto la provincia como el municipio, en muy poco tiempo, si realmente existe voluntad de saberlo, tendrían una radiografía exacta de lo que sucede día a día con esos chicos y adolescentes. No desconozco que esta realidad es una excelente oportunidad para todos aquellos que practicamos la caridad con el prójimo, de ejercerla plenamente; sin embargo, todos sabemos que nuestro aporte es limitado e insuficiente. Entonces no es un tema menor, y es el Estado quien debe preocuparse y ocuparse del tema. No descarto que seguramente existirán programas que buscan atender estas situaciones de riesgo; lo cierto es que a prima facie no se ven, por lo menos a nuestro alcance como ciudadanos, avances sobre esta problemática. Ocuparse del tema implica generar verdaderas alternativas de vida para estos chicos, darles un futuro, pero sin descuidar su presente, la acción directa que la coyuntura del hoy reclama. No pido que el Estado descuide ninguna de sus otras acciones, que de suyo son obligaciones que el soberano le confiere; sólo pido, a pesar de que en una lectura electoral mezquina tal vez no le signifique cantidad de votos, que practique eficazmente lo que pregona: una inclusión social real, que en la verdad de los hechos debería constituirse en una auténtica integración social.

Rolando Argañaraz
[email protected]

EL PERONISMO

Con mucha tristeza y dolor, veo cómo se viene manejando la política en nombre del peronismo, donde ciertos señores del poder expresan en sus discursos conceptos o principios reflejados en nuestra doctrina, los cuales quedan en meras palabras, ya que el pueblo en su conjunto ve cómo a diario va perdiendo la tranquilidad añorada en todos los órdenes; y también es fácil observar a seudo dirigentes o enriquecidos funcionarios cómo han desvirtuado en la realidad la verdadera justicia social, que no pasa por dádivas que no llegan a satisfacer las necesidades múltiples de los humildes; o los aumentos de sueldos de los trabajadores asalariados, que no solucionan sus problemas; mientras que, por otro lado, con total hipocresía, niegan lo innegable, como es el acrecentamiento injustificado de sus patrimonios o el acomodo en cargos bien remunerativos de sus familiares o amigotes, sin importarles en nada que pisoteen la memoria de los muertos, desaparecidos o de los perseguidos. ¿Cómo es posible que en las administraciones del Estado haya funcionarios bussistas o de cualquier signo, menos peronistas (raras excepciones)? Hoy están mejor los que renegaron siempre del peronismo; entonces ¿cómo se explica que se condenó a Bussi y a tantos otros, por un lado, y por el otro, sus seguidores son parte de los poderes actuales? ¿Dónde está la verdadera compensación a los verdaderos peronistas? En el 76 fueron cesanteados, perseguidos, encarcelados, torturados, asesinados y por el solo hecho de ser luchadores o verdaderos dirigentes, cuya mayor riqueza era y es la de ser honestos. Pero esto lamentablemente resulta peligroso para los camaleones de hoy, que sin lucha, sin sufrimientos, sin persecuciones, gozan las mieles del poder. Si se hubieran querido hacer las cosas distintas, hoy habría menos pobres, tendríamos patria, menos odios o divisiones, menos abusos, menos delincuencia y más seguridad, porque las riquezas últimamente obtenidas, nuevamente han sido mal distribuidas y en función pública, muchos salen ricos.

Ernesto Andina Lizárraga
Bolívar 352 
San Miguel de Tucumán

LA MAYORÍA Y LA MINORÍA

Conforme con la realidad que vivimos, opino que los argentinos necesitamos un gobierno que hable de los derechos y obligaciones del pueblo y no de la obediencia a la voluntad de la mayoría. Porque el dominio absoluto de la mayoría sobre la minoría trae la oclocracia, es decir, el gobierno de la masa, la tiranía del pueblo, que es la peor de las tiranías. En sus memorias, el lúcido militar argentino de la independencia, Tomás de Iriarte, dice que: "El pueblo convertido en tirano, ansía e impone un tirano que lo tiranice". El éxito de un gobierno se sustenta en los principios filosóficos que buscan el bien para todos, es decir, el bien común, la justicia social. Es prioritario entonces, frente a este embate que estamos observando contra el poder judicial, emprender un camino distinto donde la lucha política sea contra el despotismo, a favor de la libertad, y sobre todo de la Constitución; porque lo demás vendrá por añadidura.

Marcelo Funes
El Salvador 1.987 
Yerba Buena-Tucumán