21 Febrero 2014
la gaceta / foto de archivo
Dardo Francisco Molina fue un dirigente político asesinado durante el terrorismo de estado en Tucumán. El ex vicegobernador de Amado Juri dejó ayer de ser un desaparecido. Su hija, Josefina Molina, informó anoche que el Juzgado Federal N°2 le notificó que el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) entregó los resultados genéticos compatibles en relación a un conjunto de restos óseos exhumados por el Colectivo de Arqueología para la Memoria y la Identidad Tucumana (CAMIT) en el llamado “Pozo de Vargas”.
“Hoy se puede decir que se cierra el circuito por donde él estuvo. Primero en Jefatura de Policía, donde ya fue visto en mal estado; en la Brigada de Investigaciones y trasladado luego al ex Arsenal de donde, según testimonios, lo sacaron en calidad de bulto para ser arrojado en el Pozo. Hoy reafirmo mi compromiso para lograr continuidad y finalización de esta investigación”, expresó mediante un comunicado la querellante.
Molina (Simoca, 1919) fue secuestrado en diciembre de 1976 de su estudio jurídico por agentes armados, que se identificaron como pertenecientes a la Policía Federal. Fue trasladado al centro clandestino de la Jefatura y luego, al que funcionó en el Arsenal. En ambos lugares fue visto por numerosos testigos. Ellos dieron a conocer que fue ejecutado en marzo de 1977. En una lista elaborada en la Jefatura de Policía, figura con el apodo “Gaucho” y la sigla “DF” (destino final).
El llamado “Pozo de Vargas” es un ducto de agua profundo ubicado en una finca de Tafí Viejo. Se trata de una fosa común en la que ya fueron identificados restos de otros 12 desaparecidos durante la dictadura: políticos, gremialistas, abogados y agricultores. Los primeros en ser asociados con una identidad, en 2011, habían sido los del senador Guillermo Vargas Aignasse.
El caso Molina estaba originalmente incluido en la megacausa “Arsenales II- Jefatura II” (celebrada entre noviembre de 2012 y diciembre de 2013). Sin embargo, tenía como único imputado al represor Luciano Benjamín Menéndez (jefe del III Cuerpo del Ejército) y cayó cuando este fue separado del juicio. El expediente sumó nuevos imputados y podría llegar a juicio durante este año.
“Hoy se puede decir que se cierra el circuito por donde él estuvo. Primero en Jefatura de Policía, donde ya fue visto en mal estado; en la Brigada de Investigaciones y trasladado luego al ex Arsenal de donde, según testimonios, lo sacaron en calidad de bulto para ser arrojado en el Pozo. Hoy reafirmo mi compromiso para lograr continuidad y finalización de esta investigación”, expresó mediante un comunicado la querellante.
Molina (Simoca, 1919) fue secuestrado en diciembre de 1976 de su estudio jurídico por agentes armados, que se identificaron como pertenecientes a la Policía Federal. Fue trasladado al centro clandestino de la Jefatura y luego, al que funcionó en el Arsenal. En ambos lugares fue visto por numerosos testigos. Ellos dieron a conocer que fue ejecutado en marzo de 1977. En una lista elaborada en la Jefatura de Policía, figura con el apodo “Gaucho” y la sigla “DF” (destino final).
El llamado “Pozo de Vargas” es un ducto de agua profundo ubicado en una finca de Tafí Viejo. Se trata de una fosa común en la que ya fueron identificados restos de otros 12 desaparecidos durante la dictadura: políticos, gremialistas, abogados y agricultores. Los primeros en ser asociados con una identidad, en 2011, habían sido los del senador Guillermo Vargas Aignasse.
El caso Molina estaba originalmente incluido en la megacausa “Arsenales II- Jefatura II” (celebrada entre noviembre de 2012 y diciembre de 2013). Sin embargo, tenía como único imputado al represor Luciano Benjamín Menéndez (jefe del III Cuerpo del Ejército) y cayó cuando este fue separado del juicio. El expediente sumó nuevos imputados y podría llegar a juicio durante este año.
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