"No es nuevo que se droguen en la escuela"

Lo que pasó en la Escuela Normal no fue un hecho aislado, dijo un especialista en adicciones

12 Agosto 2013
La mezcla de alcohol con pastillas en los ámbitos escolares no es un fenómeno nuevo. Por el contrario, se viene dando en la provincia desde hace varios años, según sostuvo el doctor Gustavo Marangoni, especialista en adicciones. El profesional fue consultado a partir de la nota que publicó ayer LA GACETA, donde se mencionó que cinco adolescentes de la Escuela Normal habían consumido vino con una dosis de alprazolam (un ansiolítico que genera dependencia) dentro del establecimiento educativo.

Junto con la marihuana, ese peligroso cóctel es el más consumido en escuelas y colegios secundarios, indicó Marangoni. El problema -agregó- es que los adolescentes no miden las consecuencias, que pueden llevarlos hasta la muerte. "Sólo con haber consumido alcohol una persona puede entrar en coma y esa situación se agrava si además se usan sustancias como los tranquilizantes", alertó el médico.

Los riesgos

En el caso de las alumnas de la Escuela Normal, una de las cuales llegó a desvanecerse en el baño, las consecuencias pudieron ser mayores si no intervenía un médico. "Con esa mezcla, estamos produciendo una posibilidad de inducir un coma. Al paciente le baja la presión y se reducen la frecuencia respiratoria y cardíaca", explicó Marangoni.

Otro de los peligros que puede acarrear el consumo de ese cóctel es que, al día siguiente, la persona no puede recordar todo lo que ha pasado. "La memoria reciente queda bloqueada", afirmó el médico.

¿Por qué a los adolescentes les atrae esta mezcla? "Los chicos juegan con los efectos, que pueden producir un estado de excitación, euforia y desinhibición que llega a extenderse por 24 horas, pero no ocurre en todos los casos", aclaró Marangoni. Además, destacó la necesidad de investigar por qué los jóvenes buscan alterar la realidad. "Tiene que intervenir un gabinete psicológico y analizar la situación personal y familiar de cada uno".

La responsabilidad de que este fenómeno exista no recae sólo sobre las autoridades escolares o los padres -opinó Marangoni- sino sobre toda la sociedad. "Creo que los adultos en algo estamos errando, estamos creando un mundo que no contiene a los chicos", consideró.

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