En estos tiempos, prevalece la coyuntura

Daniel Abad | Director de Cesnoa

01 Septiembre 2013
En épocas electorales no es mucho lo que se puede decir en materia económica de lo que se viene diciendo. Solo casos como los fallos en los tribunales de Estados Unidos en relación a los fondos buitres escapan el día a día.

Entonces, ¿dónde estamos parados? Las recientes medidas en torno del impuesto a las Ganancias para los trabajadores en relación de dependencia se enmarcan en políticas económicas de impacto inmediato e inevitable tinte electoral. Se venían reclamando desde hace mucho tiempo.

La coyuntura tiene dos frentes, el interno y el externo. Este último viene siendo observado con atención porque la FED norteamericana viene amagando con la suba de tasas de interés para evitar una probable inflación ya que su economía se está recuperando (el desempleo bajó al 7,5%).

Toda la plata que emitió en los últimos años, se estima que duplico su base monetaria, no fue tanto a medios de pago (consumo o inversión) si no a mercados emergentes, acciones y futuros de materias primas lo que preocupa sobremanera porque cada vez que el dólar se fortalece bajan las materias primas. Por el lado de Brasil ha decidido privilegiar el control sobre la inflación sobre su crecimiento y viene devaluando. Cuando EEUU y Brasil, nuestros principales competidores en materia de soja mejoran sus cosechas, nuestra balanza comercial empieza a estornudar máxime, cuando la factura por importación de energía no para de crecer.

Por el lado interno, nosotros venimos devaluando en torno al 20% más o menos, pero no alcanza para recuperar competitividad, en especial de las economías regionales que es desde donde comenzó la recuperación allá por 2002. Las reservas internacionales del Banco Central siguen cayendo a razón de U$S 6.000 millones por año, continúan los subsidios como uno de los rubros principales del gasto público y la emisión monetaria en consonancia con aquel.

Atraso cambiario más atraso tarifario no es un buen menú que se corrija con maquillaje. Da toda la sensación que después de las elecciones del mes de octubre algo habrá que hacer para que los desequilibrios, en especial la fuga de dólares, no provoquen que se repita la historia: cuando nos quedamos sin dólares sobreviene la crisis.

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