Se sacudió el tablero electoral de la UNT

La reaparición de Hugo Saab en la escena política universitaria modificó los planes y las tácticas de los equipos de los tres rectorables El saquismo optó ayer por el silencio. Pocos referentes hablaron, pero lo hicieron en off. Desaire de Cerisola al diputado nacional

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22 Diciembre 2013
La reaparición de José Hugo Saab en la escena política universitaria -a horas de que la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) baje las persianas por este año- desacomodó las fichas del tablero electoral, de cara al recambio total de autoridades. La de ayer fue una jornada de muchos celulares apagados, y de sólo unas pocas voces en off, que preferían hablar “el lunes”.

El ex secretario general de la casa de Juan B. Terán asumió el jueves, como coordinador del gabinete rectoral. Según él mismo confirmó a LA GACETA, ese cargo sólo depende del rector, Juan Alberto Cerisola, y de la vicerrectora -candidata a conducir la UNT a partir del año que viene-, Alicia Bardón. Oficialmente, tendrá la tarea de evitar que el proceso electoral que se desarrollará entre abril y mayo del año que viene interfiera con el gobierno.

Sin embargo, prácticamente nadie cree que Saab haya sido convocado por Cerisola para que se encierre en una oficina a garantizar el avance de la gestión. Más bien juran que llega para ejecutar el papel que mejor le sale: el de operador político.

Con una experiencia de una treintena de años dedicados al activismo en la UNT, supo ocupar lugares clave en las estructuras de gobierno de varios rectores, tras el regreso de la democracia. En agosto de 2009, debido a la ruptura de la sociedad de Cerisola con su entonces vicerrectora, María Luisa Rossi de Hernández, Saab -encolumnado detrás de esta- fue echado de la UNT por el rector. Su amistad con el gobernador, José Alperovich, le permitió hallar “asilo político” en la Municipalidad de Yerba Buena.

Pero lo cierto es que siempre mantuvo vasos comunicantes con referentes de distintos estamentos de la UNT. De hecho, en los últimos tiempos, se acercó al equipo de campaña de otro rectorable, el decano de Medicina, Mateo Martínez. A raíz de esto, ni bien conocido el retorno de Saab a las filas cerisolistas se especuló con la posibilidad de que una de sus misiones sea la de hacer confluir los espacios de Bardón y del decano de Medicina en uno solo, que pugne por el Rectorado en 2014. “Hay un espacio político que es el mismo, el de Martínez y de la vicerrectora, que se lo están disputando. Y lo que se va a buscar, no sólo con ellos, sino con todos los decanos que no tienen una definición, es aunar criterios y discutir políticas tendientes a que el Centenario de la UNT encuentre a una Asamblea Universitaria más unida”, había contestado Saab cuando LA GACETA le consultó sobre esta especulación.

Aunque era de esperar que las huestes del diputado Luis Sacca (Unión Cívica Radical) -impulsan la candidatura rectoral del decano de Arquitectura, Eduardo Coletti- dijeran algo sobre esta reaparición, lo cierto es que optaron por el silencio. Resulta dable pensar en que se tomarán un tiempo para recalcular tácticas, sobre la base de que se modificó el escenario sobre el cual estaban actuando. Y eso los obliga a armar un nuevo plan político-electoral.

Los pocos que aceptaron emitir una opinión lo hicieron en off the record. Algunos hablan de la injerencia del alperovichismo en la UNT. Otros son más abarcativos, y suman a La Cámpora, sobre la base de que esta “orga” K se muestra muy cercana a Bardón.

Lo cierto es que el retorno de Saab a la casona de Ayacucho 491 marcó un punto de inflexión en el camino hacia los comicios por venir. De hecho, fuentes del Rectorado juran haber visto a Sacca -rival político de Saab- caminar los jardines de frente al despacho de Cerisola, a la espera de que este lo reciba. Según los juramentos, el desaire al diputado se dio a media mañana del jueves: el día en que asumió Saab.

Otras fuentes, también del Rectorado, aseguran que la renuncia del hasta el viernes secretario de Bienestar Universitario, Mauricio Argiró, comenzó a ser redactada la semana pasada, cuando los vientos que bisbiseaban el retorno de Saab se volvieron más fuertes. Argiró era el último saquista en el gabinete rectoral, luego de las partidas de Susana Maidana (ex secretaria Académica) y de Edmundo Bórquez (ex subsecretario de Política Administrativa y Gestión). Finalmente, presentó su dimisión 24 horas después de que Saab volvió.

El año se cierra con los tres equipos de los rectorables recalculando. Las discusiones volverán, con fuerza, desde mediados de febrero. Por ese entonces aparecerá menos difuso en el horizonte si impera una política de alianzas o si se mantiene la tríada de candidatos a rector.

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