Con la mirada en octubre, pero con la vista en 2015

Por Uriel Salamon | Licenciado en Ciencias Políticas.

01 Septiembre 2013
Si bien las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas Obligatorias son un "PASO" previo a la definición de candidaturas, los resultados esbozan en cierta forma la voluntad de la gente. A pesar de lo volátil que suele ser el electorado argentino en general, la experiencia anterior de este tipo de elección indica que el voto es difícilmente cambiado en dos meses, con lo cual el escenario para el gobierno resulta bastante oscuro de cara a la renovación de las cámaras de Senadores y de Diputados.

Mucho se habló en la previa que el oficialismo mantendría la mayoría, ya que las bancas a renovar son las obtenidas en 2009 cuando en plena crisis con el campo sufrió también una derrota electoral en distritos claves; no obstante, hoy el escenario parece ser muy distinto.

Si nos situamos en la provincia de Buenos Aires, llamada siempre la "madre de todas las batallas" por su alta incidencia de votos en el padrón electoral, muy diferente resulta ser el triunfo del intendente de Tigre, Sergio Massa, al que fue de Francisco De Narváez hace cuatro años. El armado político denominado Frente Renovador le sacó mucha más distancia al gobernante Frente para la Victoria, lo cual se traduce en un importante flujo de votos. Por otro lado, su estructura parece mucho más fortalecida y de cara a las elecciones generales en dos años, se convirtió en un foco de atracción para muchos intendentes que buscan continuar gobernando. No obstante, Massa deberá actuar con inteligencia para lograr su mejor posicionamiento de cara al 2015.

Es difuso aún el impacto que ha tenido todo esto sobre la figura de Scioli, gobernador de la provincia, y que ya ha manifestado sus aspiraciones a suceder a Cristina Fernández de Kirchner. No participó de forma directa, como si lo hizo en 2009, pero es la cabeza política del distrito. Igualmente, el resultado sepulta cualquier intencionalidad reeleccionista de la Presidenta o la selección de un candidato más afín.

En la Ciudad de Buenos Aires, el oficialismo es el PRO de Mauricio Macri. Sin embargo, a la luz de los resultados, su incapacidad para proyectarse a nivel nacional lo deja en riesgo de no poder alcanzar el sueño presidencial y, al mismo tiempo, perder la jefatura de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, donde gobierna desde 2007, porque ha fallado en la formación de un posible sucesor en el puesto. Por otra parte, la coalición conformada por el radicalismo, Elisa Carrió y parte de la izquierda logró arraigo popular y busca, al menos en estas elecciones, derrotar al kirchnerismo.

Otros candidatos con intencionalidades manifiestas hacia 2015 son Cobos, Binner y De la Sota, triunfantes en sus provincias (De la Sota no fue candidato, pero su espacio fue el más votado) y luego de octubre buscarán comenzar a hacer los movimientos que los vayan posicionando.

Los resultados son aún provisorios, pero nos da una pequeña apreciación de lo puede ser la elección que coincide con el tercer aniversario de la muerte de Néstor Kirchner. Sobre todo porque, más allá de los discursos, todos están con la mirada en octubre, pero con la vista en 2015.

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