14 Septiembre 2013
EN LA CIMA. En la senda del gomero, un policía patrulla la zona. LA GACETA / FOTO DE SOLEDAD NUCCI
Ahhhh Ahhhhh Ahhhhh Ahhhhh
Kyuun Kyuun Kyuun Kyuun
Brrrum Brrrum Brrrum Brrrum. En las ásperas trochas de Horco Molle, tres sonidos se mezclaban el jueves pasado, a la siesta. Se oían, como siempre, las respiraciones agitadas de los ciclistas y corredores, que usualmente recorren las sendas situadas al oeste de la avenida Perón, en Yerba Buena. Sonaban, también, los motores de los aviones hidrantes, que desde hace días sobrevuelan la región para tirar agua sobre el fuego en el cerro San Javier. Y se oían estampidos de motos, piloteadas por policías.
Este último ruido es nuevo para los habitués. Luego de que el martes pasado un grupo de atletas interceptara al gobernador José Alperovich durante su travesía en bicicleta para pedirle más seguridad en los circuitos de montaña, desde el Ministerio de Seguridad Ciudadana diagramaron un plan en las zonas deportivas, principalmente en Horco Molle, a lo largo de la avenida Perón, en Lules y en San Pablo. De acuerdo a la información de esa cartera, a partir del miércoles se intensificaron los patrullajes desde las 11 y hasta las 22.
Así las cosas, los deportistas se toparon con agentes no sólo en las calles, sino, también en los angostos y empinados caminos de montaña. Justamente, ese era uno de los pedidos efectuados a Alperovich, porque entre los parajes habían sucedido asaltos y ataques. Estela Figueroa -ciclista, fundadora de la organización "No destruyan mi cerro" y organizadora de la movilización del martes- contó que, en contrapartida, el secretario de Seguridad Ciudadana Paul Hofer, les solicitó a los ciudadanos que sigan los consejos y no salgan solos, que efectúen sus recorridos en los horarios donde se garantice la presencia policial y, sobre todo, que denuncien los hechos delictivos.
El martes pasado, los ciclistas se habían escondido detrás del gomero situado en el ingreso a la Reserva Experimental de Horco Molle. Esperaron a que el gobernador terminara su rutina y lo sorprendieron en el bar Namasté, donde descansaba. Allí lo encararon con carteles en lo que se leía "No me roben la bici". El mandatario se puso de pie para escuchar sus pedidos, y los invitó luego a la Casa de Gobierno, donde mantuvieron una reunión con Hofer, entre otros funcionarios.
El domingo anterior, un grupo de ciclistas había sido asaltado por tres delincuentes armados en la Quebrada de Lules. Les sustrajeron cascos, relojes, herramientas de auxilio, zapatillas y las bicicletas, valuadas hasta en $20.000. Durante el atraco, los ladrones efectuaron disparos.
Este último ruido es nuevo para los habitués. Luego de que el martes pasado un grupo de atletas interceptara al gobernador José Alperovich durante su travesía en bicicleta para pedirle más seguridad en los circuitos de montaña, desde el Ministerio de Seguridad Ciudadana diagramaron un plan en las zonas deportivas, principalmente en Horco Molle, a lo largo de la avenida Perón, en Lules y en San Pablo. De acuerdo a la información de esa cartera, a partir del miércoles se intensificaron los patrullajes desde las 11 y hasta las 22.
Así las cosas, los deportistas se toparon con agentes no sólo en las calles, sino, también en los angostos y empinados caminos de montaña. Justamente, ese era uno de los pedidos efectuados a Alperovich, porque entre los parajes habían sucedido asaltos y ataques. Estela Figueroa -ciclista, fundadora de la organización "No destruyan mi cerro" y organizadora de la movilización del martes- contó que, en contrapartida, el secretario de Seguridad Ciudadana Paul Hofer, les solicitó a los ciudadanos que sigan los consejos y no salgan solos, que efectúen sus recorridos en los horarios donde se garantice la presencia policial y, sobre todo, que denuncien los hechos delictivos.
El martes pasado, los ciclistas se habían escondido detrás del gomero situado en el ingreso a la Reserva Experimental de Horco Molle. Esperaron a que el gobernador terminara su rutina y lo sorprendieron en el bar Namasté, donde descansaba. Allí lo encararon con carteles en lo que se leía "No me roben la bici". El mandatario se puso de pie para escuchar sus pedidos, y los invitó luego a la Casa de Gobierno, donde mantuvieron una reunión con Hofer, entre otros funcionarios.
El domingo anterior, un grupo de ciclistas había sido asaltado por tres delincuentes armados en la Quebrada de Lules. Les sustrajeron cascos, relojes, herramientas de auxilio, zapatillas y las bicicletas, valuadas hasta en $20.000. Durante el atraco, los ladrones efectuaron disparos.
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