13 Junio 2013
Antes de que termine la semana, César Soto, el ex novio de Paulina Lebbos, deberá designar al abogado que lo representará como querellante. De lo contrario, el Ministerio Público le designará un defensor oficial para que cumpla la función de apoderado legal del joven.
El lunes a la mañana, el fiscal de Instrucción de la IV° Nominación, Diego López Ávila, notificó a las dos personas que se encuentran acreditadas como querellantes de que es el nuevo fiscal designado tras la inhibición de Carlos Albaca.
La notificación les permitirá a los querellantes plantear alguna objeción al nuevo fiscal, en tanto que López Ávila quedará formalmente habilitado para comenzar a solicitar medidas en torno a la investigación.
En el caso de Alberto Lebbos, el padre de Paulina, su abogado es Emilio Mrad. Soto, por su parte, asumió el rol de querellante al tener la representación legal de la hija que tuvo con Paulina. Fuentes tribunalicias comentaron que en el expediente no está claro quién es el apoderado del hombre, por lo que el fiscal decidió notificarle en su domicilio que debe aclarar la situación.
El Código Procesal de la provincia establece la posibilidad de que la víctima (o sus familiares en caso de homicidios) puedan asumir como querellantes. Ese rol le correspondía a la hija de Paulina. Por eso, el fiscal Albaca había desplazado a Lebbos y permitió que César Soto represente a su hija. Sin embargo, la decisión fue impugnada por Alberto Lebbos, quien siempre cuestionó el rol que le cupo al novio de su hija en el crimen. El juez de Instrucción Francisco Pisa, posteriormente, autorizó que Lebbos sea querellante, exceptuándose de lo que expresamente establece la legislación.
Paulina desapareció el 26 de febrero de 2006, luego de salir de bailar de un boliche de El Abasto junto a su amiga, Virgina Mercado. Esta se bajó en barrio Sur, en tanto que la víctima siguió viaje rumbo a la casa de su novio, pero nunca llegó. Apareció sin vida el 11 de marzo, a la vera de la ruta 341, en Tapia.
El lunes a la mañana, el fiscal de Instrucción de la IV° Nominación, Diego López Ávila, notificó a las dos personas que se encuentran acreditadas como querellantes de que es el nuevo fiscal designado tras la inhibición de Carlos Albaca.
La notificación les permitirá a los querellantes plantear alguna objeción al nuevo fiscal, en tanto que López Ávila quedará formalmente habilitado para comenzar a solicitar medidas en torno a la investigación.
En el caso de Alberto Lebbos, el padre de Paulina, su abogado es Emilio Mrad. Soto, por su parte, asumió el rol de querellante al tener la representación legal de la hija que tuvo con Paulina. Fuentes tribunalicias comentaron que en el expediente no está claro quién es el apoderado del hombre, por lo que el fiscal decidió notificarle en su domicilio que debe aclarar la situación.
El Código Procesal de la provincia establece la posibilidad de que la víctima (o sus familiares en caso de homicidios) puedan asumir como querellantes. Ese rol le correspondía a la hija de Paulina. Por eso, el fiscal Albaca había desplazado a Lebbos y permitió que César Soto represente a su hija. Sin embargo, la decisión fue impugnada por Alberto Lebbos, quien siempre cuestionó el rol que le cupo al novio de su hija en el crimen. El juez de Instrucción Francisco Pisa, posteriormente, autorizó que Lebbos sea querellante, exceptuándose de lo que expresamente establece la legislación.
Paulina desapareció el 26 de febrero de 2006, luego de salir de bailar de un boliche de El Abasto junto a su amiga, Virgina Mercado. Esta se bajó en barrio Sur, en tanto que la víctima siguió viaje rumbo a la casa de su novio, pero nunca llegó. Apareció sin vida el 11 de marzo, a la vera de la ruta 341, en Tapia.
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