29 Noviembre 2013
DURA RÉPLICA. Las autoridades de la UNT, Cerisola y Bardón respondieron a Gandur mediante un comunicado. LA GACETA / FOTO DE ARCHIVO
Las autoridades de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) emitieron un fuerte documento para contestar al presidente de la Corte Suprema de Justicia local (CSJT), Antonio Gandur. Mediante un comunicado señalaron el hacinamiento de las cárceles, entre otras cuestiones cuya resolución involucra al poder que conduce el magistrado.
Gandur había denunciado ante la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación que el Rectorado de la UNT había trasladado los cursos y talleres del programa Educación Permanente para Adultos Mayores (EPAM) a la ex usina termoeléctrica de avenida Sarmiento al 1.100 en forma abrupta e inconsulta. En su planteo incluyó el discurso de los alumnos del EPAM, que se quejan del estado edilicio y de la seguridad del lugar; y afirmó que, de esa manera, la casa de Juan B. Terán desprotege la ancianidad y, por ende, incurre en regresión en derechos humanos, prohibida por pactos internacionales suscritos por el país.
"La UNT no ha implementado ninguna medida para solucionar el problema limitándose a divagaciones sobre supuestas tratativas por (otros) inmuebles. Solicito la intervención de la Secretaría, sin perjuicio de acudir eventualmente también a los organismos internacionales de derechos humanos", había dicho Gandur.
La respuesta de las autoridades de la UNT no se hizo esperar, y llegó en tono polémico. "Vemos con preocupación las manifestaciones emitidas por el presidente de la CSJT, quien por su representatividad institucional tiene el deber de ejercitar el más alto grado de razonabilidad", inicia el comunicado enviado desde la Dirección de Comunicación Institucional de la UNT.
A renglón seguido, califican de desafortunada la elección de la palabra "divagaciones" para referir a las medidas que la institución viene llevando a cabo para buscar una solución que conforme "a la gran diversidad de alumnos" del EPAM: "provienen de distintos sectores, formaciones, y criterios".
Se mostraron visiblemente molestos por la sugerencia de que la UNT no se preocupa por los derechos humanos. "Vincular a la UNT con 'regresiones' en derechos humanos resulta por lo menos un exceso y una lamentable ausencia de prudencia y de proporcionalidad. No se puede livianamente sostener que una Institución como la UNT no contemple las convenciones y pactos en (esta) materia, con la carga vivencial, histórica y emotiva que tiene para la comunidad universitaria dicha temática", advierten en el comunicado.
"Pérdida de memoria"
Inmediatamente después apelan a la ironía: "preocupa la pérdida de memoria (ante) las formidables acciones, las constantes reivindicaciones y valientes luchas de la UNT en defensa de los derechos humanos, realizadas desde los tiempos más duros, y que hasta la actualidad realiza, gestiona y reivindica".
Más adelante, las autoridades de la UNT chicanean a Gandur con problemas vinculados al Poder Judicial: "la problemática nos preocupa, como así también cada una de las situaciones de violaciones a tan altos derechos definidos como humanos; por ejemplo, los derechos de las víctimas de delitos impunes, el hacinamiento edilicio en los contextos de encierro, las condiciones deficientes de trabajo y seguridad de empleados y funcionarios judiciales, entre otros".
Luego, señalan que su vocación universitaria los hace coincidir con los principios que enarbola la convención americana sobre derechos económicos, sociales y culturales: "en especial, su protocolo adicional referido a los adultos mayores".
Las autoridades de la casa de Juan B. Terán dedican el último párrafo del comunicado a negar el traslado de la sede del EPAM se haya hecho en forma inconsulta. "Fue realizado con consentimiento y conocimiento de los alumnos y de su cooperadora, según consta en una nota firmada por su presidente y por integrantes de esta, el 01 de noviembre de 2012", señalaron.
Finalmente, aclararon que la continuidad del EPAM no está en duda, y que tanto durante el año pasado como este que está terminando sus cursos y talleres se desarrollaron con normalidad: "no se suspendió un solo día de clases ni cerró ningún taller". Además, advirtieron que la UNT no puede atender todas las necesidades que demandan los adultos mayores. "Las prestaciones de nuestra universidad en educación no formal para nuestros adultos mayores poseen los estándares adecuados. Es excesivo poner en cabeza de nuestra casa las obligaciones indiscutibles de los poderes del Estado en materia de ancianidad", advirtieron.
