02 Septiembre 2013
Hay instituciones que no solo persiguen fines nobles, sino que son un orgullo para una comunidad porque persiguen fines solidarios, educativos, cargados de humanidad y trabajan con los sectores más vulnerables de la sociedad. Es el caso del Hogar Agrícola "San Agustín", que se mantiene desde 1993 de donaciones y que actualmente atraviesa por un momento económico crítico.
A la institución asisten alrededor de 70 chicos, de entre seis y 12 años, que provienen de la vera del río Muerto, La Cañada, La Rinconada y asentamientos de Yerba Buena. En una extensa nota que le dedicamos al establecimiento que administran los Padres Rogacionistas del Corazón de Jesús, se cuenta que los niños de ambos sexos, reciben educación, apoyo escolar y asisten también a talleres plástica, música, deportes, huerta y catequesis. La mayoría de sus progenitores son jardineros, empleadas domésticas o albañiles. Según la coordinadora de los talleres, el 70% de los chicos presenta problemas de aprendizaje
El hogar Agrícola San Agustín, dependiente del arzobispado, fue fundado en 1968 y su destino fue a albergar y educar niños en el establecimiento ubicado al pie del cerro San Javier, y que perteneció al don Alfredo Guzmán, industrial y notable benefactor.
Los Rogacionistas se hicieron cargo de esta institución en 1993, así como de la escuela Obispo Colombres que funciona en Los Chañaritos. Hasta 2002, la congregación recibía apoyo de Italia, pero como consecuencia de la crisis europea la ayuda dejó de llegar. La mayoría de los sacerdotes que han llegado en las últimas décadas. son brasileños porque allí se halla la provincia rogacionista San Lucas, que abarca la Argentina, el Paraguay y el Brasil.
Según la voluntaria más antigua del establecimiento, la principal dificultad son los recursos para poder afrontar los arreglos del edificio, que se encuentra en un estado deplorable. "Fue donado hace más de 100 años por don Alfredo Guzmán", dijo. Se necesita una inversión inicial de $2 millones para reconstruir la sede.
A la Escuela Media de Artes y Oficios Obispo Colombres, de Los Chañaritos, asisten alrededor de 400 adolescentes de familias humildes, que aprenden mecánica, carpintería, cocina y otras habilidades que con vistas a una salida laboral.
Sería importante que la comunidad se solidarizara con la labor de esta congregación. Si bien es cierto que nunca fueron una multitud, los benefactores escasean en esta época. Se trata de personas que tratan de devolverles a la comunidad lo mucho que han recibido de ella, a través de obras, como fue Alfredo Guzmán (1855-1951), propietario del ingenio Concepción, mentor de la Estación Experimental Agrícola, fundador de la Sala Cuna, el Hogar San José, del Colegio Guillermina y costeó de su peculio a construcción del templo de Nuestra Señora de la Merced.
En su última sesión, la Legislatura aprobó un proyecto para otorgar un subsidio de $8 millones a tres clubes de fútbol (Atlético Tucumán, $4 millones; San Martín, $3 millones y San Jorge, $1 millón). Si el Estado tiene dinero para apoyar a las entidades deportivas, con mayor razón debería tenerlo para auxiliar e un establecimiento como el San Agustín que se ocupa de la educación de niños de extracción humilde. Sería también auspicioso si comprovincianos que gozan de un próspero patrimonio, imitaran a Alfredo Guzmán y se solidarizaran con esta noble labor.
A la institución asisten alrededor de 70 chicos, de entre seis y 12 años, que provienen de la vera del río Muerto, La Cañada, La Rinconada y asentamientos de Yerba Buena. En una extensa nota que le dedicamos al establecimiento que administran los Padres Rogacionistas del Corazón de Jesús, se cuenta que los niños de ambos sexos, reciben educación, apoyo escolar y asisten también a talleres plástica, música, deportes, huerta y catequesis. La mayoría de sus progenitores son jardineros, empleadas domésticas o albañiles. Según la coordinadora de los talleres, el 70% de los chicos presenta problemas de aprendizaje
El hogar Agrícola San Agustín, dependiente del arzobispado, fue fundado en 1968 y su destino fue a albergar y educar niños en el establecimiento ubicado al pie del cerro San Javier, y que perteneció al don Alfredo Guzmán, industrial y notable benefactor.
Los Rogacionistas se hicieron cargo de esta institución en 1993, así como de la escuela Obispo Colombres que funciona en Los Chañaritos. Hasta 2002, la congregación recibía apoyo de Italia, pero como consecuencia de la crisis europea la ayuda dejó de llegar. La mayoría de los sacerdotes que han llegado en las últimas décadas. son brasileños porque allí se halla la provincia rogacionista San Lucas, que abarca la Argentina, el Paraguay y el Brasil.
Según la voluntaria más antigua del establecimiento, la principal dificultad son los recursos para poder afrontar los arreglos del edificio, que se encuentra en un estado deplorable. "Fue donado hace más de 100 años por don Alfredo Guzmán", dijo. Se necesita una inversión inicial de $2 millones para reconstruir la sede.
A la Escuela Media de Artes y Oficios Obispo Colombres, de Los Chañaritos, asisten alrededor de 400 adolescentes de familias humildes, que aprenden mecánica, carpintería, cocina y otras habilidades que con vistas a una salida laboral.
Sería importante que la comunidad se solidarizara con la labor de esta congregación. Si bien es cierto que nunca fueron una multitud, los benefactores escasean en esta época. Se trata de personas que tratan de devolverles a la comunidad lo mucho que han recibido de ella, a través de obras, como fue Alfredo Guzmán (1855-1951), propietario del ingenio Concepción, mentor de la Estación Experimental Agrícola, fundador de la Sala Cuna, el Hogar San José, del Colegio Guillermina y costeó de su peculio a construcción del templo de Nuestra Señora de la Merced.
En su última sesión, la Legislatura aprobó un proyecto para otorgar un subsidio de $8 millones a tres clubes de fútbol (Atlético Tucumán, $4 millones; San Martín, $3 millones y San Jorge, $1 millón). Si el Estado tiene dinero para apoyar a las entidades deportivas, con mayor razón debería tenerlo para auxiliar e un establecimiento como el San Agustín que se ocupa de la educación de niños de extracción humilde. Sería también auspicioso si comprovincianos que gozan de un próspero patrimonio, imitaran a Alfredo Guzmán y se solidarizaran con esta noble labor.