15 Junio 2013
EEUU enviará ayuda militar a los rebeldes sirios
El Gobierno de Obama consideró probado que las tropas de Al Assad utilizaron armas químicas que mataron a unos 150 insurgentes. La Casa Blanca buscará consensuar su estrategia. Cumbre en duda. Los opositores reclaman la llegada de auxilio inmediato para resistir los embates en el norte
PROTEGIDO. Un soldado rebelde se cubre con una máscara antigases, mientras camina cerca de un destruido blindado del Ejército de Al Assad en Idlib. REUTERS
WASHINGTON/BEIRUT.- El balance militar en Siria se alterará fundamentalmente a partir de que Estados Unidos decidió profundizar su apoyo a los grupos opuestos al presidente, Bashar Al Assad, con el envío de armas a partir de que consideró probado el uso de arsenal químico contra los rebeldes.
La medida alteró de plano la situación internacional e implicó, virtualmente, el certificado de defunción operativo para la conferencia mundial de paz para ese país árabe, que venían tratando de convocar Rusia y EEUU sin éxito alguno, al punto que ni siquiera tenía fecha confirmada. Si la cumbre se hace, pocos esperan algún resultado positivo.
La Casa Blanca dejó en claro que, aunque se confirmó que Al Assad cruzó una "línea roja", Washington tiene la intención de moverse con cautela y en coordinación con sus aliados sobre los pasos a dar (ver "Se superó...").
Por ello, si bien el aporte no será inmediato, el hecho de que los insurgentes puedan contar con armas y equipamiento militar reforzará su accionar en momentos en que las fuerzas de Al Assad, respaldadas por la milicia libanesa chiíta Hezbollah, intensifican su ofensiva en el norte sirio. Funcionarios europeos y estadounidenses se reunieron ayer en Turquía con el comandante del rebelde Ejército Libre de Siria, Salim Idriss, quien les pidió ayuda urgente para resistir en Alepo.
Hasta tanto se concrete el envío militar, EEUU podría crear una zona de exclusión aérea en el norte de Siria (posiblemente cerca de la frontera con Jordania, donde están desplegadas tropas y aviones norteamericanos) para amparar a los opositores, en lo que sería su primera intervención directa en la guerra civil. Para hacerlo, antes debería destruir las defensas aéreas del Ejército de Al Assad, para lo cual tendría que lograr un complejo consenso internacional.
Fundamentos
Lo resuelto por el presidente Barack Obama está en consonancia con la estrategia del Reino Unido y de Francia, que ya forzaron a la Unión Europea (UE) a levantar el embargo que bloqueaba el envío de arsenal a los combatientes. La UE pidió que investigue la ONU (ver "La Unión...") y Rusia criticó a EEUU (ver "Rusia...). Obviamente, Siria refutó el informe (ver "Damasco..."), mientras que los insurgentes lo saludaron. El titular de la Coalición Nacional Siria, George Sabra, se ilusionó en que sea "un paso positivo" y sin retrasos.
La Casa Blanca justificó su decisión en la conclusión de las agencias de inteligencia de que el Ejército de Al Assad utilizó armas químicas a pequeña escala contra los insurgentes, incluyendo el gas sarín (afecta el sistema nervioso central), en la guerra civil que ya cumplió dos años. Las pruebas indican que entre 100 y 150 personas murieron en esos ataques, una cantidad ínfima respecto de los 93.000 fallecidos por los combates según la ONU, pero de fundamental importancia por la causa de sus decesos.
El principal miedo de los Gobiernos occidentales respecto del respaldo militar a los rebeldes es que el arsenal llegue a manos de los sectores islamistas sunníes leales a Al Qaeda. Idriss sería el hombre clave para administrar esa ayuda, que incluye dinero, sin que sea apropiada por fanáticos musulmanes.
El consejero de seguridad nacional de Obama, Ben Rhodes, dijo que el mayor apoyo a la oposición será tanto en "alcance como en escala". El funcionario aseveró que el informe de inteligencia se basó en "múltiples e independientes flujos de información", aunque aclaró que la cantidad de fallecidos seguramente aumentará. (Reuters-DPA-Télam)
La medida alteró de plano la situación internacional e implicó, virtualmente, el certificado de defunción operativo para la conferencia mundial de paz para ese país árabe, que venían tratando de convocar Rusia y EEUU sin éxito alguno, al punto que ni siquiera tenía fecha confirmada. Si la cumbre se hace, pocos esperan algún resultado positivo.
La Casa Blanca dejó en claro que, aunque se confirmó que Al Assad cruzó una "línea roja", Washington tiene la intención de moverse con cautela y en coordinación con sus aliados sobre los pasos a dar (ver "Se superó...").
Por ello, si bien el aporte no será inmediato, el hecho de que los insurgentes puedan contar con armas y equipamiento militar reforzará su accionar en momentos en que las fuerzas de Al Assad, respaldadas por la milicia libanesa chiíta Hezbollah, intensifican su ofensiva en el norte sirio. Funcionarios europeos y estadounidenses se reunieron ayer en Turquía con el comandante del rebelde Ejército Libre de Siria, Salim Idriss, quien les pidió ayuda urgente para resistir en Alepo.
Hasta tanto se concrete el envío militar, EEUU podría crear una zona de exclusión aérea en el norte de Siria (posiblemente cerca de la frontera con Jordania, donde están desplegadas tropas y aviones norteamericanos) para amparar a los opositores, en lo que sería su primera intervención directa en la guerra civil. Para hacerlo, antes debería destruir las defensas aéreas del Ejército de Al Assad, para lo cual tendría que lograr un complejo consenso internacional.
Fundamentos
Lo resuelto por el presidente Barack Obama está en consonancia con la estrategia del Reino Unido y de Francia, que ya forzaron a la Unión Europea (UE) a levantar el embargo que bloqueaba el envío de arsenal a los combatientes. La UE pidió que investigue la ONU (ver "La Unión...") y Rusia criticó a EEUU (ver "Rusia...). Obviamente, Siria refutó el informe (ver "Damasco..."), mientras que los insurgentes lo saludaron. El titular de la Coalición Nacional Siria, George Sabra, se ilusionó en que sea "un paso positivo" y sin retrasos.
La Casa Blanca justificó su decisión en la conclusión de las agencias de inteligencia de que el Ejército de Al Assad utilizó armas químicas a pequeña escala contra los insurgentes, incluyendo el gas sarín (afecta el sistema nervioso central), en la guerra civil que ya cumplió dos años. Las pruebas indican que entre 100 y 150 personas murieron en esos ataques, una cantidad ínfima respecto de los 93.000 fallecidos por los combates según la ONU, pero de fundamental importancia por la causa de sus decesos.
El principal miedo de los Gobiernos occidentales respecto del respaldo militar a los rebeldes es que el arsenal llegue a manos de los sectores islamistas sunníes leales a Al Qaeda. Idriss sería el hombre clave para administrar esa ayuda, que incluye dinero, sin que sea apropiada por fanáticos musulmanes.
El consejero de seguridad nacional de Obama, Ben Rhodes, dijo que el mayor apoyo a la oposición será tanto en "alcance como en escala". El funcionario aseveró que el informe de inteligencia se basó en "múltiples e independientes flujos de información", aunque aclaró que la cantidad de fallecidos seguramente aumentará. (Reuters-DPA-Télam)