30 Junio 2013
UNA VIDA POR DELANTE. Santiago Iglesias Valdez (Universitario), Ignacio Albornoz (Tucumán Rugby) y Lucas Noguera Paz (Lince), jóvenes figuras que proyectan un futuro "naranja", Puma y profesional.
Siempre se puede buscar una explicación, pero existen cosas que, sencillamente, no la tienen. Por caso, el partido con el que Los Pumitas se despidieron del Mundial Juvenil, hace algunos días: finalizado el primer tiempo aplastaban a Francia 27 a 5, pero el tablero final favoreció a los galos por 37 a 34. Insólito, no solo porque en ese nivel una diferencia de 22 puntos resulta prácticamente condenatoria, sino porque Argentina había demostrado estar para mucho más que un sexto puesto.
"No supimos manejar los tiempos de ese segundo tiempo. Deberíamos haber tenido más la pelota y jugar con los forwards", analiza con resignación Lucas Noguera Paz, uno de los tres tucumanos que integró el plantel.
"Fue esa superioridad del primer tiempo la que hizo que nosotros entráramos relajados al segundo. Con los chicos decíamos que de haberle ganado a Francia hubiéramos sido quintos, mientras que Inglaterra, que también perdió un partido, fue campeón", fue la visión de Ignacio Albornoz.
Sea cual sea la causa, tanto ellos como Santiago Iglesias Valdez entienden que ya no tiene sentido buscarla. Como suele enseñar el entrenador Bernardo Urdaneta, la victoria y la derrota duran un día.
"Más allá de que todos esperábamos otro Mundial, para mí todo fue positivo. Tengo más ganas de ponerle pilas a todo: al estudio, a los entrenamientos, a corregir los detalles. Si quiero seguir creciendo tengo que soñar alto y hacer las cosas aún mejor", resume Lucas, pilar de Lince de 19 años, su primer y último Mundial Juvenil.
También fue el primero de "Nacho" aunque, por tener apenas 17 años, el fullback de Tucumán Rugby puede jugar hasta dos más. "La verdad es que yo volví algo desilusionado. Teníamos un equipazo, y habíamos apuntado mucho más alto. Pero como experiencia es algo único", sacó en limpio.
Con la experiencia de haber jugado el Mundial 2012, Iglesias Valdez fue menos tensionado. "Pero eso no quiere decir tranquilo. Simplemente disfruté más de cosas que en Sudáfrica no había podido por estar maquinándome con los partidos y entrenamientos", explicó el hooker de Universitario.
Las puertas se abrieron
La convocatoria de los jóvenes Pablo Matera y Matías Díaz a la preparación pre-Rugby Championship reforzó la idea de que los Pumitas han dejado de ser la guardería de Los Pumas. "Uno se da cuenta lo que ha crecido el rugby juvenil. Hasta el año pasado, Los Pumas me parecían algo muy lejano, pero hoy ya no", reflexiona Santiago. "Estas cosas te motivan a entrenarte con más dedicación, para algún día quedar dentro de la estructura del Pladar", completa Ignacio.
La contratación de dos Pumitas, Facundo Isa y Tomás Lavanini, por parte de Toulon (campeón de Europa) y Chiefs (campeón del Súper Rugby), respectivamente, comprueba que los chicos ya no son tan chicos. "Estaría buenísimo jugar algún día en el rugby profesional. Sería una experiencia nueva, aprender a manejarte solo en otro lugar", imagina el de Uni.
"Y aprender otro idioma. A mí me gustaría hacer como Felipe Contepomi: irme a jugar a Europa, pero con la condición de que me dejen terminar Medicina", cuenta Noguera Paz.
"Nacho", en cambio, tiene planes más inmediatos. "Primero terminar el colegio y llegar a la primera de mi club. Después pensaré en un futuro profesional", afirma.
Eso sí, los tres coinciden a pleno en un objetivo intermedio: a la "naranja" hay que ponérsela por lo menos una vez.
"No supimos manejar los tiempos de ese segundo tiempo. Deberíamos haber tenido más la pelota y jugar con los forwards", analiza con resignación Lucas Noguera Paz, uno de los tres tucumanos que integró el plantel.
"Fue esa superioridad del primer tiempo la que hizo que nosotros entráramos relajados al segundo. Con los chicos decíamos que de haberle ganado a Francia hubiéramos sido quintos, mientras que Inglaterra, que también perdió un partido, fue campeón", fue la visión de Ignacio Albornoz.
Sea cual sea la causa, tanto ellos como Santiago Iglesias Valdez entienden que ya no tiene sentido buscarla. Como suele enseñar el entrenador Bernardo Urdaneta, la victoria y la derrota duran un día.
"Más allá de que todos esperábamos otro Mundial, para mí todo fue positivo. Tengo más ganas de ponerle pilas a todo: al estudio, a los entrenamientos, a corregir los detalles. Si quiero seguir creciendo tengo que soñar alto y hacer las cosas aún mejor", resume Lucas, pilar de Lince de 19 años, su primer y último Mundial Juvenil.
También fue el primero de "Nacho" aunque, por tener apenas 17 años, el fullback de Tucumán Rugby puede jugar hasta dos más. "La verdad es que yo volví algo desilusionado. Teníamos un equipazo, y habíamos apuntado mucho más alto. Pero como experiencia es algo único", sacó en limpio.
Con la experiencia de haber jugado el Mundial 2012, Iglesias Valdez fue menos tensionado. "Pero eso no quiere decir tranquilo. Simplemente disfruté más de cosas que en Sudáfrica no había podido por estar maquinándome con los partidos y entrenamientos", explicó el hooker de Universitario.
Las puertas se abrieron
La convocatoria de los jóvenes Pablo Matera y Matías Díaz a la preparación pre-Rugby Championship reforzó la idea de que los Pumitas han dejado de ser la guardería de Los Pumas. "Uno se da cuenta lo que ha crecido el rugby juvenil. Hasta el año pasado, Los Pumas me parecían algo muy lejano, pero hoy ya no", reflexiona Santiago. "Estas cosas te motivan a entrenarte con más dedicación, para algún día quedar dentro de la estructura del Pladar", completa Ignacio.
La contratación de dos Pumitas, Facundo Isa y Tomás Lavanini, por parte de Toulon (campeón de Europa) y Chiefs (campeón del Súper Rugby), respectivamente, comprueba que los chicos ya no son tan chicos. "Estaría buenísimo jugar algún día en el rugby profesional. Sería una experiencia nueva, aprender a manejarte solo en otro lugar", imagina el de Uni.
"Y aprender otro idioma. A mí me gustaría hacer como Felipe Contepomi: irme a jugar a Europa, pero con la condición de que me dejen terminar Medicina", cuenta Noguera Paz.
"Nacho", en cambio, tiene planes más inmediatos. "Primero terminar el colegio y llegar a la primera de mi club. Después pensaré en un futuro profesional", afirma.
Eso sí, los tres coinciden a pleno en un objetivo intermedio: a la "naranja" hay que ponérsela por lo menos una vez.
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