La Iglesia habla de corrupción en el Estado

Los obispos argentinos trazaron un duro panorama y advirtieron que el país está a un paso de ingresar en una situación de "difícil retorno"No es casual que se nombre a esta ciudad como el "paraíso" narco. En el documento de la Asamblea Plenaria, se afirma que la sociedad sospecha de la colaboración de miembros de las fuerzas de seguridad, de la Justicia y políticos con las mafias

DRAMÁTICA REALIDAD. Monseñor Arancedo explica detalles del documento de la Iglesia, junto al obispo Lozano. DYN DRAMÁTICA REALIDAD. Monseñor Arancedo explica detalles del documento de la Iglesia, junto al obispo Lozano. DYN
09 Noviembre 2013

BUENOS AIRES.- La Iglesia advirtió ayer sobre el avance del narcotráfico en el país, al asegurar que la Argentina corre el riesgo de tener una situación similar a la de México y Colombia, y denunció que a esta "situación de desborde se ha llegado con la complicidad y corrupción de algunos dirigentes".

"Si la dirigencia política y social no toma medidas urgentes costará mucho tiempo y mucha sangre erradicar estas mafias que han ido ganando cada vez más espacio", aseveró el presidente de la Comisión de Pastoral Social, obispo Jorge Lozano, al leer un documento del Episcopado titulado "El drama de la droga y el narcotráfico".

El texto señaló, según remarcó Lozano, que "la sociedad a menudo sospecha que miembros de las fuerzas de seguridad, funcionarios de la Justicia y políticos colaboran con los grupos mafiosos" vinculados a la droga.

El prelado alertó que "la Argentina está corriendo el riesgo de pasar a una situación de difícil retorno".

"Es cierto que el desafío es enorme y el poder de corrupción y extorsión de los grupos criminales es grande. Pero no es verdad que nada se puede hacer", agregó.

El texto fue consensuado por el centenar de obispos que participaron en la casa de ejercicios El Cenáculo-La Montonera, de la localidad bonaerense de Pilar, de la 106 Asamblea Plenaria del Episcopado argentino.

Una mancha

En tanto, el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, José María Arancedo, cuestionó que se haya hecho "poco y nada" pese a que la Iglesia viene alertando hace años sobre esta realidad, y criticó la "ausencia del Estado" tanto para atender a los adictos como para desarticular a las "mafias" del narcotráfico.

"El tema del narcotráfico es como un mancha que avanza", sostuvo Arancedo, y reclamó que esta problemática sea "asumida políticamente y sea prioridad en la mesa política, por las consecuencias que tiene.

"Es necesario ponerlo en un lugar destacado, porque no es un tema secundario", subrayó.

"En la lucha contra el narcotráfico y las mafias enquistadas hace falta la presencia del Estado, no basta con la tarea de grupos meritorios como Cáritas u otras organizaciones sociales", sostuvo Arancedo.

Desborde

En otro párrafo del documento, la Iglesia insistió en advertir que a esta "situación de desborde se ha llegado con la complicidad y la corrupción de algunos dirigentes".

Lozano aseguró que, a raíz del avance del narcotráfico, "tenemos el riesgo de ser una Argentina peor. No sé si como México, pero sí corremos el riesgo de instalar un sistema de organización social donde el narcotráfico tiene un grado de incidencia muy grande".

Al respecto, Arancedo agregó: "no deseamos ser como México o Colombia, ciertamente no lo somos, pero tengamos cuidado, nos dicen, porque evidentemente ya no somos un lugar de paso sino de consumo".

En la declaración, la Iglesia reclamó políticas públicas "de corto, mediano y largo alcance", al recordar que perseguir el delito "es tarea exclusiva e irrenunciable del Estado".

Los obispos que se reunieron en Pilar, expresaron en el documento su preocupación "por la desprotección de nuestras fronteras por la demora en dotar de adecuados sistemas de radar a las zonas más vulnerables".

Arancedo criticó también al Poder Ejecutivo Nacional por las demoras en designar al responsable del Sedronar, al recordar citando el documento que esa secretaría es "el organismo del Estado dedicado a coordinar las políticas públicas" en cuanto a la asistencia de los adictos.

Los obispos trazaron un duro panorama sobre el "flagelo" del narcotráfico al constatar, dijeron, que "no es un tema localizado en una región, sino que se ha instalado en todo el país" y a raíz de los recientes enfrentamientos entre bandas narcos, sobre todo en Rosario, donde murieron más de 200 personas en hechos de este tipo.

Amenazas

Al explicar el sentido del duro documento, Arancedo también lamentó que "la voz de la Iglesia no siempre tenga eco" en la dirigencia política y apeló a una referencia bíblica para afirmar que "muchas veces la Iglesia está hablando en el desierto" cuando advierte sobre estos temas.

No obstante, el presidente del Episcopado aseguró que, pese a las amenazas a algunos de sus miembros, la Iglesia "tiene que hablar y decir" porque "en esto está en juego la salud y la vida de muchas personas".

