Por Jose Ariel Ibañez
26 Junio 2013
Neymar es la esperanza de Brasil. Los argentinos apuestan fuerte por Messi. A un año del Mundial, las potencias sudamericanas se postulan para ser protagonistas de la máxima competencia que organiza la FIFA. Cada uno confía en su máxima figura. Los ahora compañeros de Barcelona justifican tanto entusiasmo con sus rendimientos individuales. Pero cuidado. El fútbol es un deporte colectivo y generalmente termina imponiéndose el que mejor juegue como equipo. Lo demostró hace poco Bayer Munich que ahora reina en Europa. Y a nivel selecciones, el mejor ejemplo es España. Sin olvidar a Italia y Alemania, eternos candidatos que no necesitan de un jugador desequilibrante para imponer su estilo. Los argentinos deberán entender que no alcanza solo con Messi. Sabella está obligado a armar una estructura sólida, especialmente en defensa, para acompañarlo. Si lo consigue, entonces habrá motivos para ilusionarse.