25 Agosto 2013
BOGOTÁ/LA HABANA.- El diálogo de paz entre el Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) atraviesa en estas horas su momento más frágil, por lo que delegados de las Naciones Unidas y de la Universidad Nacional de Cuba intentan restablecer las negociaciones, a pesar de que la guerrilla dispuso una "pausa" y el presidente, Juan Manuel Santos, ordenó a su equipo regresar a Bogotá.
Pese a la tensión, el jefe de los negociadores del Gobierno, el exvicepresidente Humberto de la Calle, anunció que hoy regresará a La Habana para continuar los contactos, tras evaluar la situación con Santos en una larga reunión. "Vamos a continuar con el designio y la instrucción del Presidente", manifestó el delegado, quien recordó a las FARC que la necesidad de someter todo pacto a referendo y la garantía para implementar un eventual acuerdo son parte de la discusión del punto seis de la Agenda, que todavía no ha comenzado.
El máximo jefe de las FARC, Timoleón Jiménez (alias Timochenko), afirmó ayer: "aunque el Presidente cree jugar con cartas marcadas y seguro de ganar, está nervioso, promete y miente, amenaza y miente". La agencia cubana Prensa Latina, que cita fuentes de la guerrilla, anunció que mañana podrían reanudarse las conversaciones. El presidente del Uruguay, José Mujica, habría intervenido como facilitador del reinicio de los encuentros, ya que mantiene contactos telefónicos frecuentes con ambas partes.
La crisis se disparó con la decisión de Santos de impulsar unilateralmente un referendo popular sobre un eventual acuerdo de paz, consulta que está siendo evaluada por las FARC, aunque en principio son reacias a aceptarlas. Las conversaciones se reanudarán cuando el Gobierno "lo considere apropiado", agregó el mandatario.
Con el retiro de los negociadores, Colombia quedó en vilo y a la espera de las novedades. Las partes han demostrado que no dejarán de lado sus propios objetivos, como son la participación política; la eventual reelección de Santos; la Justicia integral y la reparación de víctimas de un conflicto armado que lleva medio siglo. (DPA-Télam)
Pese a la tensión, el jefe de los negociadores del Gobierno, el exvicepresidente Humberto de la Calle, anunció que hoy regresará a La Habana para continuar los contactos, tras evaluar la situación con Santos en una larga reunión. "Vamos a continuar con el designio y la instrucción del Presidente", manifestó el delegado, quien recordó a las FARC que la necesidad de someter todo pacto a referendo y la garantía para implementar un eventual acuerdo son parte de la discusión del punto seis de la Agenda, que todavía no ha comenzado.
El máximo jefe de las FARC, Timoleón Jiménez (alias Timochenko), afirmó ayer: "aunque el Presidente cree jugar con cartas marcadas y seguro de ganar, está nervioso, promete y miente, amenaza y miente". La agencia cubana Prensa Latina, que cita fuentes de la guerrilla, anunció que mañana podrían reanudarse las conversaciones. El presidente del Uruguay, José Mujica, habría intervenido como facilitador del reinicio de los encuentros, ya que mantiene contactos telefónicos frecuentes con ambas partes.
La crisis se disparó con la decisión de Santos de impulsar unilateralmente un referendo popular sobre un eventual acuerdo de paz, consulta que está siendo evaluada por las FARC, aunque en principio son reacias a aceptarlas. Las conversaciones se reanudarán cuando el Gobierno "lo considere apropiado", agregó el mandatario.
Con el retiro de los negociadores, Colombia quedó en vilo y a la espera de las novedades. Las partes han demostrado que no dejarán de lado sus propios objetivos, como son la participación política; la eventual reelección de Santos; la Justicia integral y la reparación de víctimas de un conflicto armado que lleva medio siglo. (DPA-Télam)