02 Agosto 2013
CONTROL ESTRICTO. Más de 40 policías estuvieron afectados al operativo de seguridad en la sesión de ayer, en el agitado Concejo de Bella Vista. LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL
José "Pita" Leguizamón, edil de Bella Vista, estaba al borde de la expulsión del Concejo Deliberante de esa ciudad. Pero, al menos por ahora, zafó de la "guillotina". Ayer, pese a que había un dictamen de mayoría que aconsejaba la destitución del concejal peronista, el cuerpo colegiado decidió postergar la decisión por tiempo indeterminado.
Desde antes del debate, circulaban en los pasillos del cuerpo deliberativo versiones sobre un presunto acuerdo entre el oficialismo y Leguizamón, quien está suspendido desde el 19 de junio por haber instado -presuntamente- a tomar un predio y a resistir una orden de desalojo.
En el recinto, en ese debate, el dirigente azucarero había lanzado graves denuncias en contra del intendente, Luis Espeche, y de la esposa de este y presidenta del Concejo local, Cristina Romano. En un clima de tensión, Leguizamón exclamó que el matrimonio gobernante citaba a su casa a ediles oficialistas y los hacía firmar recibos en blanco, a cambio de dinero. Antes, se había referido al jefe municipal como Al Capone, un conocido gángster norteamericano de principios del siglo pasado. Y hasta amenazaba con ventilar otros presuntos hechos de corrupción en la Intendencia. Sin embargo, el edil investigado ya no lanza "bombas".
Ayer, no asistió a la sesión clave para su futuro, y por segundo día consecutivo escogió no referirse al tema. "No tengo nada para decir, sinceramente. No sé qué han hecho, qué ha pasado", afirmó "Pita", en diálogo telefónico con este diario, tras el debate de ayer. Y aseguró que se encontraba junto a un allegado en un sanatorio de la capital. "Sos la primera persona que me comenta lo que ha sucedido. En la clínica no hay señal para recibir llamados", le dijo a LA GACETA. Y, a sabiendas de las versiones sobre un "arreglo", agregó: "no he hablado con nadie del Gobierno".
Los hechos
Leguizamón está siendo investigado por la Justicia debido a que habría ostentado su cargo como edil para tratar de impedir una orden de desalojo, según la hipótesis oficial.
El peronista negó las acusaciones. Pero Julio Parra, secretario general del Sindicato de Trabajadores Municipales local, aseguró ayer que en febrero un grupo dirigentes enviados por "Pita" incendiaron la sede municipal, debido a su enfrentamiento con Espeche. "Pedimos que el Concejo Deliberante decida qué hacer con Leguizamón. Hubo que gastar más de $ 300.000 en arreglos por estos daños. Y nadie ha respondido", dijo Parra. Y calificó como "una vergüenza" que se haya dilatado la decisión respecto del futuro del peronista. "Sabemos que todo esto es político. Ojalá que después de las PASO se haga lo que se tiene que hacer", añadió Parra.
Ayer a las 15.30, el cuerpo vecinal de Bella Vista se reunió con el único fin de tratar el dictamen de la comisión investigadora. Siete ediles oficialistas propusieron la expulsión de su par, según el texto. Un octavo alperovichista, Leonardo Vildoza, elaboró un dictamen de minoría que manifestaba su desacuerdo con avalar esa medida. Según el titular de ese comité, Oscar Belmonte (PJ), la iniciativa de Vildoza no estaba incorporada al expediente. "A mi juicio, no es claro", opinó. Y, argumentando que se debía respetar la transparencia del proceso, pidió pasar a un cuarto intermedio "por tiempo indeterminado". Salvo el radical Sebastián Salazar y Vildoza, todos los concejales presentes alzaron la mano, sin que Romano permitiera argumentar el voto.
"Esto muestra la situación payasesca que vivimos en Bella Vista. Lo que pasó no tiene otra razón de ser que cuidar los intereses del gobernador, José Alperovich, cuya imagen pública se deteriora día a día. Aquí hubo presión a nivel provincial a las autoridades municipales", afirmó Salazar, tras el debate. Y expresó sus sospechas de que las denuncias de Leguizamón llevaron a dar marcha atrás con la destitución. "Se lo está -o se lo estaba- condenando no por lo que supuestamente hizo, sino por lo que dijo. Habló de actos de corrupción que vinculan a la familia gobernante de este municipio. Relató que se pasaba dinero 'por debajo de la mesa'. Por eso formulé una demanda penal por presunto cohecho en contra de Espeche y de su esposa, en la Fiscalía de Turno. Y solicité que Leguizamón declare como testigo", expresó el dirigente radical.
