29 Julio 2013
SANTIAGO DE COMPOSTELA.- Mientras el maquinista del tren que descarriló el miércoles cerca de la ciudad española de Santiago de Compostela, Francisco José Garzón, admitió ayer al declarar durante dos horas ante un juez que cometió una imprudencia, la cifra de muertos en el accidente aumentó a 79, informó el Gobierno regional de Galicia.
Garzón, de 52 años, quedó en libertad con cargos, según informaron medios locales, pero deberá presentarse cada semana en el juzgado. Además, quedó inhabilitado para seguir conduciendo trenes. Las autoridades, además, le retiraron el pasaporte.
El maquinista llegó ayer esposado al juzgado de Santiago de Compostela, donde debió prestar declaración. Había sido dado de alta el sábado del hospital en el que estaba internado tras el accidente y pasó la noche detenido.
El ministro del Interior, José Fernández Díaz, anunció el sábado que Garzón fue imputado en la causa por homicidio por imprudencia.
Seguridad
Por su lado, la ministra de Fomento, Ana Pastor, quien acompañó a Fernández Díaz, defendió por su parte las medidas de seguridad del sistema de ferrocarriles españoles. La investigación debe aclarar ahora, señaló, si se cumplieron las normas de seguridad que recogen las leyes.
El testimonio del conductor, que se había negado a declarar ante la Policía, será clave para determinar las causas del accidente, cuya cifra de víctimas aumentó ayer a 79.
Uno de los pasajeros heridos, de origen puertorriqueño, murió en el Hospital Clínico de la ciudad del norte de España, cuatro días después de la tragedia ferroviaria más grave de los últimos 40 años en el país.
El accidente dejó también 178 heridos, de los que 70 siguen hospitalizados. De ellos, 22 se permanecen en estado crítico.
El maquinista admitió que el tren iba a 190 kilómetros por hora en el tramo en el que convoy descarriló el miércoles por la noche, en una curva muy pronunciada, en la que la velocidad máxima permitida es de 80 kilómetros por hora.
"La he jodido"
El maquinista del tren Alvia afirmó que se quería "morir", una vez que fue consciente de que el convoy había descarrilado a la altura de una curva ubicada en el barrio de Angrois, según se refleja en conversaciones entre la máquina ferroviaria y la sala y las llamadas a Emergencias, que ya fueron transcriptas.
"La he jodido", figura en esas conversaciones que ya fueron incorporadas al expediente judicial, según confirmaron fuentes de la investigación. Estas explicaron que la comisión judicial aún no "abrió" las dos cajas negras del tren siniestrado, que están bajo custodia policial, ya que se han priorizado las labores de identificación de los 80 fallecidos recuperados.
No obstante, sí se pudo realizar un primer análisis de las transcripciones de las conversaciones mantenidas entre el tren accidentado y la sala, que forma parte del material que se facilitó a la Justicia, junto con las imágenes de al menos dos cámaras de vídeo, una de ellas ubicada a la salida del túnel.
En esas conversaciones, el maquinista también reconoce, tras descarrilar, que alcanzaba una velocidad de 190 km/hora. "Descarrilé, qué le voy a hacer, qué voy a hacer", decía el conductor en la conversación telefónica justo después del descarrilamiento. (DPA)
Garzón, de 52 años, quedó en libertad con cargos, según informaron medios locales, pero deberá presentarse cada semana en el juzgado. Además, quedó inhabilitado para seguir conduciendo trenes. Las autoridades, además, le retiraron el pasaporte.
El maquinista llegó ayer esposado al juzgado de Santiago de Compostela, donde debió prestar declaración. Había sido dado de alta el sábado del hospital en el que estaba internado tras el accidente y pasó la noche detenido.
El ministro del Interior, José Fernández Díaz, anunció el sábado que Garzón fue imputado en la causa por homicidio por imprudencia.
Seguridad
Por su lado, la ministra de Fomento, Ana Pastor, quien acompañó a Fernández Díaz, defendió por su parte las medidas de seguridad del sistema de ferrocarriles españoles. La investigación debe aclarar ahora, señaló, si se cumplieron las normas de seguridad que recogen las leyes.
El testimonio del conductor, que se había negado a declarar ante la Policía, será clave para determinar las causas del accidente, cuya cifra de víctimas aumentó ayer a 79.
Uno de los pasajeros heridos, de origen puertorriqueño, murió en el Hospital Clínico de la ciudad del norte de España, cuatro días después de la tragedia ferroviaria más grave de los últimos 40 años en el país.
El accidente dejó también 178 heridos, de los que 70 siguen hospitalizados. De ellos, 22 se permanecen en estado crítico.
El maquinista admitió que el tren iba a 190 kilómetros por hora en el tramo en el que convoy descarriló el miércoles por la noche, en una curva muy pronunciada, en la que la velocidad máxima permitida es de 80 kilómetros por hora.
"La he jodido"
El maquinista del tren Alvia afirmó que se quería "morir", una vez que fue consciente de que el convoy había descarrilado a la altura de una curva ubicada en el barrio de Angrois, según se refleja en conversaciones entre la máquina ferroviaria y la sala y las llamadas a Emergencias, que ya fueron transcriptas.
"La he jodido", figura en esas conversaciones que ya fueron incorporadas al expediente judicial, según confirmaron fuentes de la investigación. Estas explicaron que la comisión judicial aún no "abrió" las dos cajas negras del tren siniestrado, que están bajo custodia policial, ya que se han priorizado las labores de identificación de los 80 fallecidos recuperados.
No obstante, sí se pudo realizar un primer análisis de las transcripciones de las conversaciones mantenidas entre el tren accidentado y la sala, que forma parte del material que se facilitó a la Justicia, junto con las imágenes de al menos dos cámaras de vídeo, una de ellas ubicada a la salida del túnel.
En esas conversaciones, el maquinista también reconoce, tras descarrilar, que alcanzaba una velocidad de 190 km/hora. "Descarrilé, qué le voy a hacer, qué voy a hacer", decía el conductor en la conversación telefónica justo después del descarrilamiento. (DPA)