Por Gustavo Martinelli
30 Julio 2013
La verdadera historia de la Bella y la Bestia
Los clásicos cuentos de hadas que agitan nuestra imaginación, son en realidad versiones edulcoradas de oscuras leyendas medievales.En esta nota te contamos cómo es la historia real de la doncella y del príncipe hechizado, en la que el amor y la magia están ausentes
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Hay historias que tienen el don de la eternidad. Historias que se transmiten de generación en generación como si fueran un legado primordial. Historias que no sólo entretienen, sino que también cuestionan y enseñan. La clásica leyenda de "La bella y la bestia" es una de ellas.
Concebida en la oscuridad del medioevo, este relato del insólito amor entre una hermosa aldeana y un príncipe hechizado ha conquistado los corazones de grandes y chicos. Y aún lo hace. A tal punto que Hollywood está preparando una nueva versión que tendrá como protagonista a Emma Watson, la joven que alguna vez fue Hermione Granger, amiga hechicera de Harry Potter.
Claro que esta nueva producción será bastante diferente a la edulcorada película que popularizó Disney en 1991; sobre todo porque su director, Guillermo del Toro, prometió un acercamiento a la verdadera obra. Sí, porque "La bella y la bestia" no sólo es una de las historias de amor más famosas de todos los tiempos: también es una de las más misteriosas. De hecho, el cuento original no tiene ni príncipe, ni doncella, ni mucho menos, amor.
Los lingüistas reconocen que existen varias versiones que se transmitieron de forma oral a mediados de 1400. Sin embargo, la primera historia escrita pertenece a Giovanni Francesco Straparola, quien publicó el cuento en 1550 como parte de una antología llamada "Las noches agradables". Poco más de un siglo después, en 1697, el imperecedero Charles Perrault (autor, entre otros, de "Caperucita roja"), pergeño una versión más bien rudimentaria de "La bella y la bestia" en su colección "Cuentos de mamá ganso". Sin embargo, a diferencia de otros relatos suyos, éste no trascendió demasiado.
Fue en realidad el poeta italiano Giambattista Basile (1575-1632) quien terminó anulando todo el pasado realista de la historia al publicar, años antes que Perrault, una versión con un marcado componente mágico. A propósito: Basile fue también el primer escritor en utilizar el término "ogro".
La popularidad
Pero, en la vida nada es inmutable. Tal vez por eso, sobre los cimientos de "La bella y la bestia" de Basile, la escritora francesa Gabrielle-Suzanne Barbot publicó en 1740 una olvidada novelita que, paradójicamente, sirvió para construir la versión más famosa de "La bella y la bestia". Y fue nada menos que una aristócrata francesa, llamada Jeanne-Marie Leprince de Beaumont, la encargada de tomar esa novelita y reescribirla en forma abreviada. La dama en cuestión escribió más de setenta libros; sin embargo, se hizo célebre principalmente por sus cuentos. En uno de sus libros, llamado "El almacén de los niños" apareció la versión de "La bella y la bestia" que todos conocemos; esa que conquista por su hermosura y su mensaje fuera del tiempo. Justamente, hoy se cumplen 238 años de esa publicación y el mundo la recuerda con reediciones cuidadas y estudios históricos.
Utilizando la novela de Barbot, nuestra aristócrata concibió un cuento sencillo y familiar que eliminaba los detalles escabrosos y las escenas abyectas de la leyenda medieval original. Lo que quedó es una historia "políticamente correcta", que se ajusta a los canones de los cuentos de hadas.
Este relato mágico es el que tomó el director francés Jean Cocteau para filmar en 1945 la primera versión cinematográfica de "La bella y la bestia". Aunque también se tomó algunas licencias. Por ejemplo, en su película aparece por primera vez la figura de un cazador enamorado de Bella, que pretende no sólo casarse con ella, sino también matar a la bestia para quedarse con sus riquezas.
Más de cuatro décadas después, los estudios Disney popularizaron una versión similar, aunque en dibujos animados y con una prodigiosa banda musical que ganó dos Oscar. Esa película contaba una historia esencial y mágica que podría resumirse así: Bella, la primorosa hija de un inventor, sueña con vivir una aventura sin igual y reniega porque no puede salir del pequeño y rústico pueblo en el que habita. Un día, su padre se extravía durante un viaje y termina prisionero en un castillo encantando, dominado por una bestia abominable. Para salvarlo, ella se ofrece como rehén en su lugar. Entonces sucede lo imprevisible. El irascible carcelero se enamora de Bella y luego de pasar múltiples penurias, ofrece su vida por ella. La joven, por su parte, descubre que ese aborrecible ser es en realidad un príncipe hechizado que resucita cuando ella le confiesa su amor. Terminan casados, felices y comiendo perdices.
