02 Octubre 2013
ADELANTO. Mujica le había comunicado su decisión el lunes en Buenos Aires a su par argentina, Cristina Fernández. LA GACETA
MONTEVIDEO.- Uruguay autorizó a aumentar la producción de pasta de celulosa en la planta que el grupo finlandés UPM-Kymmene tiene en el país, anunció hoy el presidente José Mujica, pese a reclamos ambientales de Argentina que amenazan con desatar una nueva crisis diplomática entre ambas naciones. Como consecuencia, el canciller Héctor Timerman anunció la Argentina volverá a denunciar a Montevideo ante la Corte de Justicia Internacional de La Haya por los efectos contaminantes sobre un río limítrofe si permitía incrementar el ritmo de fabricación de la planta, que pasará a producir 1,2 millón de toneladas al año desde las actuales 1,1 millón.
La pastera había solicitado al Gobierno uruguayo un incremento de hasta 1,3 millón de toneladas, dado que un mes antes de finalizar su ciclo anual logró cumplir con el tope máximo autorizado.
Mujica admitió que su decisión causará una crisis con Argentina, uno de los principales socios comerciales de Uruguay, pero dijo que su función es defender los intereses de su país. "A mí me duele mucho, seguramente que puede crear (la decisión), presiones, malentendidos, pero nadie va a separar en mi corazón el cariño y el respeto que le tengo al pueblo argentino", afirmó el mandatario en un discurso televisado.
El mandatario aclaró que el permiso a UPM es revocable si no cumple con exigencias medioambientales. "El mantenimiento de esta decisión depende del grado de cumplimiento. Somos conscientes que tenemos que cuidarlo (al medioambiente) trabajando", afirmó Mujica.
El presidente uruguayo le había comunicado su decisión el lunes en Buenos Aires a su par argentina, Cristina Fernández. El martes, los cancilleres de ambos países no consiguieron llegar a un acuerdo al respecto.
Los gobiernos de Argentina y Uruguay ya mantuvieron un largo litigio en La Haya por la planta de celulosa. En el 2010, la corte dictaminó que no había indicios de que la pastera contaminara al río Uruguay, pero dijo que Montevideo violó un acuerdo binacional al no consultar a Buenos Aires antes de permitir la construcción del establecimiento, que representó una de las mayores inversiones en la historia uruguaya. La planta entró en funcionamiento en noviembre del 2007 en la localidad de Fray Bentos, unos 300 kilómetros al oeste de Montevideo y sobre el río Uruguay, lo que obliga al pequeño país sudamericano a informar sobre cualquier actividad que afecte el curso de agua.
Argentina, que se opuso desde el inicio a la instalación de la planta sobre la margen del río, dijo en un comunicado el domingo que está en desacuerdo con conceder el aumento en la producción por los efectos medioambientales y amenazó con volver a La Haya. Uruguay considera que tiene potestad para otorgar el permiso de producción a UPM de manera unilateral. Estudios realizados por la Dirección Nacional de Medio Ambiente de ese país concluyeron que la actividad industrial no implica efectos ambientales nocivos por encima de los estándares permitidos. (Reuters)