Fra Tenori y Coroico cierran la fiesta en honor a San Antonio

A las 18 se hará la misa en la plaza. Kermeses, juegos y fuegos artificiales.

13 Junio 2013
A pura música, juegos y fuegos artificiales. Así vivirá Tafí Viejo el festejo en homenaje a su patrono, San Antonio, que se realizará hoy, a partir de las 18, en la plaza Bartolomé Mitre.

Organizada por la Municipalidad de esa ciudad, las celebraciones se iniciaron el viernes pasado con las tradicionales kermeses, las exposición de artesanos, los puestos de comida y el parque de diversiones con sus juegos mecánicos. Hoy se realizará la fiesta central, que comenzará a las 17 con una procesión desde la parroquia Inmaculada Concepción (avenida Alem al 700) hasta la plaza. La imagen del santo será trasladada en andas por los fieles y recorrerá las calles de la ciudad. Luego se realizará una misa en el escenario mayor de la plaza. A continuación se llevará a cabo una ceremonia protocolar en la que se entregarán premios a las distintas disciplinas deportivas organizadas durante los festejos. En tanto, a las 21.30, se hará el ya tradicional show de fuegos artificiales, un espectáculo que es seguido por cientos de personas.

El broche de oro

El cierre de la fiesta estará a cargo de un puñado de artistas de destacada trayectoria nacional. Actuarán Fra Tenori, Cachetón Vizcarra (humor) y Coroico.

San Antonio debe su fama de hallar cosas perdidas a una anécdota de su vida. Se dice que en el convento franciscano donde vivía, un novicio le robó su salterio (libro de salmos) y huyó. Al darse cuenta, el santo se desesperó y rezó muchísimo para recuperar su libro. Al parecer, la oración dio resultados, porque el novicio fugitivo tuvo una visión terrible que lo obligó a devolver el libro.

Su nombre era Fernando Martins. Había nacido en 1195, en el seno de una familia de la aristocracia en Portugal, pero renunció a la fortuna que iba a heredar para dedicarse a la vida religiosa. Así, se cambió el nombre por el de Antonio y la historia le dio el apellido de la ciudad italiana de Padua, donde murió y donde todavía se veneran sus reliquias. En 1946, Pío XII lo proclamó "Doctor de la Iglesia", bajo el título de "Doctor evangélico".

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