Comer así te hace envejecer más rápido

Cuatro malos hábitos alimenticios que deberías tener en cuenta.

HACE MAL. Comer con prisas o en el escritorio del trabajo. IMAGEN ILUSTRATIVA HACE MAL. Comer con prisas o en el escritorio del trabajo. IMAGEN ILUSTRATIVA
07 Agosto 2013
MADRID, España.- Una alimentación adecuada es indispensable para tener un aspecto saludable y mantener una buena forma física. El sitio The Huffington Post realizó un listado de los malos hábitos a la hora de comer que fomentan un envejecimiento más rápido. Conocelos. 

1. Consumir demasiada carne roja y productos lácteos altos en grasas

Un estudio sobre salud en la mujer de mayo de 2012 evidenció que las grasas saturadas -que se encuentran en la carne roja y en los productos lácteos ricos en grasas- hacen que el cerebro envejezca más rápidamente que con otros tipos de grasas.

El estudio se llevó a cabo siguiendo los hábitos alimenticios de 6200 mujeres mayores de 65 años y descubrió que las que contaban con índices mayores de grasas saturadas tenían peores resultados en los test de inteligencia. La buena noticias es que se puede ralentizar el envejecimiento tomando aceite de oliva u otras grasas monoinsaturadas.

2. Tomar mucha sal

Un poco de sal está bien, en exceso no. La sal deshidrata el cuerpo y en altas cantidades contribuye a enfermedades de riñón, aumenta la tensión arterial e interfiere con el buen desarrollo de los huesos. Un estudio realizado por investigadores de Baycrest, en Toronto (Canadá), resalta que una dieta alta en sal puede afectar a la salud cognitiva en adultos.

3. Abusar del azucar

El exceso en el consumo de azúcar ha sido tradicionalmente vinculado con el envejecimiento. Este edulcorante daña el colágeno, lo que provoca arrugas y flacidez en la piel.

4. Comer con prisas y estrés o en el escritorio o en el auto 

Las principales hormonas del estrés impulsan la sangre lejos desde el estómago y a las extremidades, por lo que cuando se come en un estado nervioso es más difícil que el cuerpo digiera los alimentos. El estrés también puede conducir a comer en exceso, lo que puede desembocar en obesidad. Además, puede agravar la diabetes en pacientes diagnosticados.

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