El triunfo de los nerds

Atrás quedaron los días de cargadas en el colegio. Hoy los "cerebritos" suman éxitos y se reivindican en la sociedad

El triunfo de los nerds
04 Agosto 2013
Todo indica que desde hace algunos años el mundo ha comenzado a pertenecerles. El nerd, caracterizado como un tragalibros, fanático del cómic con pocas habilidades sociales y nada de triunfos en el amor, se ganó su lugar y admiración. Casos como Bill Gates, Steve Jobs, Mark Zuckerberg, Chad Hurley y Steve Chen (estos dos últimos, creadores de YouTube) y Larry Page y Sergey Brin (fundadores de Google) han cambiado la mirada prejuiciosa que se tenía sobre estos "cerebritos". Cultivada, en parte, por la saga norteamericana de los 80 y parte de los 90, "La Venganza de los Nerds" (Revenge of the nerds). Un filme que los pintó ridículos y expuestos a las burlas de los populares chicos de la universidad. Ellos sin músculos ni gracia, con el único tesoro de poseer una inteligencia excepcional. Claro que al final terminaron venciendo, pero para ese entonces el término nerd ya era asociado en gran parte del mundo con el de un ñoño perdedor.

En 2007 se estrenó "The big bang theory". Uno de los protagonistas es Sheldon Cooper, un súper nerd obsesivo, sin ironías y bastante arrogante. Tiene un grupo de amigos que comparte los mismos gustos: la devoción por la Guerra de las Galaxias, los cómics, los videojuegos y la tecnología. Mantienen conversaciones científicas y no dudan en pasarse noches enteras tratando de desentrañar alguna teoría de la física.

El éxito de esta sit com puso de moda la "nerditud", popularizando gustos y hasta el look (las remeras con estampas de superhéroes, los anteojos, las camisas con un swetter por encima). Aunque para algunos nerds, Sheldon Cooper es una versión exagerada de ellos.

El auge de la tecnología introdujo un nuevo término: el geek. Algo así como la versión tecnológica del nerd. El tipo fanático de lo último que sale en el mercado, que compra, que baja programas y que se pasa horas frente a la pantalla de la notebook, del Iphone, del Ipad o de cualquier dispositivo móvil. De hecho en Estados Unidos se festeja el "Día del orgullo geek" los 25 de mayo. Fecha en la que se estrenó la primera película de La Guerra de las Galaxias en 1977.

El mundo nostálgico

"El mundo se ha vuelto nerd", resume Alejandro Soifer, parafraseando una frase de Los Simpson. Es autor del libro "Que la fuerza te acompañe. La invasión de las culturas nerd, geek y friki", donde explica con claridad las diferencias entre estas sub culturas.

El nerd está asociado al consumo de lo nostálgico -explica Soifer- porque le gusta coleccionar los productos que se expandieron durante los 80 y los 90. "Tiene obsesión por el pasado", añade. De alguna manera los remakes de películas (Superman, Los vengadores), video juegos (Mario Bros) y hasta juguetes (Playmovil) han venido siendo producto de consumo los últimos años. "Todo se viraliza más fácil cuando se asocia a lo nostálgico, sobre todo con las redes sociales. Alguien postea 'Los 10 video juegos que jugaste cuando eras niño' y de repente querés comprarlos", detalla el autor, un nerd muy orgulloso de poseer la colección completa de Asterix y que se jacta de que puede pasarse horas con sus amigos debatiendo sobre video juegos. En el secundario tampoco la pasó del todo bien: "me costó la sociabilización porque mis hormonas querían algo y mis capacidades sociales me indicaban otras posibilidades".

Esta cultura de lo nostálgico consumida por los nerds también se expandió entre quienes no pertenecen a este grupo. Por eso Soifer considera que, aunque un poco lavado el concepto, todos tenemos en el fondo algo de nerds.

En un discurso que se le atribuye a Bill Gates, en el que expone las 11 reglas que nunca te enseñan en el colegio, la última dice: "Sé amable con los "nerds" (los más aplicados de tu clase). Existen muchas probabilidades de que termines trabajando para uno de ellos". Una frase que en estos tiempos es muy probable que se convierta en realidad.

Hoy, ser nerd es la posta. Estos expertos en materias que la mayoría de la gente no comprende son cada vez más buscados en el mercado laboral. Y ellos disfrutan de esta dulce revancha.

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