06 Diciembre 2013
MÁS Y MEJOR LECHE. Si hay buenas lluvias, los campos se cargarán de pasturas, o sea comida, y los tamberos lograrán mayor producción en sus campos. la gaceta / foto de Hector Peralta
La recuperación del precio del kilo vivo del novillo, ternero y/o vaca llega tarde para el sector ganadero de Tucumán, ya que la actividad atraviesa un grave estado de incertidumbre sobre el futuro, jaqueada por las inclemencias climáticas, sequías sin precedentes, la falta de pastos, campos muy degradados y una fuerte desinversión, sin posibilidades de planificar el futuro. Sobre todos estos temas transitó el diálogo que LA GACETA Rural mantuvo con el ingeniero Brígido Ibarreche, productor ganadero del este tucumano.
- ¿La crisis es porque atraviesan problemas de comercialización?
- Desde hace unos 30 días, y hasta la fecha, venimos con un repunte interesante de los precios, tanto en hacienda de invernada como en el “gordo”. Por ejemplo, el novillo se cotiza a entre $ 14 y $ 14,50, el kilo vivo; el ternero, a entre $ 15 y $ 16, valores que tres meses atrás eran impensados.
Es que veníamos con un margen negativo, con un retraso de los precios de tres años hasta ahora, con campos sobre pastoreados, con campos sin hacienda y con sus proyectos de crecimiento parados.
Hoy la cosa se acomodó un poco, pero esto no resuelve los problemas. Todos esperamos que llueva.
- ¿Los precios venían algo retrasados?
- Sí, muy retrasados, desde hace varios años atrás. Además, soportamos dos sequías consecutivas.
El problema de los precios provocó que la actividad fuera para atrás, que retrocediera, además que se produjeron muchos quebrantos. Hoy, con los precios del ganado vivo, podemos sostener el precio del maíz que está en $ 1.200/tn.
- Pero hay incertidumbre.
- Efectivamente. Los ganaderos tucumanos vivimos con una gran incertidumbre, No sabemos qué hacer a futuro, si es que el clima no nos ayuda. Por eso, nuestro futuro es imprevisible.
Si los valores del ganado mejoraran, nuestra actividad tendrá que reacomodarse.
Pero ya van dos años de sequía, lo que genera una fuerte crisis.
Por eso, a los campos habrá que rearmarlos, a partir de fuertes inversiones. Esperamos que el clima nos acompañe.
- ¿Se pueden hacer buenas pasturas en Tucumán?
- Por supuesto. Pero todo depende del agua, y venimos de dos sequías muy intensas. Tenemos los campos, donde tanto hay campos con la misma carga, o totalmente descargados. También hay lotes muy degradados, sobre pastoreados.
Entonces, la solución es realizar fuertes inversiones: tenemos la tecnología y las variedades de pasturas más aptas. Pero necesitamos que el clima ayude.
- ¿Qué rol cumplen las políticas del Estado?
- Lamentablemente, el Gobierno, en medio de estas tormentas, y conociendo cuál es la situación que se vive en Tucumán y el NOA, revaluó los inmuebles, en momentos en que estamos en Emergencia Agropecuaria. De esta manera, el Gobierno le da la espalda al campo, una vez más.
Debe quedar en claro que si no producimos con volumen, esta actividad no funciona.
En nuestra zona tenemos silajes y verdeos suficientes, de unos 40 tn/ha, de verdeos, cuando en 2012, teníamos entre 15 y 17 tn/ha. Esto marca un crecimiento por demás importante.
Pero hoy, con dos años con las espaldas muy golpeadas, es muy difícil para el productor poder sobrevivir.
- La situación es compleja.
- Muchos ganaderos están en una situación terminal. Existen campos vacíos, desmontados. También hay campos con renoval, donde las pasturas prácticamente no existen.
Por eso, el productor deberá reinvertir, hacer pasturas nuevas, cargar de nuevo sus campos, que es un esfuerzo que requiere varios años de trabajo.
- ¿El sector ganadero está peleado con el Gobierno?
- Esto no es Gobierno versus campo. Todos debemos tener un proyecto común, más allá de las ideologías. Debemos mantener la matriz social en la provincia.
Porque si no hay trabajo en el campo, se desintegran las familias de los productores y terminan emigrando, generando más problemas sociales.
- El esfuerzo, el objetivo, debe ser común.
- Todos sufrimos la ausencia del Gobierno, un Gobierno que está en retirada, un Gobierno al que no le importa el campo.
