A trabajar en serio

Antes de aspirar al título mundial vale consolidarse como primera serie.

UN TRIUNFO VALIOSO. Pichardo ataca en el cuerpo a cuerpo. Bad Boy estuvo a punto de noquearlo. No lo consiguió. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARAOZ UN TRIUNFO VALIOSO. Pichardo ataca en el cuerpo a cuerpo. "Bad Boy" estuvo a punto de noquearlo. No lo consiguió. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARAOZ

Hay puntos de quiebre en la carrera de los boxeadores. Instantes en los que resulta imprescindible tomar decisiones. O juegan todas las fichas a ganador o apuestan por la comodidad. Ese es el desafío que afronta por estas horas Darío Ruiz, el púgil con mejores condiciones que alumbró Tucumán en los últimos tiempos.

Ruiz tiene 27 años, la edad justa para dar consolidarse y dar el salto. Le toca moverse en una categoría -el peso mosca- que permite avanzar casilleros a buen ritmo. De hecho, una nueva victoria lo ubicará entre los mejores 50 del mundo. La autopista elegida es la OMB, entidad en la que "Bad Boy" defendió el jueves pasado el título Latino, uno de esos cinturones que pululan por el firmamento pugilístico y que -para ser honestos- no aportan demasiado.

Reclamar una oportunidad por el título mundial es la aspiración lógica de cualquier boxeador y está muy bien. Pero para combatir por una corona de las grandes hay que ser un primera serie, y Ruiz todavía no lo es.

El gancho al hígado que desparramó a Diego Pichardo sobre el ring de Floresta fue lo mejor que entregó el tucumano. Lo conectó en el primer round. Quedaban nueve asaltos por delante y Ruiz los dominó. El adversario, tan guapo como limitado, invitaba a otra resolución de la pelea.

Hay demasiados aspectos que Ruiz tendrá que trabajar si realmente pretende hacer historia. Consistencia física y capacidad aeróbica, para empezar. Orden, sistematización para sacar las manos, inteligencia para caminar el cuadrilátero. Tiene manos picantes, es cuestión de saber cómo y cuándo aplicarlas. Y, sobre todo, necesita mejorar la defensa, porque le pegan muchísimo.

Puestas a punto para peleas en serio, como las que asoman en el horizonte, obligan a otro enfoque de la carrera. Puede que sea el momento de probar fuera de Tucumán, de enriquecer el cuerpo técnico, de profesionalizar al máximo la vida de Ruiz. Tal vez así la provincia encontrará al campeón que tanto espera.

Un apellido con éxito

Los Ruiz festejaron por partida doble. No solo Darío ganó su combate en Floresta: su hermano, Diego, también.

"Dieguito" fue protagonista de una de las peleas amateurs en la que derrotó a Luis "La Furia" Pérez. Así que en la casa de Villa Mariano Moreno todo fue pura alegría. "Para mis papás fue un orgullo que sus dos hijos ganen. Los dos teníamos rivales difíciles", explicó Ruiz. Según el hermano del campeón mosca latino OMB la pelea fue especial. "Peleé dos veces contra él y empatamos, aunque para mí, fui superior", analizó. Ruiz quiere hacer cinco peleas más como amateur y luego sumarse al campo rentado. Antes deberá seguir colaborando con su hermano que, desde el lunes, volverá a los entrenamientos para que el apellido Ruiz siga ligado al éxito.

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