17 Julio 2013
MADRID.- Los contactos institucionales entre el Partido Popular (PP) y su principal rival, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), se rompieron ante la profundización de las sospechas de corrupción que alcanzan al financiamiento ilegal de la agrupación oficialista y el cobro de sobresueldos en negro por parte de sus principales dirigentes, comenzando por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
El líder socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, anunció ayer que presentará una moción de censura contra Rajoy si el PP vuelve a vetar su comparecencia al Parlamento para que responda sobre el escándalo. El miércoles, la Cámara Baja analizará un nuevo pedido para citarlo.
La holgada mayoría absoluta de la que dispone el PP en Diputados bloquea su presencia en el recinto y haría fracasar el intento opositor. El oficialismo está absolutamente solo en su estrategia, ya que el resto de las bancadas (partidos nacionalistas o regionales vascos, gallegos y catalanes, y de izquierda, entre otros) exige, como mínimo, que el mandatario de explicaciones.
Una moción de censura aprobada implica la caída del mandatario y de su gabinete, que debe presentar su renuncia al Rey. Es un procedimiento contemplado en la Constitución Española para demostrar la pérdida de confianza al Gobierno. La presentación debe incluir un candidato a la Presidencia del Gobierno, quien expone y es interrogado por el Congreso sobre un proyecto de gestión, y debe ser presentada con la firma de, al menos, 35 diputados, el 10% del cuerpo.
"No quiero sustituir al Presidente, sino que él venga a la Cámara y dé las explicaciones que merecen los españoles. Es lo único que podemos hacer; la oposición no tiene la fuerza parlamentaria suficiente, pero sí la fuerza moral para forzarlo a dimitir. No quiero que en su huida se lleve la dignidad del Congreso, sede de la soberanía popular", sostuvo Pérez Rubalcaba.
El jefe del Gobierno quedó más involucrado en la causa por corrupción política que investiga la Justicia, luego de que el extesorero del PP, Luis Bárcenas (detenido desde el 27 de junio), admitiera el lunes que entregó sobres con dinero a Rajoy y aportó documentación original sobre una contabilidad paralela que mantuvo en su gestión.
Con empresarios
"Voy a seguir gobernando", le prometió ayer Rajoy al Consejo Empresarial por la Competitividad (reúne a los principales empresarios españoles) que recibió en La Moncloa. En su contraataque, el PP acusó al PSOE de haberse convertido en el representante de su extesorero. "A Pérez Rubalcaba y a Bárcenas los une la desesperación: el primero, por los problemas en su partido; y el otro, porque está en la cárcel; el segundo", afirmó el senador oficialista José Manuel Barreiro.
Si el PSOE cumple su amenaza, sería la tercera moción de censura en democracia. Las dos anteriores fracasaron: en 1980, el socialismo la impulsó contra Adolfo Suárez, y en 1987, la derecha lo hizo contra Felipe González. (Télam-DPA-Especial)
El líder socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, anunció ayer que presentará una moción de censura contra Rajoy si el PP vuelve a vetar su comparecencia al Parlamento para que responda sobre el escándalo. El miércoles, la Cámara Baja analizará un nuevo pedido para citarlo.
La holgada mayoría absoluta de la que dispone el PP en Diputados bloquea su presencia en el recinto y haría fracasar el intento opositor. El oficialismo está absolutamente solo en su estrategia, ya que el resto de las bancadas (partidos nacionalistas o regionales vascos, gallegos y catalanes, y de izquierda, entre otros) exige, como mínimo, que el mandatario de explicaciones.
Una moción de censura aprobada implica la caída del mandatario y de su gabinete, que debe presentar su renuncia al Rey. Es un procedimiento contemplado en la Constitución Española para demostrar la pérdida de confianza al Gobierno. La presentación debe incluir un candidato a la Presidencia del Gobierno, quien expone y es interrogado por el Congreso sobre un proyecto de gestión, y debe ser presentada con la firma de, al menos, 35 diputados, el 10% del cuerpo.
"No quiero sustituir al Presidente, sino que él venga a la Cámara y dé las explicaciones que merecen los españoles. Es lo único que podemos hacer; la oposición no tiene la fuerza parlamentaria suficiente, pero sí la fuerza moral para forzarlo a dimitir. No quiero que en su huida se lleve la dignidad del Congreso, sede de la soberanía popular", sostuvo Pérez Rubalcaba.
El jefe del Gobierno quedó más involucrado en la causa por corrupción política que investiga la Justicia, luego de que el extesorero del PP, Luis Bárcenas (detenido desde el 27 de junio), admitiera el lunes que entregó sobres con dinero a Rajoy y aportó documentación original sobre una contabilidad paralela que mantuvo en su gestión.
Con empresarios
"Voy a seguir gobernando", le prometió ayer Rajoy al Consejo Empresarial por la Competitividad (reúne a los principales empresarios españoles) que recibió en La Moncloa. En su contraataque, el PP acusó al PSOE de haberse convertido en el representante de su extesorero. "A Pérez Rubalcaba y a Bárcenas los une la desesperación: el primero, por los problemas en su partido; y el otro, porque está en la cárcel; el segundo", afirmó el senador oficialista José Manuel Barreiro.
Si el PSOE cumple su amenaza, sería la tercera moción de censura en democracia. Las dos anteriores fracasaron: en 1980, el socialismo la impulsó contra Adolfo Suárez, y en 1987, la derecha lo hizo contra Felipe González. (Télam-DPA-Especial)
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