05 Diciembre 2013
AJUSTANDO DETALLES. Las holandesas se reúnen en el campo antes del partido para refrescar los conceptos que pondrán en práctica ante el rival de turno. Esa concentración dura los 70 minutos de juego.
Desesperación es una palabra que no aparece en su glosario. Rendirse, menos. Sí figuran en cambio: seguridad, orden, solidaridad y efectividad pura. Ese es más o menos el ABC de Holanda, la única selección que en lo que se lleva jugado de la Liga sumó todos los puntos que disputó (nueve de nueve).
“Max” Caldas no quiso saber nada con revelar la receta del éxito. “De eso no te voy a contar”, dijo el entrenador cuando del otro lado del micrófono escuchó una pregunta concreta: ¿cuáles son las claves del juego de su equipo? Sin embargo, su selección da motivos de sobra, dignos de analizar a la distancia.
Que Holanda arranque cada partido como favorito ya dice mucho. Esa fe que todos depositan en la “naranja” tiene base en su juego corto y simple; un esquema en el que se cuidan todas y nadie se desgasta más que el resto, o al menos esa es la premisa. Así, el equipo se hace mejor amigo de la bocha y la tiene aún cuando el triunfo ya está asegurado. Por eso su resto físico suele hacer la diferencia incluso sobre la chicharra.
Un equipo cansado no es tan atento como el que conserva pilas hasta los 70’, y Holanda aprovechó eso como nunca se vio abajo en el marcador. Fue contra Inglaterra, en el segundo partido. Las inglesas se llevaban el duelo a tres minutos del final, pero primero tras un córner e inmediatamente de jugada Holanda pasó a ganar 3-2. “Nunca estamos vencidas hasta que estamos vencidas realmente”, dijo la arquera Joyce Sombroek respecto a ese detalle. La goalkeeper está tranquila porque el juego de sus compañeras necesita de su participación únicamente en situaciones extremas: la regla es desactivar cada disparo enemigo primero en los palos defensores, y esa línea suele salir airosa de su misión.
Los córners son el arma letal y la jugada que buscan seguido para aprovechar a la especialista en cambiarlo por gol: Maartje Paumen. La capitana lleva tres tantos por esa vía (uno menos que el total de todos los que convirtió el equipo tras esa jugada).
Entonces la idea de Holanda es simple: jamás rifar la bocha con pases de semicírculo a semicírculo y nunca perder la concentración. Así goleó 6-0 en el debut a Alemania y cerró la primera parte con un 3-1 sobre sin discusiones sobre Corea del Sur.
El capital está en cada jugadora (no por nada hoy son las mejores del mundo) y cuando consiguen potenciarse como equipo encuentran la fórmula explosiva. ¿Quién las para?
“Max” Caldas no quiso saber nada con revelar la receta del éxito. “De eso no te voy a contar”, dijo el entrenador cuando del otro lado del micrófono escuchó una pregunta concreta: ¿cuáles son las claves del juego de su equipo? Sin embargo, su selección da motivos de sobra, dignos de analizar a la distancia.
Que Holanda arranque cada partido como favorito ya dice mucho. Esa fe que todos depositan en la “naranja” tiene base en su juego corto y simple; un esquema en el que se cuidan todas y nadie se desgasta más que el resto, o al menos esa es la premisa. Así, el equipo se hace mejor amigo de la bocha y la tiene aún cuando el triunfo ya está asegurado. Por eso su resto físico suele hacer la diferencia incluso sobre la chicharra.
Un equipo cansado no es tan atento como el que conserva pilas hasta los 70’, y Holanda aprovechó eso como nunca se vio abajo en el marcador. Fue contra Inglaterra, en el segundo partido. Las inglesas se llevaban el duelo a tres minutos del final, pero primero tras un córner e inmediatamente de jugada Holanda pasó a ganar 3-2. “Nunca estamos vencidas hasta que estamos vencidas realmente”, dijo la arquera Joyce Sombroek respecto a ese detalle. La goalkeeper está tranquila porque el juego de sus compañeras necesita de su participación únicamente en situaciones extremas: la regla es desactivar cada disparo enemigo primero en los palos defensores, y esa línea suele salir airosa de su misión.
Los córners son el arma letal y la jugada que buscan seguido para aprovechar a la especialista en cambiarlo por gol: Maartje Paumen. La capitana lleva tres tantos por esa vía (uno menos que el total de todos los que convirtió el equipo tras esa jugada).
Entonces la idea de Holanda es simple: jamás rifar la bocha con pases de semicírculo a semicírculo y nunca perder la concentración. Así goleó 6-0 en el debut a Alemania y cerró la primera parte con un 3-1 sobre sin discusiones sobre Corea del Sur.
El capital está en cada jugadora (no por nada hoy son las mejores del mundo) y cuando consiguen potenciarse como equipo encuentran la fórmula explosiva. ¿Quién las para?