El tributo a Chávez opacó los 100 días de Maduro

El actual mandatario sigue sin ser reconocido como presidente por la oposición, que lo acusa de tener una política que divide al pueblo. "No es fácil esta lucha", admitió el jefe de Estado. Llegó manejando un colectivo hasta la casa natal del comandante.

HOMENAJE CIUDADANO. Una mujer deposita flores en el ingreso del museo militar en Caracas, donde fueron depositados los restos de Hugo Chávez. REUTERS HOMENAJE CIUDADANO. Una mujer deposita flores en el ingreso del museo militar en Caracas, donde fueron depositados los restos de Hugo Chávez. REUTERS
29 Julio 2013
CARACAS.- El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, admitió ayer que no han sido fáciles sus primeros 100 días de Gobierno, en los cuales ha enfrentado desde problemas económicos hasta el desconocimiento opositor tras su ajustado triunfo en las urnas.

"No es fácil, compañeros, esta lucha que hemos dado en estos últimos 100 días", reconoció Maduro desde Sabaneta, el pequeño pueblo natal de Hugo Chávez ubicado en el occidente del país, durante un acto marcado por la conmemoración del natalicio (59 años) del mandatario que falleció el 5 de marzo pasado.

"En nombre de nuestro comandante Hugo Chávez: apretemos los tornillos donde haya que apretarlos y unamos al pueblo cada vez más y preparémonos para nuevas batallas, para nuevas victorias", agregó Maduro bajo una persistente lluvia.

Maduro, de 50 años, ha gozado de mayor reconocimiento externo, con unos 15 viajes a países amigos, ya que la oposición impugnó los resultados de las elecciones del 14 de abril que lo declararon ganador por estrecho margen sobre el opositor Henrique Capriles. Nunca tuvo la tradicional luna de miel para los presidentes entrantes, aunque las instituciones y el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) luchan para que se le reconozca la legitimidad que le niega Capriles.

En 100 días de gobierno inauguró lo que llama "gobierno de calle", con el que recorre regiones proponiendo soluciones a problemas puntuales y en su discurso ha puesto énfasis en luchar contra la criminalidad, llamando a las bandas delictivas a desarmarse, y contra la corrupción, al ordenar la detención de algunos funcionarios de cierta posición de poder.

Sin embargo, con la muerte por cáncer de Chávez y tras el ascenso de Maduro al poder, las cosas se complicaron para el chavismo, que en poco más de tres meses ha tenido que enfrentar acusaciones de fraude, débiles datos económicos, una devaluación y escándalos de corrupción. Según recientes encuestas, Maduro retrocedió en sus índices de aprobación por debajo del 50% y Capriles ganó terreno y colocó a la oposición, por primera vez en años, por arriba del chavismo.

En ese contexto las elecciones municipales de diciembre son vistas por ambos bandos políticos como un termómetro de su popularidad y Capriles ha insistido en que serán un plebiscito ante la negativa de las autoridades a sus reclamos por un supuesto fraude en las presidenciales de abril.

"Fracasos económicos, fracasos políticos, fracasos sociales. Y quieren esconder todo eso detrás de mucho ruido, de muchos insultos y gritos, de mucha bulla. Y es que son eso: bulla, pura bulla", escribió Capriles en su columna dominical.

El también gobernador del estado Miranda ha sido víctima de los reclamos iracundos del Gobierno de Maduro por reunirse con los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos; de Chile, Sebastián Piñera, y con el ex mandatario peruano Alan García, en su intento por internacionalizar sus reclamos.

El economista y ex director del Banco Central de Venezuela, José Guerra, advierte que el gobierno sigue combinando un esquema autoritario con una economía controlada. "Desde el gobierno de Chávez no hay grandes cambios. En lo económico no dan un paso atrás, mientras sigue viendo como enemigo al sector privado. No creo que haya grandes cambios. Esta es una economía que se mantiene pero no crece", comentó el experto.

Esta semana, Maduro dijo sentirse orgulloso por su desempeño y hasta propuso un debate sobre su gestión, ante las críticas opositoras. Agregó que en las circunstancias que le ha tocado asumir el mando, está llevando el timón "victoriosamente".

Visita en ómnibus

La celebración de los 100 días de gobierno de Maduro fue opacado por la conmemoración del natalicio de Chávez. El jefe del Estado visitó la casa natal de su antecesor, a la que llegó manejando un colectivo -Maduro fue conductor de ómnibus y dirigente sindical de esa actividad-, y tuvo palabras de recordación para él.

"La nostalgia, a veces, es más fuerte por el amor que nos sembró; el amor que nos daba el comandante venía de esta tierra, de su padre y de su madre", dijo.

El Gobierno homenajeó a Chávez con una celebración musical en la plaza Bolívar de Caracas, y con fuegos artificiales. También visitó los restos del comandante en el museo militar adyacente a la casa de gobierno. (DPA-Reuters)

CARACAS. En los 100 días que lleva de gestión, el Gobierno encabezado por Nicolás Maduro, ha enfrentado una seria crisis política postelectoral, ha amenazado con la cárcel a sectores de los sectores de la oposición y a gobernadores de otro signo políticos a quienes acusó de golpistas, y, además ha denunciado varios intentos de magnicidio.

Maduro, ha visto cómo la inflación se disparaba, la economía se detuvo, el precio del dólar en el mercado ilegal paralelo no paraba de crecer y se agudizaba el desabastecimiento de productos de consumo masivo con la desaparición incluso del papel higiénico de los supermercados.

En este corto tiempo de gestión, el sucesor de Hugo Chávez se enojó y se reconcilió con el presidente colombiano, Juan Manuel Santos; comenzó un diálogo con el gobierno de Estados Unidos que dio por finalizado un mes y medio después; no ha ahorró críticas a España y abrió y cerró en 24 horas un litigio diplomático con el gobierno de Ollanta Humala, de Perú.

También, Maduro, se sumó a la polémica por el caso del ex agente de la CIA, Edward Snowden, a quién ofreció asilo, un hecho hasta ahora no se ha concretado.

Y ha mantenido el discurso polarizado y agresivo, similar al tono verbal que sostenía Chávez, transformándolo en una herramienta política prácticamente cotidiana, aunque la novedad en este escenario ha sido el diálogo abierto con sectores empresariales, ante quienes admitió los problemas económicos en un gesto que algunos analistas lo consideran como una señal de flexibilización de sus posturas."Hubo una mezcla de radicalización política con intento de moderación económica que no se ha consolidado en ninguna de las dos", sugirió el experto Luis Vicente León, de la consultora Datanálisis.

León sostiene que "esta gestión ha reconocido bastante mejor los problemas económicos del país que el gobierno de Chávez", pero, también apuntó que "así como en la radicalización hay más discurso que acción, en la moderación económica está pasando lo mismo: el gobierno reconoce, anuncia, negocia, pero no actúa".

Otros expertos, señalan que Maduro enfrenta mayores demandas y expectativas de resultados la población y que el modelo chavista necesita de respuestas, especialmente en el contexto económico. Y hay quienes perciben que el ambiente de confrontación ha disminuido y que el reto del mandatario es mantener la cohesión interna en el chavismo y dar pasos concretos para resolver las serias dificultades internas del país. (Especial)

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