Luego de más de 50 años, Raúl Castro autoriza la compra de autos 0 km en Cuba

No habrá de necesidad de pedir una autorización al Gobierno Paso hacia la apertura gradual del país, luego de dejar atrás un sistema soviético. Los bajos salarios, un problema

POSTAL DE CUBA. Un viejo auto de los años 50 circula por La Habana. REUTERS POSTAL DE CUBA. Un viejo auto de los años 50 circula por La Habana. REUTERS
20 Diciembre 2013
LA HABANA.- Por primera vez desde la revolución de 1959 los cubanos podrán comprar automóviles cero kilómetro sin necesidad de un permiso del Gobierno, otro paso en la gradual apertura de la economía socialista de la isla. Durante décadas los cubanos sólo podían comprar automóviles nuevos con una “carta de autorización” que el Estado entregaba a algunas personas como reconocimiento de sus méritos. En los últimos años los principales beneficiados fueron los médicos y otros profesionales que regresaban de misiones en el exterior.

Ya no más. El Consejo de Ministros decidió finalmente liberar la venta de autos, motos y camionetas nuevas -y usadas- en las concesionarias del Estado. “La venta a los particulares por medio del mecanismo de las ‘cartas de autorización’ ha resultado inadecuada y obsoleta”, informó Granma, el diario oficial del gobernante Partido Comunista.

La medida es un paso más en la gradual apertura de la economía estilo soviético de Cuba, donde el Estado controla alrededor de un 90 % de la economía. El presidente Raúl Castro -principal impulsor de los cambios- había autorizado a fines del 2011 la compra y venta de autos de segunda mano entre particulares. En Cuba los automóviles nuevos son importados por el Estado o por mixtos con participación del Estado.

Liberalizar la venta de vehículos nuevos permitiría a las autoridades capitalizar el creciente poder de compra de algunos cubanos que tras las reformas económicas montaron pequeños negocios privados o reciben remesas de sus familiares en el extranjero. “El monopolio estatal de venta minorista sigue siendo sagrado. Y eso significa altos precios”, advirtió Bert Hoffmann, un analista del Instituto de Estudios Latinoamericanos GIGA en Hamburgo. Granma dijo que el sistema de cartas se había convertido en una “fuente de especulación y enriquecimiento”, pues algunas de las personas compraban autos en las concesionarias del Estado y los revendían por un valor varias veces superior en el mercado privado.

“Ante estos problemas, y después de varios meses de estudio, se decidió eliminar los mecanismos existentes de aprobación para la compra de vehículos de motor al Estado”, dijo.

Los precios de las motos, autos, camionetas y pequeños autobuses nuevos y usados vendidos por las concesionarias del Estado serán similar al del mercado privado, indicó el periódico. La medida beneficiaría, por ejemplo, a pequeños empresarios y agricultores que han ganado poder adquisitivo con las reformas de Raúl Castro.

“Por supuesto que nos ayuda”, sostuvo José Cuesta, miembro de una cooperativa agropecuaria. “Nos vendieron camiones, pero hay muchas gestiones que es más económico hacerlas en un carro o una camioneta que ahora podremos obtener sin tener que esperar una autorización de nadie”. Otros, en cambio, se preguntaron cómo podrán aprovechar la nueva disposición con un salario que equivale a unos 20 dólares mensuales.“Desgraciadamente nuestra economía no nos permite ahorrar un dinero para poder comprarlo”, indicó .Jorge Cancio, un empleado público de 39 años en La Habana

La mayor de las Antillas cuenta en tanto con más de 442.000 pequeños empresarios o “cuentapropistas”. El emergente sector privado empieza también a hacer cada vez más evidentes las crecientes diferencias sociales en la isla. (DPA-Reuters)

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