17 Septiembre 2013
El linfoma es el quinto tipo de patología oncológica más común a nivel mundial, y el primero en adultos jóvenes de entre 20 y 35 años. "Cada año, unas 20 personas por cada 100.000 argentinos lo padecen. Sin embargo, pocos conocen de qué se trata esta enfermedad", señaló la doctora Marcela Polizzi, especialista en Oncología y directora de la Fundación Centro Médico OncoSalud. Con esta advertencia la médica recordó el Día Mundial del Linfoma, que se conmemoró ayer, 15 de setiembre.
El linfoma es un crecimiento anormal de células malignas en el sistema linfático, que a su vez provoca un crecimiento anormal en los ganglios. Por lo general, se presentan en el cuello, las axilas y la ingle. Los dos grandes tipos de linfoma son los Hodgkin -de características malignas- y los No Hodgkin. Estos últimos afectan a los glóbulos blancos o "linfocitos" y son los más comunes y los de menor gravedad.
"A veces la enfermedad es difícil de detectar porque no hay inflamación del ganglio, pero sí un cansancio inusual, mucha transpiración, pérdida de peso, fiebre nocturna, picazón o tos persistentes. Otras veces sólo se da la hinchazón indolora del ganglio, y en otros casos, los síntomas aparecen combinados", explicó Polizzi.
La consulta temprana y el diagnóstico precoz aumenta las posibilidades de cura en las enfermedades oncológicas. "De todas formas, se trata de un tipo de enfermedad con muy buena respuesta a los tratamientos. La mayoría de las veces, el diagnóstico es quirúrgico y en un 70% de los casos el paciente resulta curado", aseguró la especialista.
El linfoma es un crecimiento anormal de células malignas en el sistema linfático, que a su vez provoca un crecimiento anormal en los ganglios. Por lo general, se presentan en el cuello, las axilas y la ingle. Los dos grandes tipos de linfoma son los Hodgkin -de características malignas- y los No Hodgkin. Estos últimos afectan a los glóbulos blancos o "linfocitos" y son los más comunes y los de menor gravedad.
"A veces la enfermedad es difícil de detectar porque no hay inflamación del ganglio, pero sí un cansancio inusual, mucha transpiración, pérdida de peso, fiebre nocturna, picazón o tos persistentes. Otras veces sólo se da la hinchazón indolora del ganglio, y en otros casos, los síntomas aparecen combinados", explicó Polizzi.
La consulta temprana y el diagnóstico precoz aumenta las posibilidades de cura en las enfermedades oncológicas. "De todas formas, se trata de un tipo de enfermedad con muy buena respuesta a los tratamientos. La mayoría de las veces, el diagnóstico es quirúrgico y en un 70% de los casos el paciente resulta curado", aseguró la especialista.