09 Diciembre 2013
La batalla política entre el gobernador, José Alperovich, y el intendente, Domingo Amaya, no tendrá tregua -como se preveía- durante el último mes del año. Ni siquiera las fiestas de fin de año traerán la paz y la concordia entre los dos espacios del peronismo que comenzaron a disputar la sucesión del poder hacia 2015. El titular del Poder Ejecutivo está decidido a poner en marcha su estrategia para esmerilar políticamente -según confían desde su propio sector- a su enemigo íntimo: el amayismo.
El martes pasado, Alperovich se reunió con los concejales que aún le responden -el amayismo avizora que habrá una diáspora en el Concejo- y les habría confirmado que Amaya dejó de pertenecer al espacio político que él mismo fundó, en 2003, cuando llegó por primera vez a la Casa de Gobierno. “El ‘Colorao’ ya no está con nosotros”, aseguran, los asistentes al encuentro, que esas habrían sido las palabras del mandatario provincial.
Seguidamente, el concejal Ernesto Nagle habría aprovechado el momento para “demandar” a su jefe político que sus pares alperovichistas son “demasiado blandos” a la hora de enfrentarse con el amayismo y que, por esta razón, le convalidan todos los proyectos de ordenanza que ingresan desde el Departamento Ejecutivo municipal. El último caso fue la aprobación de una iniciativa para que la Municipalidad pueda donar al gremio mercantil -en carácter de comodato- un predio que pertenece al Parque Guillermina.
Según precisó una fuente que asistió al convite, Alperovich indagó sobre algunas cuentas presupuestarias del municipio, como, por ejemplo, la polémica Partida 012 de Bienes y Servicios no Personales. De acuerdo a lo que se planteó en esa selecta reunión, el alperovichismo buscaría indagar cómo y en qué gastó la Municipalidad los recursos presupuestados.
En ese momento, los concejales le habrían aconsejado al titular del PE que la única manera de conocer las erogaciones del Departamento Ejecutivo sería revisando los números de la Cuenta de Inversión 2012, que quedó aprobada de manera ficta el pasado 30 de noviembre, fecha en que expiró el período de sesiones ordinarias del año en curso. De todas maneras, el tema pude ser reflotado en los próximos días, ya que el período de sesiones ordinarias se prorrogó hasta el 20 de este mes.
De acuerdo a lo que establece el artículo 120 de la Ley Orgánica de Municipalidades, si la Cuenta de Inversión no es ratificada por los concejales durante el período ordinario de sesiones, la Cuenta de Inversión (la justificación de los gastos del municipio) queda aprobada automáticamente.
Bajo siete llaves
Según cuenta un testigo presencial, al día siguiente de la reunión con Alperovich los alperovichistas Nagle e Ignacio Golobisky (es presidente de la comisión de Hacienda y Presupuesto) solicitaron una copia de la Cuenta de Inversión, expediente que se encuentra guardado bajo siete llaves por el prosecretario del cuerpo, Hernán Hara. Cabe señalar que el presidente de la comisión de Hacienda es el único edil con potestad -después del presidente del Concejo- para solicitar la justificación de gastos. Según trascendió, Golobisky ya tendría en su poder el polémico expediente que en años anteriores le generó dolores de cabeza al amayismo, cuando la contadora General del municipio, Patricia Beltrán, había objetado el gasto municipal de 2009.
En agosto de 2010, Beltrán había señalado que, respecto de las obras ejecutadas en los canales Bernabé Aráoz y San Cayetano, no era posible saber cuánto le habían costado, realmente, al municipio capitalino. Esas observaciones fueron firmadas por Beltrán para advertir a los concejales sobre el manejo de los fondos públicos durante el ejercicio anterior. Posteriormente, la funcionaria fue separada del cargo. Por ese entonces, el amayismo adujo que Beltrán respondía políticamente al concejal bussista Claudio Viña.
