La combinación entre el arte y la ciencia

Alejandro Gallo, que estudió guitarra y saxo en el Conservatorio Provincial de Música, es técnico en sonorización por la UNT.

AL MANDO. Establece el equilibrio del sonido en estudio y en vivo. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA AL MANDO. Establece el equilibrio del sonido en estudio y en vivo. LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA
Desde que tenía ocho años merodeaba los talleres y muy chico aprendió todo acerca de plaquetas y circuitos. "Después fui combinando todo lo que a mí me gustaba: la parte técnica y artística se expresan a través de lo que es la operación técnica de la música. Tenés que saber desde procedimientos de señales hasta la parte musical". Alejandro Gallo, que estudió guitarra y saxo en el Conservatorio Provincial de Música, y también con profesores argentinos y extranjeros, encara con pasión el inexpugnable universo de las consolas. Es técnico en sonorización por la UNT y se perfeccionó en la Universidad Austral (Chile), en cursos y seminarios.

"Empecé trabajando con sonido en estudio. Me metí de lleno en ese mundo; después me conquistó el sonido en directo (en vivo) y pasé a trabajar en él combinando técnicas", cuenta el sonidista de 26 años.

Entre otros escenarios grandes, trabajó en Cosquín. "Allí conocí al sonidista de Maná que, siendo un capo, es muy humilde y me enseñó un par de cosas", afirma. Lo pone de ejemplo, y resalta que todavía no conoció una mujer que haga sonido en vivo. "Es un campo muy machista y siempre hay choques de egos porque en un espectáculo está todo potenciado y hay mucha tensión", dice el técnico, que salió en giras y conoce la cocina del showbiz.Gallo ajustó el sonido para Mariana Cazón en Cosquín y en gira, e integró producciones locales con Attaque 77, Dread Marai, Non palidece y Wailers, entre otras bandas. La experiencia la obtiene en cada trabajo: ya hizo sonido para públicos de 30 personas y también para 20.000, en Argentina y en Chile. Pero no sólo de estadios va la cosa: ya hizo varias producciones multimedia y ahora está trabajando en tres producciones de cortometrajes, dos acá y una en La Rioja.

Sobre los conocidos efectos negativos de su labor en la salud auditiva, señala: "el sistema auditivo se conecta con el corazón, con el equilibrio y con el sistema nervioso. Siempre uso protecciones especiales; gracias a eso puedo volver al estudio y trabajar como con bisturí".

Gallo lamenta que en Tucumán el suyo sea un trabajo subvalorado porque se paga muy poco. "El título no te sirve para nada; sólo valen las recomendaciones. En Argentina rige la todología: por $ 100 tenés que hacer de todo", se queja, pero no tanto porque para poder vivir se ayuda con la venta de joyas de Perú. La buena paga se da junto a grandes bandas en gira, como El chaqueño Palavecino o Divididos, que llevan dos sonidistas. A pesar de todo, Gallo no duda: "me fascina lo que hago".

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