Dirigente ejemplar

Por Ricardo Antonio Nieto

08 Agosto 2013

Con esa responsabilidad y amor a trasmitir sus experiencias a todos los dirigentes y jugadores que se formaban en nuestra provincia es que recordaremos a Andrés Ibáñez Parody.

Andrés estaba ahí, buscando siempre con su ojo agudo las cualidades de los jugadores que podrían tener futuro. Así descubrió a mi hijo César Augusto, a la temprana edad de 17 años, seleccionándolo para integrar el grupo que integraría luego el equipo argentino juvenil de voley. Concentrando en el Cenard, nos costeó el alojamiento y la posterior concentración.

Abrió un gran panorama y empujó al voley tucumano a la máxima categoría para competir a nivel nacional. Pocos son los que valoraron eso, pero hoy sus enseñanzas y disciplinas tendrían que estar vigentes para mejorar y enriquecer la actividad en todo sentido, buscando siempre un futuro mejor.

Hoy, a mis 80 años, yo sigo alentando el voley sanamente y con la integración de mi nieto Ramiro Soria, que aplica en su club, Instituto Carlos Pellegrini, todo su caudal y vocación de las enseñanzas.

El mejor homenaje a su figura es seguir sus pensamientos e imitar todo su vigor puestos sin egoísmo y de corazón en lo que verdaderamente amaba.

Desde Monteros, el mejor recuerdo para él, y sus familiares reciban el consuelo y el orgullo de haberlo tenido como esposo, padre y abuelo ejemplar y nosotros como un gran ser humano.

Por Ricardo Antonio Nieto

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