Un boxeador pelea contra sus desdichas en el ring

Terraf y Katz, directora y actor de "Bengala", dicen que la obra humaniza a un personaje que sólo conoce el lenguaje de los golpes

ACTRIZ Y DIRECTORA. Teresita Terraf, en la entrevista con LA GACETA. LA GACETA / FOTO DE ANALíA JARAMILLO ACTRIZ Y DIRECTORA. Teresita Terraf, en la entrevista con LA GACETA. LA GACETA / FOTO DE ANALíA JARAMILLO
23 Junio 2013
La génesis del proyecto los encontró en lugares neblinosos, llenos de gente y de tufo a sudor y a sangre. Los gritos y la adrenalina se concentraban alrededor del ring y hasta allí tenían que llegar Teresita Terraf y Marcelo Katz, no por un interés fanático por el boxeo, sino solo para ver, oler y escuchar. Para sentir. Para meterse en la escena. De las impresiones y sensaciones que juntaran en esos ratos dependería, entre otras cosas, la adaptación que hicieran de "Bengala", el unipersonal del que son, respectivamente, directora y protagonista, y que presentan desde marzo en El Árbol de Galeano.

"Bengala" es un texto del dramaturgo argentino Alfredo Megna acerca de un boxeador -el título de la obra hace alusión a su seudónimo- que ha llegado al ocaso de su carrera, algo que no quiere admitir. Pero, además, a lo largo de la puesta, se desenmascaran otras vivencias suyas, como un amor perdido y una traición de una persona cercana. "Es la historia de una vida y, como tal, tiene puntos con los que podemos identificarnos todos", sintetiza Katz, que con los golpes del boxeador ha roto la cinta que deja inaugurada su experiencia actoral.

Una vuelta de tuerca
Terraf explicó a LA GACETA que la obra presenta una "vuelta de tuerca" respecto de la versión que se presentó hace unos años en Buenos Aires, en la que las voces de los otros personajes estaban representadas por distintos actores. "En esta, en cambio, Marcelo encarna no sólo a 'Bengala' sino también a aquellos con los que interactúa o que están relacionados con la historia que cuenta. Me parecía que ese cambio podía potenciar al actor, desafiarlo a que muestre sus varias facetas".

Efectivamente para Katz la obra fue un desafío absoluto. "No sólo por la estructura, que demandaba personificar distintas voces y actitudes. Si no también porque salgo prácticamente desnudo y el contacto con el público es muy directo", describió. Terraf agregó que, además, el protagonista tiene que lidiar con un escenario muy particular que, al recrear un ring, admite una platea semicircular. "Es decir que Marcelo tiene que moverse en tres frentes y eso compromete su resistencia".

Katz señaló también que para construir a "Bengala" tuvo que investigar el ambiente del boxeo, al que encontró muy interesante. "El lenguaje del boxeador es el de los golpes, en él la violencia está a flor de piel. La obra se propone humanizar a un personaje violento, que perfectamente podría aparecer en las páginas de Policiales de algún diario. Para eso le pone una historia de amor, la angustia por su carrera... Todo esto narrado desde una sensibilidad notable".

"El autor eligió el ámbito del box, pero el contexto pudo haber sido cualquiera porque habla de cosas comunes a todos -opinó Terraf-. De hecho, ha sido muy satistactoria la respuesta del publico. La audiencia es muy diversa, pero asistieron muchos boxeadores con sus familias y nos han contado que se sintieron identificados". El propio Megna se sentó en las butacas para ver esta resignificación de su texto y quedó muy conforme. "Se vio representado y aportó mucho con sus comentarios y críticas -concluyó Katz-. Le estamos muy agradecidos".


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