Medicina para el alma

Argentina no jugó bien, pero fue más que Italia y volvió a ganar después de ocho partidos.

Nicolás Sánchez Nicolás Sánchez
24 Noviembre 2013
ROMA.- Se debe saber distinguir entre lo ideal y lo real. Ideal sería que Los Pumas encadenasen victorias como consecuencia de una evolución estructural y de juego. Pero la realidad y la lógica de todo crecimiento marcan que Argentina es demasiado joven en el mundo de las potencias como para ser tan pretenciosa. Por ahora, debe conformarse con triunfos a secas, como el que ayer consiguió sobre Italia por 19 a 14. Sedienta como estaba por el polvo de ocho derrotas consecutivas, le resultaba más redituable ganar jugando mal que perder sin merecerlo.

La utilidad se desdobla en dos necesidades. Una es estadística: perder hubiera sacado a Los Pumas del top ten del ranking IRB. La otra, mucho más importante, es psicológica: para recuperar confianza no existe nada como ganar. El triunfo era la mejor medicina para un alma estropeada como la del seleccionado argentino.

Pero se trató de una situación excepcional, de urgencia, que se caducó ayer mismo. De nada recobrar la esperanza sino es para construir a futuro. Y Los Pumas tienen mucho que cimentar. Frente a la "azurra", se repitieron muchos de los errores que se cometieron en las dos primeras paradas de la gira. Aunque el scrum y el line funcionen bien, de nada sirve la obtención de la pelota si en lugar de cuidarla y administrarla con criterio, se la regala con kicks innecesarios o errores infantiles.

Una asignaturas pendiente es reducir la cantidad de penales en contra (Tomasso Allan perdonó la vida de Los Pumas fallando la inusual cifra de cinco ejecuciones). Daniel Hourcade y su staff festejaron el primer triunfo del ciclo pero tendrán un duro trabajo para preparar un seleccionado en pleno recambio para el Rugby Championship 2014 y el Mundial 2015.

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