Cuando se le preguntó a "Pita" si aportaría esos supuestos datos a la pesquisa judicial, optó otra vez por la evasiva. "Ya veré cuando llegue a Bella Vista", afirmó.
Desde antes del debate, circulaban en los pasillos del cuerpo deliberativo versiones sobre un presunto acuerdo entre el oficialismo y Leguizamón, quien está suspendido desde el 19 de junio por haber instado -presuntamente- a tomar un predio y a resistir una orden de desalojo.
En el recinto, en ese debate, el dirigente azucarero había lanzado graves denuncias en contra del intendente, Luis Espeche, y de la esposa de este y presidenta del Concejo local, Cristina Romano. En un clima de tensión, Leguizamón exclamó que el matrimonio gobernante citaba a su casa a ediles oficialistas y los hacía firmar recibos en blanco, a cambio de dinero. Antes, se había referido al jefe municipal como Al Capone, un conocido gángster norteamericano de principios del siglo pasado. Y hasta amenazaba con ventilar otros presuntos hechos de corrupción en la Intendencia. Sin embargo, el edil investigado ya no lanza "bombas".
Ayer, no asistió a la sesión clave para su futuro, y por segundo día consecutivo escogió no referirse al tema. "No tengo nada para decir, sinceramente. No sé qué han hecho, qué ha pasado", afirmó "Pita", en diálogo telefónico con este diario, tras el debate de ayer. Y aseguró que se encontraba junto a un allegado en un sanatorio de la capital. "Sos la primera persona que me comenta lo que ha sucedido. En la clínica no hay señal para recibir llamados", le dijo a LA GACETA. Y, a sabiendas de las versiones sobre un "arreglo", agregó: "no he hablado con nadie del Gobierno".
Los hechos
Leguizamón está siendo investigado por la Justicia debido a que habría ostentado su cargo como edil para tratar de impedir una orden de desalojo, según la hipótesis oficial.
El peronista negó las acusaciones. Pero Julio Parra, secretario general del Sindicato de Trabajadores Municipales local, aseguró ayer que en febrero un grupo dirigentes enviados por "Pita" incendiaron la sede municipal, debido a su enfrentamiento con Espeche. "Pedimos que el Concejo Deliberante decida qué hacer con Leguizamón. Hubo que gastar más de $ 300.000 en arreglos por estos daños. Y nadie ha respondido", dijo Parra. Y calificó como "una vergüenza" que se haya dilatado la decisión respecto del futuro del peronista. "Sabemos que todo esto es político. Ojalá que después de las PASO se haga lo que se tiene que hacer", añadió Parra.
Ayer a las 15.30, el cuerpo vecinal de Bella Vista se reunió con el único fin de tratar el dictamen de la comisión investigadora. Siete ediles oficialistas propusieron la expulsión de su par, según el texto. Un octavo alperovichista, Leonardo Vildoza, elaboró un dictamen de minoría que manifestaba su desacuerdo con avalar esa medida. Según el titular de ese comité, Oscar Belmonte (PJ), la iniciativa de Vildoza no estaba incorporada al expediente. "A mi juicio, no es claro", opinó. Y, argumentando que se debía respetar la transparencia del proceso, pidió pasar a un cuarto intermedio "por tiempo indeterminado". Salvo el radical Sebastián Salazar y Vildoza, todos los concejales presentes alzaron la mano, sin que Romano permitiera argumentar el voto.
"Esto muestra la situación payasesca que vivimos en Bella Vista. Lo que pasó no tiene otra razón de ser que cuidar los intereses del gobernador, José Alperovich, cuya imagen pública se deteriora día a día. Aquí hubo presión a nivel provincial a las autoridades municipales", afirmó Salazar, tras el debate. Y expresó sus sospechas de que las denuncias de Leguizamón llevaron a dar marcha atrás con la destitución. "Se lo está -o se lo estaba- condenando no por lo que supuestamente hizo, sino por lo que dijo. Habló de actos de corrupción que vinculan a la familia gobernante de este municipio. Relató que se pasaba dinero 'por debajo de la mesa'. Por eso formulé una demanda penal por presunto cohecho en contra de Espeche y de su esposa, en la Fiscalía de Turno. Y solicité que Leguizamón declare como testigo", expresó el dirigente radical.
Cuando se le preguntó a "Pita" si aportaría esos supuestos datos a la pesquisa judicial, optó otra vez por la evasiva. "Ya veré cuando llegue a Bella Vista", afirmó.