Concebida en la oscuridad del medioevo, este relato del insólito amor entre una hermosa aldeana y un príncipe hechizado ha conquistado los corazones de grandes y chicos. Y aún lo hace. A tal punto que Hollywood está preparando una nueva versión que tendrá como protagonista a Emma Watson, la joven que alguna vez fue Hermione Granger, amiga hechicera de Harry Potter.
Claro que esta nueva producción será bastante diferente a la edulcorada película que popularizó Disney en 1991; sobre todo porque su director, Guillermo del Toro, prometió un acercamiento a la verdadera obra. Sí, porque "La bella y la bestia" no sólo es una de las historias de amor más famosas de todos los tiempos: también es una de las más misteriosas. De hecho, el cuento original no tiene ni príncipe, ni doncella, ni mucho menos, amor.
Los lingüistas reconocen que existen varias versiones que se transmitieron de forma oral a mediados de 1400. Sin embargo, la primera historia escrita pertenece a Giovanni Francesco Straparola, quien publicó el cuento en 1550 como parte de una antología llamada "Las noches agradables". Poco más de un siglo después, en 1697, el imperecedero Charles Perrault (autor, entre otros, de "Caperucita roja"), pergeño una versión más bien rudimentaria de "La bella y la bestia" en su colección "Cuentos de mamá ganso". Sin embargo, a diferencia de otros relatos suyos, éste no trascendió demasiado.
Fue en realidad el poeta italiano Giambattista Basile (1575-1632) quien terminó anulando todo el pasado realista de la historia al publicar, años antes que Perrault, una versión con un marcado componente mágico. A propósito: Basile fue también el primer escritor en utilizar el término "ogro".
La popularidad
Pero, en la vida nada es inmutable. Tal vez por eso, sobre los cimientos de "La bella y la bestia" de Basile, la escritora francesa Gabrielle-Suzanne Barbot publicó en 1740 una olvidada novelita que, paradójicamente, sirvió para construir la versión más famosa de "La bella y la bestia". Y fue nada menos que una aristócrata francesa, llamada Jeanne-Marie Leprince de Beaumont, la encargada de tomar esa novelita y reescribirla en forma abreviada. La dama en cuestión escribió más de setenta libros; sin embargo, se hizo célebre principalmente por sus cuentos. En uno de sus libros, llamado "El almacén de los niños" apareció la versión de "La bella y la bestia" que todos conocemos; esa que conquista por su hermosura y su mensaje fuera del tiempo. Justamente, hoy se cumplen 238 años de esa publicación y el mundo la recuerda con reediciones cuidadas y estudios históricos.
Utilizando la novela de Barbot, nuestra aristócrata concibió un cuento sencillo y familiar que eliminaba los detalles escabrosos y las escenas abyectas de la leyenda medieval original. Lo que quedó es una historia "políticamente correcta", que se ajusta a los canones de los cuentos de hadas.
Este relato mágico es el que tomó el director francés Jean Cocteau para filmar en 1945 la primera versión cinematográfica de "La bella y la bestia". Aunque también se tomó algunas licencias. Por ejemplo, en su película aparece por primera vez la figura de un cazador enamorado de Bella, que pretende no sólo casarse con ella, sino también matar a la bestia para quedarse con sus riquezas.
Más de cuatro décadas después, los estudios Disney popularizaron una versión similar, aunque en dibujos animados y con una prodigiosa banda musical que ganó dos Oscar. Esa película contaba una historia esencial y mágica que podría resumirse así: Bella, la primorosa hija de un inventor, sueña con vivir una aventura sin igual y reniega porque no puede salir del pequeño y rústico pueblo en el que habita. Un día, su padre se extravía durante un viaje y termina prisionero en un castillo encantando, dominado por una bestia abominable. Para salvarlo, ella se ofrece como rehén en su lugar. Entonces sucede lo imprevisible. El irascible carcelero se enamora de Bella y luego de pasar múltiples penurias, ofrece su vida por ella. La joven, por su parte, descubre que ese aborrecible ser es en realidad un príncipe hechizado que resucita cuando ella le confiesa su amor. Terminan casados, felices y comiendo perdices.
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