Las empresas CNSA y Lidó abriéron los dos primeros cines capitalinos refrigerados

Los cines 25 de Mayo, de la Cinematográfica del Noroeste, y Opera-Metro, de Lidó y Cia, que estaban uno a la par del otro en 25 de Mayo al 200, fueron las dos primeras salas dotadas de aire acondicionado. Renzi también incursionó en los espectáculos líricos, musicales y teatrales. Antes de 1942 alquiló el Alberdi y organizaba giras de compañías de teatro por todo el noroeste..

PREFERIDAS. El Metro y el Plaza (foto), dos salas que desvelaban a los integrantes del emporio Renzi. La primera fue adquirida en 1975 y la segunda fue diseñada y construida, en 1946, por el tucumano Luis Prebisch, por encargo de la CNSA. ARCHIVO PREFERIDAS. El Metro y el Plaza (foto), dos salas que desvelaban a los integrantes del emporio Renzi. La primera fue adquirida en 1975 y la segunda fue diseñada y construida, en 1946, por el tucumano Luis Prebisch, por encargo de la CNSA. ARCHIVO
Walter Elías, más conocido como Walt Disney, solía pregonar que “todos tus sueños pueden hacerse realidad si tienes el coraje de perseguirlos”. Al parecer el empresario cinematográfico ítalo santiagueño Guillermo Renzi sabía emular y aplicar esta premisa del cofundador de Disney Productions, en todo negocio que encaraba.

La Cinematográfica del Norte, la sociedad que lideraba Renzi -después de resurgir como el ave Fénix de un traspié financiero, fue la que abrió la primera sala con aire acondicionado de San Miguel de Tucumán.

Acierto comercial compartido con el Opera-Metro, ya que ambos ámbitos colindantes, se inauguraron el mismo día: el sábado 18 de agosto de 1944. Salvo que el primero no pertenecía al emporio Renzi, aunque en 1975 logró adquirirlo. La refrigeración “del 25” era generada por equipos General Electric y la de su vecino, por Carrier.

Pero lo concreto fue que, en sólo dos años, se habían incorporado a la calle 25 de Mayo al 200, tres cines: Rex (1942) y Opera (1944) de Lidó y Cia y el 25 de Mayo, de la empresa líder de Renzi.

Suma otro rubro

Renzi, según cuenta Enrique Billoni en su libro “Comienzo y Extensión del cine en el Noroeste”, también era amante del teatro y de las variedades escénicas. “Tanto es así que en una época, antes de 1948, rentó para CNSA la explotación del teatro Alberdi. Hernán Antelo Bravo, que era su administrador, tenía a su cargo el movimiento de las compañías teatrales contratadas. Por lo general debutaban en Gran Splendid o Renzi, de Santiago del Estero. Luego pasaban al Alberdi, de Tucumán y desde allí a Salta, a los cines teatros Alberdi o Güemes. Al último las llevaban a Jujuy, a los cines teatro Marconi (Belgrano casi Necochea) o Mitre (Alvear esquina La Madrid)”.

Ventajas operativas

En esos tiempos no era tan difícil ni oneroso, como ahora, presentar buenas compañías teatrales, de elencos numerosos y decorados complejos. “Había para ellas -añade Billoni- rebajas sustanciales en los pasajes de tren como así también en los fletes de los equipajes y decorados. Estos viajaban como encomiendas con flete reducido. Al término de la gira el flete se pagaba como devolución de envases, con un 50% de rebaja del flete pagado al comienzo de la gira. Además, cada compañía traía, por lo general, a su jefe de máquinas para el armado de la tramoya de cada obra en cada lugar donde se presentaban. Asimismo en el NOA había verdaderos profesionales para atender los escenarios teatrales, como maquinistas, iluminadores, utileros, etcétera”. La hotelería también colaboraba en la década del 40, con tarifas promocionales, tanto para artistas como para técnicos. Pero después se fue perdiendo todo. Al respecto, Billoni evoca a Tugulo Ottinetti, “el mejor maquinista que conocí; siempre viajaba acompañando a los elencos por todo el noroeste y algunas veces fue contratado por importantes teatros de Buenos Aires”.

En 1942, a raíz de este entusiasmo de Renzi por los espectáculos vivos, la CNSA consigue la concesión, por 20 años, de un sector del parque Aguirre santiagueño. A través de la empresa Pedro Buiatti e Hijos construyeron el Parque de Grandes Espectáculos de la “ciudad madre de ciudades”. La obra, considerada como única y magnífica para el NOA, fue dotada de 3.500 sillas y 1.000 mesas, y se inauguró sobre el epílogo de la primavera de 1943.

“La explotación del bar y el restaurante se entregó a porcentaje a Ramón Diéguez, por entonces un modesto cantinero del Jockey Club”, narra Billoni.

Otros espectáculos

También Dorio Dante Ottinetti, que era locutor de LV11, y Juan Carlos Di Lullo -padre de nuestro colega homónimo-, fueron designados director artístico y administrador, respectivamente, del imponente Parque de Grandes Espectáculos santiagueño. Por el grandioso escenario de ese lugar desfilaron importantes artistas y orquestas de gran popularidad de esa época. Entre otros, actuaron el doctor Alfonso Ortiz Tirado -un destacado cantante tenor y patólogo mexicano, igualmente admirado en ambas profesiones-, Fernando (Arribas) Torres -catalán cantante de boleros que se radicó en nuestro país; las orquestas típicas de Juan D’Arienzo, Francisco Canaro y Alfredo De Angelis.

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