23 Julio 2013
EN BAJA. La popularidad de Rajoy y de su Partido Popular está golpeada por las denuncias de corrupción. REUTERS
MADRID.- El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, anunció ayer que concurrirá próximamente al Congreso para dar su versión del caso de corrupción financiera en su Partido Popular (PP), que lo involucra directamente ante la denuncia del detenido ex tesorero, Luis Bárcenas, de que el mandatario cobró sobresueldos no declarados con fondos obtenidos ilegalmente.
Rajoy, quien enfrenta crecientes presiones en torno al escándalo, no precisó cuándo irá a las Cortes Generales (conformada por las Cámaras de Diputados y de Senadores), aunque dijo que presentará una solicitud para hacerlo a finales de mes o a principios de agosto, antes de que comience el receso de verano. "Compareceré en el Parlamento porque creo que es donde debo hacerlo, es el sitio donde está representado el conjunto de la soberanía nacional. Voy a contar lo que ha ocurrido y cuál es mi versión, que también es necesaria", sostuvo en una rueda de prensa ofrecida con el primer ministro de Rumania, Victor Ponta.
"Creo que este momento es bueno para aclarar algunas dudas que legítimamente pueden tener muchos ciudadanos. Soy plenamente consciente de que (este tema) le ha generado dudas a los ciudadanos", agregó el jefe del ejecutivo ibérico, quien anunció que ya habló con el titular de Diputados, Jesús Posada.
Hasta ahora, la mayoría absoluta del PP en sede parlamentaria había bloqueado nueve peticiones de la oposición para que Rajoy compareciera. Con su giro, el mandatario cede a la fuerte presión política, mediática y social en su contra. Sin embargo no pronunció el nombre de Bárcenas en ningún momento y enmarcó su visita al Congreso en una explicación de "la situación del país" y "algunos datos económicos importantes".
Reclamos opositores
El líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Alfredo Pérez Rubalcaba, anunció la semana pasada que si Rajoy no daba explicaciones sobre este tema hasta el miércoles, presentaría una moción de censura para su remoción. El reclamo de presencia también fue efectuado por los partidos regionales e independientistas vascos y catalanes; mientras que el bloque de Izquierda Plural pidió directamente la renuncia del Presidente.
Bárcenas reconoció la semana pasada ante el juez, Pablo Ruz, que es el autor de una supuesta contabilidad B del partido conservador y le entregó documentos originales en los que están asentados pagos de grandes cantidades de dinero por parte de empresarios de la construcción entre 1990 y 2008 (muchos de ellos, beneficiarios de obras públicas) y pagos de haberes en negro a dirigentes del PP, comenzando por el propio Rajoy.
La prensa británica cargó contra el mandatario: The Economist lo consideró "políticamente responsable de cinco años de presunta financiación ilegal del PP", y le criticó "la negativa a asumir responsabilidades por los sucios secretos de su partido"; mientras que el Financial Times calificó de "imperativa" su presencia en el Parlamento para "decir la verdad sobre lo que sabe", en un artículo que tituló "El venenoso escándalo de financiación irregular en España".
El PP se hundió electoralmente a raíz de la investigación judicial: según una encuesta publicada ayer por el diario El Mundo, su intención de voto se sitúa en el 30,7% de los consultados, 14 puntos menos que en la elección que ganó en noviembre de 2011.
Hace dos meses, el PP sacaba 10 puntos al PSOE. Ahora, la distancia entre ambos es de sólo 2,9 puntos, ya que los socialistas logran el 27,8% de apoyo. Se trata de la peor proyección del partido conservador en más de dos décadas y confirma el golpe sufrido por las denuncias de Bárcenas.
En la encuesta para el diario realizada por la empresa Sigma Dos, el 55,4% de los encuestados opina que Rajoy debe dimitir, frente al 37,1% que lo defiende. El porcentaje de votantes del PP que le reclama su renuncia es del 31%. (DPA-Reuters)
Rajoy, quien enfrenta crecientes presiones en torno al escándalo, no precisó cuándo irá a las Cortes Generales (conformada por las Cámaras de Diputados y de Senadores), aunque dijo que presentará una solicitud para hacerlo a finales de mes o a principios de agosto, antes de que comience el receso de verano. "Compareceré en el Parlamento porque creo que es donde debo hacerlo, es el sitio donde está representado el conjunto de la soberanía nacional. Voy a contar lo que ha ocurrido y cuál es mi versión, que también es necesaria", sostuvo en una rueda de prensa ofrecida con el primer ministro de Rumania, Victor Ponta.
"Creo que este momento es bueno para aclarar algunas dudas que legítimamente pueden tener muchos ciudadanos. Soy plenamente consciente de que (este tema) le ha generado dudas a los ciudadanos", agregó el jefe del ejecutivo ibérico, quien anunció que ya habló con el titular de Diputados, Jesús Posada.
Hasta ahora, la mayoría absoluta del PP en sede parlamentaria había bloqueado nueve peticiones de la oposición para que Rajoy compareciera. Con su giro, el mandatario cede a la fuerte presión política, mediática y social en su contra. Sin embargo no pronunció el nombre de Bárcenas en ningún momento y enmarcó su visita al Congreso en una explicación de "la situación del país" y "algunos datos económicos importantes".
Reclamos opositores
El líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Alfredo Pérez Rubalcaba, anunció la semana pasada que si Rajoy no daba explicaciones sobre este tema hasta el miércoles, presentaría una moción de censura para su remoción. El reclamo de presencia también fue efectuado por los partidos regionales e independientistas vascos y catalanes; mientras que el bloque de Izquierda Plural pidió directamente la renuncia del Presidente.
Bárcenas reconoció la semana pasada ante el juez, Pablo Ruz, que es el autor de una supuesta contabilidad B del partido conservador y le entregó documentos originales en los que están asentados pagos de grandes cantidades de dinero por parte de empresarios de la construcción entre 1990 y 2008 (muchos de ellos, beneficiarios de obras públicas) y pagos de haberes en negro a dirigentes del PP, comenzando por el propio Rajoy.
La prensa británica cargó contra el mandatario: The Economist lo consideró "políticamente responsable de cinco años de presunta financiación ilegal del PP", y le criticó "la negativa a asumir responsabilidades por los sucios secretos de su partido"; mientras que el Financial Times calificó de "imperativa" su presencia en el Parlamento para "decir la verdad sobre lo que sabe", en un artículo que tituló "El venenoso escándalo de financiación irregular en España".
El PP se hundió electoralmente a raíz de la investigación judicial: según una encuesta publicada ayer por el diario El Mundo, su intención de voto se sitúa en el 30,7% de los consultados, 14 puntos menos que en la elección que ganó en noviembre de 2011.
Hace dos meses, el PP sacaba 10 puntos al PSOE. Ahora, la distancia entre ambos es de sólo 2,9 puntos, ya que los socialistas logran el 27,8% de apoyo. Se trata de la peor proyección del partido conservador en más de dos décadas y confirma el golpe sufrido por las denuncias de Bárcenas.
En la encuesta para el diario realizada por la empresa Sigma Dos, el 55,4% de los encuestados opina que Rajoy debe dimitir, frente al 37,1% que lo defiende. El porcentaje de votantes del PP que le reclama su renuncia es del 31%. (DPA-Reuters)
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