La embestida alperovichista no cayó bien entre los ediles amayistas. “Que no nos provoquen. Si ellos (los alperovichistas) empiezan a hacer política con la Cuenta de Inversión, nosotros también vamos a empezar a exigir que la Legislatura muestre la ejecución de gastos de la Provincia”, amenazó ofuscado un concejal que responde al intendente. Aunque por lo bajo y aún sin enfrentarse cara a cara, amayistas y alperovichistas coinciden en que no habrá respiro en la batalla que terminará en 2015.
El martes pasado, Alperovich se reunió con los concejales que aún le responden -el amayismo avizora que habrá una diáspora en el Concejo- y les habría confirmado que Amaya dejó de pertenecer al espacio político que él mismo fundó, en 2003, cuando llegó por primera vez a la Casa de Gobierno. “El ‘Colorao’ ya no está con nosotros”, aseguran, los asistentes al encuentro, que esas habrían sido las palabras del mandatario provincial.
Seguidamente, el concejal Ernesto Nagle habría aprovechado el momento para “demandar” a su jefe político que sus pares alperovichistas son “demasiado blandos” a la hora de enfrentarse con el amayismo y que, por esta razón, le convalidan todos los proyectos de ordenanza que ingresan desde el Departamento Ejecutivo municipal. El último caso fue la aprobación de una iniciativa para que la Municipalidad pueda donar al gremio mercantil -en carácter de comodato- un predio que pertenece al Parque Guillermina.
Según precisó una fuente que asistió al convite, Alperovich indagó sobre algunas cuentas presupuestarias del municipio, como, por ejemplo, la polémica Partida 012 de Bienes y Servicios no Personales. De acuerdo a lo que se planteó en esa selecta reunión, el alperovichismo buscaría indagar cómo y en qué gastó la Municipalidad los recursos presupuestados.
En ese momento, los concejales le habrían aconsejado al titular del PE que la única manera de conocer las erogaciones del Departamento Ejecutivo sería revisando los números de la Cuenta de Inversión 2012, que quedó aprobada de manera ficta el pasado 30 de noviembre, fecha en que expiró el período de sesiones ordinarias del año en curso. De todas maneras, el tema pude ser reflotado en los próximos días, ya que el período de sesiones ordinarias se prorrogó hasta el 20 de este mes.
De acuerdo a lo que establece el artículo 120 de la Ley Orgánica de Municipalidades, si la Cuenta de Inversión no es ratificada por los concejales durante el período ordinario de sesiones, la Cuenta de Inversión (la justificación de los gastos del municipio) queda aprobada automáticamente.
Bajo siete llaves
Según cuenta un testigo presencial, al día siguiente de la reunión con Alperovich los alperovichistas Nagle e Ignacio Golobisky (es presidente de la comisión de Hacienda y Presupuesto) solicitaron una copia de la Cuenta de Inversión, expediente que se encuentra guardado bajo siete llaves por el prosecretario del cuerpo, Hernán Hara. Cabe señalar que el presidente de la comisión de Hacienda es el único edil con potestad -después del presidente del Concejo- para solicitar la justificación de gastos. Según trascendió, Golobisky ya tendría en su poder el polémico expediente que en años anteriores le generó dolores de cabeza al amayismo, cuando la contadora General del municipio, Patricia Beltrán, había objetado el gasto municipal de 2009.
En agosto de 2010, Beltrán había señalado que, respecto de las obras ejecutadas en los canales Bernabé Aráoz y San Cayetano, no era posible saber cuánto le habían costado, realmente, al municipio capitalino. Esas observaciones fueron firmadas por Beltrán para advertir a los concejales sobre el manejo de los fondos públicos durante el ejercicio anterior. Posteriormente, la funcionaria fue separada del cargo. Por ese entonces, el amayismo adujo que Beltrán respondía políticamente al concejal bussista Claudio Viña.
La embestida alperovichista no cayó bien entre los ediles amayistas. “Que no nos provoquen. Si ellos (los alperovichistas) empiezan a hacer política con la Cuenta de Inversión, nosotros también vamos a empezar a exigir que la Legislatura muestre la ejecución de gastos de la Provincia”, amenazó ofuscado un concejal que responde al intendente. Aunque por lo bajo y aún sin enfrentarse cara a cara, amayistas y alperovichistas coinciden en que no habrá respiro en la batalla que terminará en 2015.
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