06 Enero 2014
BUENOS AIRES.- La ausencia de la presidenta, Cristina Fernández, de las decisiones políticas de su Gobierno, que quedaron en manos de Carlos Zannini, secretario de Legal y Técnica, que condiciona el rol de Jorge Capitanich, se ha convertido en un problema.
El problema es que Zannini no es querido ni respetado por el peronismo y menos por los sindicatos. Nada menos que el sustento del Gobierno, mal que le pese a los ultra kirchneristas de “La Cámpora” y otras agrupaciones, que plasmaron su idea en afiches con la frase: “El peronismo será kirchnerismo o no será nada”. “Ese deseo es sólo eso, un deseo”, escribió Ignacio Fidanza, en www.lapoliticaonline.com.
A los peronistas que tienen responsabilidad de Gobierno y deben poner la cara ante sus votantes, los urgen debates concretos: ¿Cómo estabilizar y sacar de esta inercia desordenada al Gobierno?
Una idea es tratar de convencer a Cristina de la necesidad de convocar a internas para definir una nueva conducción del PJ nacional. “Ella necesita ponerle una zanahoria al peronismo, que le permita mantener un tiempo más el lugar de árbitro, sino se va a quedar sola y el poder se va a ir a otro lado”, razonaba un experimentado dirigente del establishment peronista. La estructuración de esa interna sería el mecanismo ideado para formalizar una nueva liga de gobernadores, sindicalistas y dirigentes importantes que se conviertan en el eje de poder que de sustento al último año y medio de mandato de Cristina.
El problema es que Zannini no es querido ni respetado por el peronismo y menos por los sindicatos. Nada menos que el sustento del Gobierno, mal que le pese a los ultra kirchneristas de “La Cámpora” y otras agrupaciones, que plasmaron su idea en afiches con la frase: “El peronismo será kirchnerismo o no será nada”. “Ese deseo es sólo eso, un deseo”, escribió Ignacio Fidanza, en www.lapoliticaonline.com.
A los peronistas que tienen responsabilidad de Gobierno y deben poner la cara ante sus votantes, los urgen debates concretos: ¿Cómo estabilizar y sacar de esta inercia desordenada al Gobierno?
Una idea es tratar de convencer a Cristina de la necesidad de convocar a internas para definir una nueva conducción del PJ nacional. “Ella necesita ponerle una zanahoria al peronismo, que le permita mantener un tiempo más el lugar de árbitro, sino se va a quedar sola y el poder se va a ir a otro lado”, razonaba un experimentado dirigente del establishment peronista. La estructuración de esa interna sería el mecanismo ideado para formalizar una nueva liga de gobernadores, sindicalistas y dirigentes importantes que se conviertan en el eje de poder que de sustento al último año y medio de mandato de Cristina.
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