13 Agosto 2013
CARGO. Aguinaga preside una Sociedad Latinoamericana de especialistas. LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI (ARCHIVO)
Pronto llegará a Tucumán la nueva técnica de crioablación para curar arritmias cardíacas, que ya se encuentra disponible en el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA). "En este nuevo procedimiento se utiliza el frío para tratar arritmias y está especialmente indicado en pacientes que no pueden ser tratados con radiofrecuencia porque su arritmia está ubicada muy cerca del sistema eléctrico normal del corazón y la energía (calor) puede dañarlo. En estos casos puntuales es mejor usar el frío porque no existe el riesgo de lesionar las estructuras de conducción normal del órgano. Se obtiene mejores resultados y hay menos complicaciones. En el resto de los pacientes podemos seguir usando la radiofrecuencia", explicó el cardiólogo especializado en ablación de arritmias Luis Aguinaga. El doctor Aguinaga -ex presidente y referente del comité de Arritmias de la Federación Argentina de Cardiología (FAC) y especialista del Centro Privado de Cardiología de Tucumán- es el actual presidente de la Sociedad Latinoamericana de Estimulación Cardíaca y Electrofisiología (Solaece). Fue elegido para el cargo por casi la mayoría de las sociedades de arritmias y electrofisiología de los países de Latinoamérica, incluida la de Brasil. "Es un orgullo, un honor y una gran responsabilidad presidir la Solaece, ya que por primera vez un miembro de FAC accede a este cargo", expresó Aguinaga.
Al seguir charlando sobre la técnica de criopreservación, coincidió con su par porteño, el doctor Fernando Scazzuso, cardiólogo-electrofisiólogo del ICBA, al indicar que la crioablación tiene una ventaja: permite revertir una cauterización. "Ante cualquier complicación que se observe durante la aplicación de la energía (en el momento del tratamiento) se puede suspender y de esta forma revertir el efecto nocivo, algo que hasta el momento no podía llevarse a cabo con otras técnicas".
La ablación por congelamiento dura sólo 80 minutos. Los resultados obtenidos son muy satisfactorios, ya que la recurrencia de una arritmia es de tan sólo un 30%.
El procedimiento consiste en llevar un catéter hasta el corazón, a través de una vena, y posicionarlo en el sitio de interés. Una vez realizado el diagnóstico, se determina el lugar donde se encuentra la anomalía y mediante el congelamiento del helio que circula por el interior del catéter (un gas inerte) se elimina el circuito anómalo.
La fibrilación auricular es la forma de arritmia más común. Si bien afecta sólo al 1% de población en general, a partir de los 60 años el riesgo aumenta un 10% por cada década de vida. Según confirman los últimos estudios, la arritmia es una de las causantes del accidente cerebrovascular (ACV), que puede ser letal o dejar secuelas como parálisis en la mitad del cuerpo, postración y trastornos severos del habla, entre otras.
Al seguir charlando sobre la técnica de criopreservación, coincidió con su par porteño, el doctor Fernando Scazzuso, cardiólogo-electrofisiólogo del ICBA, al indicar que la crioablación tiene una ventaja: permite revertir una cauterización. "Ante cualquier complicación que se observe durante la aplicación de la energía (en el momento del tratamiento) se puede suspender y de esta forma revertir el efecto nocivo, algo que hasta el momento no podía llevarse a cabo con otras técnicas".
La ablación por congelamiento dura sólo 80 minutos. Los resultados obtenidos son muy satisfactorios, ya que la recurrencia de una arritmia es de tan sólo un 30%.
El procedimiento consiste en llevar un catéter hasta el corazón, a través de una vena, y posicionarlo en el sitio de interés. Una vez realizado el diagnóstico, se determina el lugar donde se encuentra la anomalía y mediante el congelamiento del helio que circula por el interior del catéter (un gas inerte) se elimina el circuito anómalo.
La fibrilación auricular es la forma de arritmia más común. Si bien afecta sólo al 1% de población en general, a partir de los 60 años el riesgo aumenta un 10% por cada década de vida. Según confirman los últimos estudios, la arritmia es una de las causantes del accidente cerebrovascular (ACV), que puede ser letal o dejar secuelas como parálisis en la mitad del cuerpo, postración y trastornos severos del habla, entre otras.