El productor no especula. El productor cosecha una vez al año, y debe administrar sus recursos; trabaja a cielo abierto.
Nos faltan reglas claras; en esto no tenemos dudas.
Lo que sí haremos es todo el esfuerzo necesario para mantener la matriz social, para no dañar a la gente y los puebles que viven del campo. Pero el Gobierno también tiene su obligación.
- ¿La crisis es porque atraviesan problemas de comercialización?
- Desde hace unos 30 días, y hasta la fecha, venimos con un repunte interesante de los precios, tanto en hacienda de invernada como en el “gordo”. Por ejemplo, el novillo se cotiza a entre $ 14 y $ 14,50, el kilo vivo; el ternero, a entre $ 15 y $ 16, valores que tres meses atrás eran impensados.
Es que veníamos con un margen negativo, con un retraso de los precios de tres años hasta ahora, con campos sobre pastoreados, con campos sin hacienda y con sus proyectos de crecimiento parados.
Hoy la cosa se acomodó un poco, pero esto no resuelve los problemas. Todos esperamos que llueva.
- ¿Los precios venían algo retrasados?
- Sí, muy retrasados, desde hace varios años atrás. Además, soportamos dos sequías consecutivas.
El problema de los precios provocó que la actividad fuera para atrás, que retrocediera, además que se produjeron muchos quebrantos. Hoy, con los precios del ganado vivo, podemos sostener el precio del maíz que está en $ 1.200/tn.
- Pero hay incertidumbre.
- Efectivamente. Los ganaderos tucumanos vivimos con una gran incertidumbre, No sabemos qué hacer a futuro, si es que el clima no nos ayuda. Por eso, nuestro futuro es imprevisible.
Si los valores del ganado mejoraran, nuestra actividad tendrá que reacomodarse.
Pero ya van dos años de sequía, lo que genera una fuerte crisis.
Por eso, a los campos habrá que rearmarlos, a partir de fuertes inversiones. Esperamos que el clima nos acompañe.
- ¿Se pueden hacer buenas pasturas en Tucumán?
- Por supuesto. Pero todo depende del agua, y venimos de dos sequías muy intensas. Tenemos los campos, donde tanto hay campos con la misma carga, o totalmente descargados. También hay lotes muy degradados, sobre pastoreados.
Entonces, la solución es realizar fuertes inversiones: tenemos la tecnología y las variedades de pasturas más aptas. Pero necesitamos que el clima ayude.
- ¿Qué rol cumplen las políticas del Estado?
- Lamentablemente, el Gobierno, en medio de estas tormentas, y conociendo cuál es la situación que se vive en Tucumán y el NOA, revaluó los inmuebles, en momentos en que estamos en Emergencia Agropecuaria. De esta manera, el Gobierno le da la espalda al campo, una vez más.
Debe quedar en claro que si no producimos con volumen, esta actividad no funciona.
En nuestra zona tenemos silajes y verdeos suficientes, de unos 40 tn/ha, de verdeos, cuando en 2012, teníamos entre 15 y 17 tn/ha. Esto marca un crecimiento por demás importante.
Pero hoy, con dos años con las espaldas muy golpeadas, es muy difícil para el productor poder sobrevivir.
- La situación es compleja.
- Muchos ganaderos están en una situación terminal. Existen campos vacíos, desmontados. También hay campos con renoval, donde las pasturas prácticamente no existen.
Por eso, el productor deberá reinvertir, hacer pasturas nuevas, cargar de nuevo sus campos, que es un esfuerzo que requiere varios años de trabajo.
- ¿El sector ganadero está peleado con el Gobierno?
- Esto no es Gobierno versus campo. Todos debemos tener un proyecto común, más allá de las ideologías. Debemos mantener la matriz social en la provincia.
Porque si no hay trabajo en el campo, se desintegran las familias de los productores y terminan emigrando, generando más problemas sociales.
- El esfuerzo, el objetivo, debe ser común.
- Todos sufrimos la ausencia del Gobierno, un Gobierno que está en retirada, un Gobierno al que no le importa el campo.
El productor no especula. El productor cosecha una vez al año, y debe administrar sus recursos; trabaja a cielo abierto.
Nos faltan reglas claras; en esto no tenemos dudas.
Lo que sí haremos es todo el esfuerzo necesario para mantener la matriz social, para no dañar a la gente y los puebles que viven del campo. Pero el Gobierno también tiene su obligación.
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