Gandur había denunciado ante la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación que el Rectorado de la UNT había trasladado los cursos y talleres del programa Educación Permanente para Adultos Mayores (EPAM) a la ex usina termoeléctrica de avenida Sarmiento al 1.100 en forma abrupta e inconsulta. En su planteo incluyó el discurso de los alumnos del EPAM, que se quejan del estado edilicio y de la seguridad del lugar; y afirmó que, de esa manera, la casa de Juan B. Terán desprotege la ancianidad y, por ende, incurre en regresión en derechos humanos, prohibida por pactos internacionales suscritos por el país.
"La UNT no ha implementado ninguna medida para solucionar el problema limitándose a divagaciones sobre supuestas tratativas por (otros) inmuebles. Solicito la intervención de la Secretaría, sin perjuicio de acudir eventualmente también a los organismos internacionales de derechos humanos", había dicho Gandur.
La respuesta de las autoridades de la UNT no se hizo esperar, y llegó en tono polémico. "Vemos con preocupación las manifestaciones emitidas por el presidente de la CSJT, quien por su representatividad institucional tiene el deber de ejercitar el más alto grado de razonabilidad", inicia el comunicado enviado desde la Dirección de Comunicación Institucional de la UNT.
A renglón seguido, califican de desafortunada la elección de la palabra "divagaciones" para referir a las medidas que la institución viene llevando a cabo para buscar una solución que conforme "a la gran diversidad de alumnos" del EPAM: "provienen de distintos sectores, formaciones, y criterios".
Se mostraron visiblemente molestos por la sugerencia de que la UNT no se preocupa por los derechos humanos. "Vincular a la UNT con 'regresiones' en derechos humanos resulta por lo menos un exceso y una lamentable ausencia de prudencia y de proporcionalidad. No se puede livianamente sostener que una Institución como la UNT no contemple las convenciones y pactos en (esta) materia, con la carga vivencial, histórica y emotiva que tiene para la comunidad universitaria dicha temática", advierten en el comunicado.
"Pérdida de memoria"
Inmediatamente después apelan a la ironía: "preocupa la pérdida de memoria (ante) las formidables acciones, las constantes reivindicaciones y valientes luchas de la UNT en defensa de los derechos humanos, realizadas desde los tiempos más duros, y que hasta la actualidad realiza, gestiona y reivindica".
Más adelante, las autoridades de la UNT chicanean a Gandur con problemas vinculados al Poder Judicial: "la problemática nos preocupa, como así también cada una de las situaciones de violaciones a tan altos derechos definidos como humanos; por ejemplo, los derechos de las víctimas de delitos impunes, el hacinamiento edilicio en los contextos de encierro, las condiciones deficientes de trabajo y seguridad de empleados y funcionarios judiciales, entre otros".
Luego, señalan que su vocación universitaria los hace coincidir con los principios que enarbola la convención americana sobre derechos económicos, sociales y culturales: "en especial, su protocolo adicional referido a los adultos mayores".
Las autoridades de la casa de Juan B. Terán dedican el último párrafo del comunicado a negar el traslado de la sede del EPAM se haya hecho en forma inconsulta. "Fue realizado con consentimiento y conocimiento de los alumnos y de su cooperadora, según consta en una nota firmada por su presidente y por integrantes de esta, el 01 de noviembre de 2012", señalaron.
Finalmente, aclararon que la continuidad del EPAM no está en duda, y que tanto durante el año pasado como este que está terminando sus cursos y talleres se desarrollaron con normalidad: "no se suspendió un solo día de clases ni cerró ningún taller". Además, advirtieron que la UNT no puede atender todas las necesidades que demandan los adultos mayores. "Las prestaciones de nuestra universidad en educación no formal para nuestros adultos mayores poseen los estándares adecuados. Es excesivo poner en cabeza de nuestra casa las obligaciones indiscutibles de los poderes del Estado en materia de ancianidad", advirtieron.