12 Agosto 2013
A MOVILIZAR. En la sede de Rodríguez, colocaron las "calcos" en los autos. LA GACETA / FOTOS DE DIEGO ARAOZ
Le costó arrancar desde temprano. Pero pasadas las 9, los primeros engranajes de la maquinaria oficialista comenzaron a funcionar a pleno. Cientos de taxis y autos particulares alquilados por los "coroneles" del PJ capitalino comenzaron a invadir las sedes partidarias en busca de las calcomanías identificatorias.
A esa hora los búnkers de los concejales amayistas Germán Alfaro, Christian Rodríguez, Eloy del Pino y José Franco despachaban taxis hacia las casas de los votantes. En el otro lado de la ciudad, al norte, el mercantil Oscar Cano se disputaba la hegemonía con el alperovichista Guillermo Gassenbauer.
Lo mismo ocurría en las sedes alperovichistas de los "Cachos" Armando Cortalezzi y Ramón Santiago Cano, según el sondeo realizado por LA GACETA a media mañana. En promedio, cada dirigente del oficialismo rentó una flota de 300 taxis y repartió 10.000 bolsones, según precisaron extraoficialmente. Algunos habrían llegado a duplicar esa cifra.
El viernes, el amayismo se había topado con un importante escollo: el alperovichismo no les había asignado fiscales para que controlaran las urnas, pese a que días previos al comicio la Casa de Gobierno les había garantizado una dotación de 5.000 fiscales. Como esto no ocurrió, los seguidores del intendente Domingo Amaya tuvieron que salir a buscar algún partido que les prestase los certificados de fiscales aprobados por la Junta Electoral Nacional. Según los amayistas, la fuerza con la que lograron acordar fue el VOS, Cambio y Acción, que llevó como precandidato a diputado nacional a Marcelo Baik. Si bien el amayismo aportó los 1.200 fiscales, estos controlaron las urnas con los certificados del VOS. "Hace 30 años que soy dirigente peronista y hoy (por ayer) hemos tenido que salir a buscar fiscales de otro partido", renegó un amayista por lo bajo.
Desde el primer día en que quedó conformada la lista alperovichista del Frente para la Victoria con la exclusión del amayismo -fue el 22 de junio-, en la Casa de Gobierno comenzó a sobrevolar el fantasma de que el amayismo "jugaría al quedo" en los comicios. Es por eso que este domingo, el propio ministro de Seguridad, Jorge Gassenbauer, salió a "patrullar" los bastiones del intendente capitalino. A las 9.15 sorprendió la presencia de Gassenbauer en la escuela Guillermo Griet, ubicada en Magallanes 950, al sur de la ciudad. El ministro alperovichista fue recibido en el establecimiento por la legisladora y esposa de Alfaro, Beatriz Ávila. Lo invitó a recorrer las mesas. En otras escuelas de sur de la ciudad fue importante la presencia de autos rentados por los "Freddys" Alfredo Quinteros (legislador alpervichista) y Alfredo Toscano (legislador amayista).
Pasadas las 13, las flotas de taxis comenzaron a abandonar paulatinamente las escuelas. Algunos dirigentes -como el mercantil Cano- hasta se animaron a organizaron choripaneadas para los taxistas y fiscales de mesa. A las 15, la maquinaria peronista volvió a rodar por las calles de la capital. A las 16, ya había sufragado más de 60% del padrón electoral.
No se registraron incidentes en ninguna de las sedes partidarias. En estos comicios, la entrega de bolsones se realizó con más cautela. Si bien algunos dirigentes se arriesgaron a realizar la entrega cuando finalizaba cada votación, muchos prefirieron no arriesgarse y repartieron vales, una suerte de pago diferido del bolsón.
A esa hora los búnkers de los concejales amayistas Germán Alfaro, Christian Rodríguez, Eloy del Pino y José Franco despachaban taxis hacia las casas de los votantes. En el otro lado de la ciudad, al norte, el mercantil Oscar Cano se disputaba la hegemonía con el alperovichista Guillermo Gassenbauer.
Lo mismo ocurría en las sedes alperovichistas de los "Cachos" Armando Cortalezzi y Ramón Santiago Cano, según el sondeo realizado por LA GACETA a media mañana. En promedio, cada dirigente del oficialismo rentó una flota de 300 taxis y repartió 10.000 bolsones, según precisaron extraoficialmente. Algunos habrían llegado a duplicar esa cifra.
El viernes, el amayismo se había topado con un importante escollo: el alperovichismo no les había asignado fiscales para que controlaran las urnas, pese a que días previos al comicio la Casa de Gobierno les había garantizado una dotación de 5.000 fiscales. Como esto no ocurrió, los seguidores del intendente Domingo Amaya tuvieron que salir a buscar algún partido que les prestase los certificados de fiscales aprobados por la Junta Electoral Nacional. Según los amayistas, la fuerza con la que lograron acordar fue el VOS, Cambio y Acción, que llevó como precandidato a diputado nacional a Marcelo Baik. Si bien el amayismo aportó los 1.200 fiscales, estos controlaron las urnas con los certificados del VOS. "Hace 30 años que soy dirigente peronista y hoy (por ayer) hemos tenido que salir a buscar fiscales de otro partido", renegó un amayista por lo bajo.
Desde el primer día en que quedó conformada la lista alperovichista del Frente para la Victoria con la exclusión del amayismo -fue el 22 de junio-, en la Casa de Gobierno comenzó a sobrevolar el fantasma de que el amayismo "jugaría al quedo" en los comicios. Es por eso que este domingo, el propio ministro de Seguridad, Jorge Gassenbauer, salió a "patrullar" los bastiones del intendente capitalino. A las 9.15 sorprendió la presencia de Gassenbauer en la escuela Guillermo Griet, ubicada en Magallanes 950, al sur de la ciudad. El ministro alperovichista fue recibido en el establecimiento por la legisladora y esposa de Alfaro, Beatriz Ávila. Lo invitó a recorrer las mesas. En otras escuelas de sur de la ciudad fue importante la presencia de autos rentados por los "Freddys" Alfredo Quinteros (legislador alpervichista) y Alfredo Toscano (legislador amayista).
Pasadas las 13, las flotas de taxis comenzaron a abandonar paulatinamente las escuelas. Algunos dirigentes -como el mercantil Cano- hasta se animaron a organizaron choripaneadas para los taxistas y fiscales de mesa. A las 15, la maquinaria peronista volvió a rodar por las calles de la capital. A las 16, ya había sufragado más de 60% del padrón electoral.
No se registraron incidentes en ninguna de las sedes partidarias. En estos comicios, la entrega de bolsones se realizó con más cautela. Si bien algunos dirigentes se arriesgaron a realizar la entrega cuando finalizaba cada votación, muchos prefirieron no arriesgarse y repartieron vales, una suerte de pago diferido del bolsón.