En las últimas semanas, tanto el gobernador santafesino Antonio Bonfatti, como la secretaria de Delitos Complejos del Ministerio de Seguridad de esa provincia, Ana Viglione, fueron blanco de ataques delictivos (incluso con armas) y ambos hechos fueron encuadrados como un intento de amedrentamiento por parte de bandas de narcotraficantes que operan en ese distrito.

También, el texto del Episcopado marcó la preocupación de los obispos por la "desprotección de la frontera" y por la "demora en dotar de adecuados sistemas de radar a las zonas más vulnerables" del país.

En otra parte, destacan que la sociedad "sospecha que miembros de fuerzas de seguridad, funcionarios de la Justicia y políticos colaboran con los grupos mafiosos" que actúan en la Argentina. (DyN-Télam)

Rosario está en boca de todos 

El Episcopado argentino instaló como tema de urgente tratamiento en la agenda nacional el avance sin freno del narcotráfico en el país como consecuencia de la ausencia del Estado, la corrupción y la complicidades de la dirigencia. Si bien este tema no es nuevo, lo puso "en el papel", repartió "culpas y acusaciones", y hasta plasmó un contundente "mea culpa".

Gran parte de los enunciados del documento de los obispos se basan en hechos ocurridos recientemente en Santa Fe, donde cientos de policías, hasta de alto rango, fueron desplazados de la fuerza y procesados por sus vinculaciones con el narcotráfico. También algunos miembros de la Justicia y políticos.

Por eso se nombra a Rosario, que se ha convertido en un "paraíso" para los narcos, quienes se han adueñado de algunos barrios, lo transformaron en "territorios propios" y actúan como verdaderas mafias. Prueba de ello son las amenazas y "aprietes" a funcionarios que investigan esos delitos, incluido el ataque a la casa del gobernador Antonio Bonfatti, que fue ametrallada.

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Puntos destacados del documento

Complicidades
.- "A esta situación de desborde se ha llegado con la complicidad y la corrupción de algunos dirigentes. La sociedad a menudo sospecha que miembros de fuerzas de seguridad, funcionarios de la Justicia y políticos colaboran con los grupos mafiosos". "Esta realidad debilita la confianza y desanima las expectativas de cambio. Pero también es funcional y cómplice quien pudiendo hacer algo se desentiende, se lava las manos y 'mira para otro lado'".

MEDIDAS URGENTES Y ADVERTENCIA.- "La Argentina está corriendo el riesgo de pasar a una situación de difícil retorno. Si la dirigencia política y social no toma medidas urgentes costará mucho tiempo y mucha sangre erradicar estas mafias que han ganado cada vez más espacio".

FRONTERAS Y RADARES.- "Recogemos también la preocupación por la desprotección de nuestras fronteras, y por la demora en dotar de adecuados sistemas de radar a las zonas más vulnerables".

SEDRONAR.- "Lamentamos que el organismo del Estado dedicado a coordinar las políticas públicas en esta materia (Sedronar) lleve tantos meses sin tener su responsable designado por el Poder Ejecutivo".

PREOCUPACIÓN.- "La sociedad vive con dolor y preocupación el crecimiento del narcotráfico en nuestro país. Son muchos los que nos acercan su angustia ante este flagelo. Nos conmueve acompañar a las madres y los padres que ya no saben qué hacer con sus hijos adictos, a quienes ven cada vez más cerca de la muerte".

MUERTE Y DELITO.- "Nos quedamos sin palabras ante el dolor de quienes lloran la pérdida de un hijo por sobredosis o hechos de violencia vinculados al narcotráfico".

VÍCTIMAS.- "Cuando este mal se instala en los barrios destruye las familias, siembra miedo y desconfianza entre los vecinos, aleja a los chicos y a los jóvenes de la escuela y el trabajo. Tarde o temprano algunos son captados como ayudantes del 'negocio'. Hay gente que vende droga para subsistir, sin advertir el grave daño que se realiza al tejido social y a los pobres en particular".

DROGAS SINTÉTICAS.- "Es alarmante la expansión de las llamadas drogas sintéticas, que se distribuyen en diversos espacios festivos, y nos duelen las conductas autodestructivas en adolescentes o jóvenes que consumen diversas sustancias".

Anhelos.- "Es perverso vivir del sufrimiento y de la destrucción del prójimo. Por eso anhelamos una Justicia más eficiente que erradique sin demoras la impunidad. Al mismo tiempo no dejamos de pedir la conversión de los traficantes".

RECLAMO AL ESTADO NACIONAL.- "Consideramos que se necesitan políticas públicas de corto, mediano y largo alcance ,ya que perseguir el delito es tarea exclusiva e irrenunciable del Estado".

RESPONSABILIDAD.- "Instamos a que el tema del narcotráfico sea asumido políticamente y sea prioridad en la mesa política, por las consecuencias que tiene".

Autocrítica de los obispos.- "Como obispos somos conscientes de que no hemos sido suficientemente eficaces en promover una pastoral que convoque y contenga a los adolescentes y a los jóvenes. A su vez, seguimos alentando la creación de centros de asistencia para quienes sufren la esclavitud de la adicción y les cuesta salir".

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